11.Juguemos

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Me enderezo en mi taburete y me dispongo a sacar el teléfono cuando oigo una voz que me habla. Es Matt.

-Hola, guapa. Te eché de menos el domingo.

Se acerca más a mí para crear un ambiente de intimidad que no veo por dónde ni por qué.

-Estuve cenando en casa de Joe-le explico con una sonrisa amable.

Tiene el pelo echado hacia atrás y le cae un mechón rebelde en la frente. Está muy guapo. Aunque claro, como dijo Harry...es un poco simple.

-Oh, vaya...-se hace un silencio incómodo y siento la mirada de Harry clavada en mi espalda-No te despediste el otro día. Entré a por las llaves para llevarte y te habías ido. ¿Llamaste a un taxi?

Pregunta extrañado y de pronto se me suben los colores.

Mierda. No, Matt. No llamé a un taxi.

Verás...es que a Harry Styles le dio por acompañarme a casa porque no quería dejarme a solas contigo.

-La llevé yo-dice Harry con vehemencia y puedo ver en fotogramas cómo se transforma el gesto de Matt. Pasa de un gesto amable a estupefacto. Me mira fijamente preguntándose si es cierto. Sí, es cierto. Me llevó.

No sé cómo se tomará esto Matt y si nuestra amistad, tan apreciada para mí, se irá a la mierda en cualquier momento. La respuesta a mis dudas aparece cuando una sonrisa ilumina la cara de Matt.

-Oh, vaya. Qué detalle. Igualmente podría haber dejado a alguien a cargo del pub. Gracias.

Y se da la vuelta dejándonos así. El corazón me deja de latir deprisa para quedarse quieto durante una milésima de segundo. ¿Qué ha pasado?

Matt ha pensado que Harry me llevó a casa para que él no tuviese problemas con el pub que regenta y donde es el único camarero. Matt piensa que Harry tenía las mejores intenciones para con él y que lo hizo para ayudarle esa noche.

Giro la cara para encontrarme a Joe y Harry con el mismo gesto encogido que yo. Nos miramos fijamente los tres negando con la cabeza ante lo inverosímil del momento y cuando no puedo más, estallo en carcajadas ante la ignorancia e inocencia de Matt.

Harry y Joe me acompañan riéndose como locos y cuando me estoy secando una lágrima que escapa por la dosis de liberación de endorfinas, veo que los ojos verdes de Harry se han vuelto oscuros. Otra vez. Conforme lo voy conociendo sé que no es buena señal que ocurra eso porque significa que está conspirando contra mí.

Cierro los ojos con fuerza cuando oigo que el móvil de Joe empieza a sonar y dice "Es Ashley" antes de salir a la puerta para hablar con su novia y en cuanto nos deja solos siento la electricidad. Mierda, si ni siquiera me ha tocado. Estoy empezando a hiperventilar y tan solo me está mirando. Esto va a peor.

Se acerca hacia mí e instintivamente me levanto del taburete. Doy un paso atrás para que no tenga acceso a mi cuello, el lóbulo de mi oreja o mi nuca. No. Zonas prohibidas, Harry Styles. No puedes tocar ahí.

Le divierte mi conducta y tan engreído como es, da dos pasos hacia delante. Me coloco el pelo por los hombros para que no pueda llegar a los sitios sensibles y se ríe con una sonrisa torcida. Mierda, mierda. Está muy cerca de mí. Puedo sentir su aroma, dulce y cálido.

-María, no me puedes decir que él tiene más posibilidades que yo. Me niego-acaricia mi brazo y por la descarga que me da, anoto mentalmente que debo considerarlo zona prohibida también.

-Ninguno tenéis-contesto entrecortadamente.

Jesús, que tozudo es. ¿Por qué no me deja en paz?

Quizás nosotros.[#WYNA2016] #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora