Celo.

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Terminamos de cenar y Dylan me acompaño a mi cuarto. En el camino a mi habitación pude notar que el estaba nervioso.

—¿Susede algo? —me anime a preguntar.

—No, creo que no es nada —respondio mirando y olfateando hacia todos lados, parecía que iba a volverse loco.

—¿Seguro que estas bien?, pareces algo inquieto. 

—Cornee enciérrame en tu baño.

—¿What?. 

—Anda rápido —me empujo hacia adentro.

—Claro —dije dudosa.

Entramos a mi cuarto y Dylan como un rayo entró al baño.

—Ciérrala —ordenó —y con magia.

—¿Puedo saber qué sucede? —hablé muy nerviosa.

—Por favor —suplico desde adentro.

—Claro, como quieras —ya estaba empezando a molestarme, ¿Qué tanto misterio?

—Cuando ya sea seguro, te digo, solo apúrate —sonaba como que intentaba retener algo... capaz ¿contenerse?

Tome mi libro de hechizos y rápidamente busque uno de sello. 

—Listo, ahora dime.

—Leila —dijo con la respiración agitada.

—¿Leila? ¿Qué con ella?

—Ella esta en Celo y esta buscándome. Puedo olerlo, y no quiero cometer un error.

—¿Un error? —me crucé de brazos y me apoye contra la puerta.

—Como ya ...sabes.. los gatos... negros somos líderes —hablaba pausado y agitado. —Nuestros instintos son más... fuertes que los demás, además mas salvajes que el gato doméstico.

—En pocas palabras, si sales de aquí por instinto te acuestas con ella —hable molesta y confundida.

—Po..dría decirse... así —tomó una bocanada de aire.

—Tanto te va a afectar —realmente me molestaba.

—Somos salvajes.. Cornee... actuamos por instinto... y más en estos casos.. —parecía que se estaba muriendo ahí dentro —Más de lo ... que piensas.

—¿Puedo entrar? 

— ¡NO! —gritó —Ni se te ... ocurra.

—¡Ah!  ¡ya duérmete! —grité enfadada.

—Ojala ... pudiera —río.

—Te ayudo —reí sarcástica.

Agite un poco mis manos y listo Dylan dormía como un bello ¿gato durmiente?.

Entre al baño y él se encontraba todo sudado, y en una esquina de la bañera.

Maldita Leila, cada vez la odio mas, ¡Deja de buscar a mi hombre!

Bloquee la puerta del baño y me fui a dormir.

Al día siguente

*Golpees*

Me desperté por esos estruendosos ruidos que provenían del baño.

—Cornelia ábreme ahora, lo necesito —gritaba violento.

—¿Para que? —respondí desde mi cama.

—Leila, la necesito.

Con solo escuchar su nombre mi cuerpo comenzó a hervir.

Mi gato (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora