Cambio.

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Dylan me estaba besando muy apresurado, apasionado y brusco. Me hacía acordar a la vez que... o no.

Él comenzó a meter la mano por debajo de mi remera y lo detuve.

—¿Qué haces? —pregunte nerviosa.

—Anda déjame —pidió suplicante con sus ojos gatunos.

—¿Pero qué dices? ¡No! —exclamé molesta.

—Anda nena, no me dejas hacer nada —dijo molesto y tumbándome en la cama.

—Dylan te dije que no —grite asustada, obvio él tiene mas fuerza que yo.

—Shh — chito en mi oído.

Dylan comenzó a besar mi cuello y su mano cada vez subía más

—Sebastian ayúdame —supliqué en mi mente.

A los segundos mi singapura entro brutalmente al cuarto y sacó a Dylan de arriba mio.

—Cornee ¿Estas bien? —hablo confundido.

—¿Qué te pasa gato mugroso? —Le gritó Dylan. —Corne tienes que perdonarlo, no es algo que pueda controlar —Lo defendió.

—Ya es suficiente —Dije asustada y molesta.

Con miedo de que Dylan vuelva a zarparse en lo que quedaba del dia lo encerré en el baño.

—Te quedas ahí y te tranquilizas sucio pervertido —grité histerica.

—Ábreme ahora Cornelia, no estoy de humor.

—Yo tampoco y, por tu culpa, llegare tarde a la clase.

—Abre, es la última vez que te lo pido amable —masculló.

—Jefa no le parece muy cruel —susurro Sebastian.

—Nada es cruel despues de su accionar.

—Como diga, yo estoy de su lado, ya sabe —Rio. —Aunque no pensé que usted no quería que el señor Dylan.. ya sebe, la haga suya.

—Hay cállate Sebastián —dije avergonzada.

—Con que si —rio con picardía.

Nos fuimos a clase dejando solo a Dylan.

—Cornelia —me gritó la directora desde afuera del aula.

—Si —me pare apresurada.

—Ven conmigo ahora mismo —ordenó.

—Si —volví a hablar.

La directora me llevo hacia su despacho.

—Siéntate —Habló una vez adentro.

Asentí con la cabeza y me senté en la silla que me dejaba al frente de ella.

—Note que andas mucho con el Asqueroso Gato.

—¿Dylan? — cuestione.

—El mismo —rio —Sabes que los amores entre diferentes criaturas no esta permitido, Verdad. Exceptuando, claro está, si es una pareja Mate.

—Lo se —hable más nerviosa.

—Entonces aléjate de esa gato —ordenó.

—No

—Disculpe.

—No quiero alejarme de Dylan lo amo y haría cualquier cosa con tal de estar a su lado —no se de donde saqué la confianza y la fuerza para hacerle frente.

Mi gato (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora