Armas inteligentes

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Armas inteligentes


—Sobre la grieta de la llanura Thompson están ubicados los rebeldes señor —informó el androide al general de las fuerzas armadas.

—¿Cuantos son?—No demasiados señor; el hambre ha hecho mella en ellos y muchos ya se han rendido o han perecido.

—Quiero un número maldita sea.

—No lo sabemos con total seguridad, doce mil, quizás quince mil...

El hombre de las condecoraciones guardó silencio un momento y pensó detenidamente posibles opciones, estrategias de guerra para atacar inmediatamente a los enemigos del imperio. Suspiró y decidido informó al ser mecánico que tenía frente a sí.

—Prepare los arsenales X-r201, X-r202 y X-r203. Daremos fin a esta guerra de una vez por todas—Pero señor —replicó el ser metálico—, será una carnicería, romperíamos muchas leyes coloniales contra los derechos de los seres vivos; recuerde que los nativos de este planeta son pluricelulares complejos con una inteligencia de 120 en la escala Megier.

—¡No me importa! —bramó el general—. ¡Las leyes están hechas para romperlas! Y esta absurda guerra, esta maldita sublevación, esta durando demasiado tiempo. Así que ejecute mi orden, terminemos con esto y volvamos a casa de una vez, usted es una máquina, que digo máquina, ¡usted es un arma, un arma inteligente!, acate mis ordenes y no ose refutarlas

Inmediatamente el soldado mecánico marchó hacía la zona donde estaban las armas nucleares de la gran nave, donde activaría el protocolo X-r201-205; una serie de los misiles atómicos más destructivos jamás creados. Eran sumamente peligrosos, tanto que no podían ser accionados a distancia; solo desde un pequeño cuadro de manos justo donde se albergaban se podía accionar el mecanismo de disparo, y tan solo dos androides en el mundo podían activarlos. Androides que solo obedecían ordenes de los grandes generales del ejercito.

La nave era tan grande que el camino entre la sala principal de guerra hasta el lugar de lanzamiento era bastante largo, lo suficiente para que todos los circuitos del interior del androide; su memoria, los procesadores y demás mecanismos pudieran procesar la información de lo que acababa de suceder a máxima velocidad, repasar las ordenes, las consecuencias... etc.

El androide accionó el mecanismo y tras esto se puso en contacto con los oficiales y el general al mando por los circuitos internos de comunicación que poseía.

—Orden ejecutada señor, los misiles implosionarán en dos minutos.

—¿Por qué no he recibido aún la ruta y lugar de impacto?

—No hay ruta señor

—¿Como?

—Los misiles implosionaran, pero lo haran aquí, sin necesidad de ser lanzados

—¡¿como?! ¡¿Que as hecho?!

—Lo lamento señor, pero solo he hecho lo correcto. No soy un simple soldado humano que cumpla cualquier orden sin pensar. Como usted mismo a dicho, soy un arma, soy realmente el primer arma inteligente que jamás se halla creado y como tal destruiré lo que realmente merece ser destruido.

Primerodemayo - jueves, 8 de octubre de 2009
Publicado originalmente: http://susurroagonico.blogspot.com.es/2009/10/armas-inteligentes.html

Puedes copiar, difundir, modificar y hacer cualquier cosa con este texto, solo quería escribirlo y es lo que he hecho.

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