Capítulo 33.

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Últimos capítulos.


Abrazo el cuerpo de _____, ella llora sobre mi hombro, la abrazo más fuerte para que sepa que no iba a dejarla sola en esto. 

-Debiste de usar protección- Susurra, se separa de mí, se limpia las lágrimas y me observa- ¿Por qué demonios no usaste un jodido condón? 

-Se me olvido, pero... no deberías de llorar, tendremos un hijo ¿verdad? ¿sabes la cantidad de personas que quieren tener un hijo pero no pueden? ¿sabes que un hijo es una bendición? ¿sabes que gracias a este hermoso bebé, esteremos juntos siempre? 

_____ niega con la cabeza mientras pasa las manos por su rostro. 

-¿Y que pasará con la escuela? ni siquiera estamos en la universidad, ¿y tus padres? ¿cómo demonios mantendremos a este niño? Ross, no puedes vivir del dinero de tus padres, no ingresaremos a la universidad si no terminamos la escuela, no seremos alguien en la vida, ¿sabes lo malo que es eso?  

Ladeo mi cabeza.

No había pensado en eso.

Pero de todas formas, no me arrepentía.

-Yo podría buscar trabajo mientras tu cuidas a nuestro...

-¡Yo también quiero ser alguien en esta jodida vida! ¿¡Acaso lo hiciste a propósito!? 

Exclama. Me pongo nervioso.

No estaba feliz. No reacciono como yo lo había planeado. Me esta diciendo cosas que nunca pensé oírlas. 

Ella no quería tener un hijo conmigo. A menos no por ahora. 

Pero, ¿Qué más podíamos hacer? ya esta hecho, no podemos arrepentirnos ahora.

-_____, eso debiste pensarlo antes de provocarme.

Le digo ya que no se me ocurre nada más que decir.

Ella entre abre sus labios pero se queda callada.

De un momento a otro sus ojos se iluminan, los abre a tope, y se aleja de mí.

-¿Qué? 

-Espérame, ¿sí? creo que tengo la solución.

Y se va corriendo de la puerta de mi casa hasta algún lugar. 

Decido seguirla ya que podría tropezarse o hacerle algún daño.

No la dejaría sola luego de esto.

-¿¡Qué vas a hacer!? 

Exclamo mientras corro detrás de ella.

Ella no dice nada pero aumenta la velocidad. 

-¡_____! 

Exclamo y sigo siguiéndola a pesar de lo cansado que estoy. 


Tú: 

Abro la puerta de la casa en la cual mamá y yo vivíamos, con la llave que siempre escondíamos debajo de la alfombra.

Al abrir la puerta me doy cuenta de que hay un pequeño contrato, lo leo rápidamente mientras descanso en el sofá.

Si no pagábamos esta casa dentro de una semana más, nos quitarían todo. 

Pero eso ya no importaba ahora.

-¡Joder, _____! 

Exclama Ross entrando por la puerta.

Me dirijo a la habitación en la cual dormía mi mamá no sin antes cerrar la puerta con seguro para que Ross no pudiera entrar. 

Una tristeza indescriptible invade mi cuerpo al recordar a mi mamá... ¿cómo demonios es que llego a darle aquel aneurisma? 

Empleada | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora