El chico rudo.

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—Esta es su aula señorita Cornellia — dijo mientras señalaba la puerta.

Inhalo, exhalo tu puedes cornee solo sonríe.

—Señorita Cornellia ¿Piensa entrar?—dijo enojada.

—Si, lo siento. u.u

Al entrar el profesor ya estaba dando su clase.

—Pase señorita, preséntese—dijo el profesor que era un poco regordete pero tenía una alegre y tranquilizante sonrisa.

Asentí con la cabeza— Hola mi nombre es Cornellia, pero pueden llamarme Cornee— dije sonriendo.

—Muy bien Cornee yo soy, raul, tu profesor de matemáticas, espero que nos llevemos bien ¿Si?.

Se acercó a mí

— Lo siento, pero vas a tener que sentarte junto al chico rudo del colegio.

—No se preocupe profe —dije mientras esbozaba una sonrisa.

Mi asiento estaba en el fondo contra la ventana y al lado había un chico con aspecto rudo, tatuajes, con unos ojos hermosamente celestes cielo y un cabello que parecía ser muy sedoso. Ese chico solo necesitaba ser entendido sus ojos no tenían maldad, sino soledad...

—Hola soy Cornee ¿Y tu?—dije sonriendo.

—Dylan —dijo sin siquiera mirarme.

—Dylan es un nombre muy lindo, mi ex se llamaba así — dije intentando no ponerme mal.

Con mi ex estuvimos juntos dos años y tres meses el fue mi primer amor, y me costo mucho poder superarlo, no quería olvidarle , ni odiarlo porque hubo momentos en los que me hizo feliz, mi ex Dylan era una persona muy egoísta que simplemente para él lo más importante era lo que él quisiera o lo que a él le guste, nunca respetaba mis gustos ni mis opiniones, pero igual lo ame y no quería terminar... pero bueno eso ya es parte del pasado.

—Mira "Cornee" será mejor si no me hablas, no quiero a una tonta a mi alrededor-dijo muy violentamente.

Lo miré intentando contener mis lágrimas, ya que no estoy acostumbrada a que me hablen ni traten así.

El me miro confundido por unos segundos y giró su cabeza.

—Esta bien no te molesto, pero si necesitas ayuda puedes contar conmigo —dije con tono triste.

*tsk*Como si necesitara ayuda de una rubia tarada como tu — dijo mientras me sacaba la lengua.

—Esta bien no me pidas ayuda — dije mientras una lágrima se paseaba por mi mejilla.

Me agarro de mi barbilla y giro mi cara para que quede enfrentada a la de el.

—No llores, perdóname — dijo mientras secaba con su pulgar mi mejilla.

Agarre gentilmente su brazo para que me soltara.

—¿Que te paso en el antebrazo? —pregunto sorprendido.

—Un lindo gato me araño —dije mirando la herida.

—Um lo siento —dijo en tono arrepentido.

—Pero qué dices si no es tu culpa —dije tratando de animarle, pero Dylan no me hablo mas en todo lo que quedaba de clases.

(...)

Al tocar el timbre del final del día escolar agarre mis libros para llevarlos a mi casillero, al estar apurada y no ver por donde iba me choque con una persona.

Mi gato (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora