Capítulo 05.

10.5K 689 76
                                    

Dedicado a: @0ines8


Los rayos de sol dieron directamente a mi rostro, gruñí y me tape los ojos con mis brazos.

Había olvidado bajar las persianas ayer, me restregué los ojos sabiendo que sería imposible dormirme otra vez.

Bostecé y me levanté de la cama, me di un baño de 40 minutos y me vestí normalmente, por fin era sábado, ya no tengo que ir a la asquerosa escuela hasta el lunes.

Agarré mi teléfono y chequee rápidamente mis mensajes, y notificaciones de Facebook, fotos de la fiesta de anoche, mensajes de chicas, etc.

Yo no salía en ninguna de las fotos, debido a que luego de interrumpir el baile de Ryland y _______, y hablar con ella, me sentí una pésima persona así que solo me encerré en mi habitación y me límite a dormir.

Y por alguna estúpida y rara razón, quería arreglar lo que había causado. Suspiré profundamente y abrí la puerta de mi habitación para encontrarme la casa profundamente hecha un desastre.

Todo estaba lleno de latas de cerveza, botellas de diferentes tipos obviamente de vino, whisky, etc.
Confeti por todos lados, habían algunas cosas rotas, pizza por todo el piso, condones usados, etc.

Todo era un desastre.
Baje los escalones rápidamente, cada vez que inspeccionaba cada "sección" de mi casa me espantaba aún más.

Hasta qué me encontré con _______ limpiando con un trapo todos los adornos que habían en la sala principal, y con la escoba barría toda la basura que había por aquel lugar.

-Hola...
Dije poniendo una de mis mejores sonrisa.

-Buenos días joven Ross.
Me respondió sin siquiera mirarme.

Seca y cortante.
Tragué saliva y me rasqué la nuca delicadamente.
Estaba enojada conmigo, y lo peor de todo era que no sabía como hacer para que deje de estarlo.

-Dame eso, te ayudaré.
Dije intentando quitarle el trapo que tenía entre las manos pero ella negó.

-Puedo sola, gracias.

Respondió nuevamente más que fría.
Miré toda la sala, si ella hacia esto sola nunca acabaría.

-No creo que puedas sola, esto es un desastre.

Admití pasando mis manos por mi cabello, ella me ignoró y siguió limpiando, haciendo caso omiso a mis palabras.

Suspiré y me dirigí a la cocina, que sorprendentemente estaba reluciente, igual que el patio, vi que en la mesa de desayuno había todo tipo de cosas, cereales, leche, panqueques con miel, ensalada de frutas, yogurt, pan, queso, jamón, café, y varias cosas más que se veían apetitosas. No dude ni un solo segundo en comer panqueques.

¿Ella había hecho todo esto?
Alcé las cejas.
Si alguna vez me caso me gustaría tener a una esposa que sepa cocinar así de bien como ella...

Fruncí el ceño y seguí comiendo tranquilamente hasta que llegaron mis hermanos. Todos hablaban al mismo tiempo de la fiesta excepto yo, al parecer Rydel y Riker se habían divertido. Y eso me sorprendía bastante.

-Cállense -Gritó Rocky-. Hermanos, ¿No creen que _______ necesita un uniforme?

Preguntó alzando las cejas pícaramente, pude entenderlo al instante y no me negué.
Al igual que Ryland y Riker.

-¿Puedo elegirlo yo? Somos chicas, tal vez tengamos el mismo gusto y...

-NO

Dijimos los 4 al unísono.
Al poco rato Rocky bajo con su notebook, comenzamos a ver uniformes para empleadas, excepto que estos eran...

-¿¡Uniformes sexys para empleadas sexys!?

Exclamó Rydel lanzando una ceja.

-¡_______ pensará que la quieren llevar a la cama y comerla entera si compran uno de esos, Rocky son muy... "demostrativos".

-¿Quién se opone a este tipo de uniformes?

Rydel levanto la mano algo molesta.
Me reí.

-4 contra 1, la mayoría gana.

Di una carcajada cuando Rydel hizo un puchero y se cruzó de brazos.

-¿Este?
Señalo Ryland.

Me lamí los labios al imaginarla en ese pequeño uniforme, la falda estaba por los muslos, la parte de arriba algo apretada haciendo que los pechos de aquella modelo sobresalieran un poco más, un gran escote y de adorno un mini "gorrito" color blanco y delantal color blanco.

-Llamaré para que lo traigan ahora mismo, ¿Cuál es el número?

Dijo Riker sacando el teléfono de sus jeans, Rocky le dicto el número con prisa y Riker comenzó a hablar con la señora o señor que vendía los uniformes.

-¿Querrá ponérselo?
Pregunté mirando nuevamente la imagen de la chica en la notebook.

Rocky asintió.

-Si no, yo se lo pondré.
Contestó Ryland.

Di una carcajada.
Rydel arrugó la nariz.

-Son unos cerdos -Se quejó-. Espero que no la anden mirando como idiotas, como dijo mamá, ella merece respeto, además es mi amiga, iré ayudarla con el desastre de ayer.

Bufé.
Estaba muy seguro que _______ no iba a querer ponérselo.
Pero eso de lo dejaré, a Rocky, Ryland y a Riker, porque si yo me meto en ese "asunto" estoy seguro que me odiaría mucho más de lo que ya lo hace.

***

-_______, mamá dijo que te consiguiéramos un uniforme, y nosotros elegimos este para ti.

Dijo Ryland con suavidad dándole el gancho con el uniforme que había llegado recientemente.

_______ dejo de hacer sus cosas y miró a Ryland, luego el uniforme, sus ojos se abrieron a tope.

-Gracias -Dijo algo incómoda-. Pero creo que es algo... eh... no lo se... creo que...

-¿Te lo pruebas?
Preguntó Ryland entregándole el uniforme y guiándola hasta la habitación de huéspedes para que se cambiará.

Reí bajito.
Había funcionado después de todo.

-¿Crees que le de? No sabemos su talla...

-Espero que sea una talla más pequeña a su cuerpo, para que su cuerpo se luzca más.

Lo interrumpí haciendo que Ryland riera, Riker obligó a Rocky a ir a la biblioteca ya que tenían deberes, y Rydel fue a hacerse una manicura, pero Ryland y yo decidimos quedarnos aquí a ver el gran espectáculo.

Luego de unos no tan largos minutos ella salió. Tenía más mejillas ruborizadas y la mirada hacia bajó.

El uniforme le quedaba demasiado bien, sus pechos se realzaban y estaban algo apretados como en la imagen anterior, sus largas piernas estaban a la vista junto a esa deliciosa cintura que quería acunar entre mis manos, unas caderas deliciosas, esos labios que moría por morder y ese trasero... moría por hundirme en el.

-Wow.
Dijimos Ryland y yo al unísono.

Volví a recorrerla con la mirada y una molesta erección se formó entre mis piernas al ver que ella también me estaba mirando.

Empleada | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora