El camión de mudanza descargaba los paquetes y cajas a la casa de lado.
Un señora delgada con una falda hasta las rodillas, tacones cortos y blusa vaporosa apuraba a los jóvenes para que adentraran los paquetes en la casa. Mientras que de un auto que se acababa de estacionar; bajaba del lado del copiloto un joven con chaqueta de cuero, muy bien parecido y cabello negro alborotado, un pantalón negro que ceñía unas piernas muy bien formadas, con un aire que emanaba sensualidad al caminar; del lado del conductor bajaba otro tío con casaca también de un cuero marrón, con pantalón de vestir y con la mano en el bolsillo. Se acercaba a besar a la mujer que seguía apurando a los jóvenes para que terminen con su trabajo.
Yo miraba desde mi patio, comiendo un tazón de cereales sentada en una mesa de madera, a aquel joven que no lograba distinguir de quién se trataba. A diferencia de él, yo portaba un short corto negro y una básica de tirantes algo suelta, descalza y el pelo más desaliñado que nunca.
Él, al notar que no dejaba de mirarlo, me miró y sonrió, lo cual me dejó más estupefacta que antes. Meneó la cabeza y riendo se acercó.
-¿Qué haces acá hermosa? - me habló con unos labios carnosos que yo conocía muy bien, pero no recordaba de quién.
-Nada importante - le dije despectivamente -¿Y tú? ¿Por qué te acercas a hablarme así?
-No me negaré a ver una chica con unos senos como los tuyos y mucho menos hablarle - me miró y lo dijo sonriendo mientras mataba mi papel de querer enfrentarlo. Recordé que recién me había levantado y no llevaba brassier ¿lo habrá notado? Me encorvé para no hacerlo notar.
-Si es que a eso has venido, puedes volver a ayudar a tu madre que necesita ayuda - le dije y callé para hacerle notar que seguía gritando a los jóvenes que cada vez los veía más nerviosos -vuelve por donde has venido y no molestes - le dije y me levanté llevándome el tazón con un poco de cereal que sobró.
Me tomó del brazo y reaccioné inmediatamente.
-¡Suelta!
-¿En serio no te acuerdas de mi? - dijo y alzó una ceja.Me quedé mirando y tratando de adivinar quién rayos podría ser. "Acaso es..." No pude evitar pensar en él "No, lo dudo" pensaba y trataba de recordar un poco. No podía ser Ezel, desde la última vez que lo vi no había posibilidad de toparme con él en mi vida.
Pero entonces lo supe al ver esos ojos negros, las cejas unidas que ahora tenían una expresión pícara, los labios carnosos y ese bigote... Era Ezel, pero ¿qué hace él aquí?Sonrió, sabía que ya me había acordado y me soltó. Me paré firme y le sonreía. No había cambiado nada desde que dejó el colegio, y al parecer lo que yo sentía por él tampoco se fue. El cosquilleo en mi estómago se sintió más fuerte ahora que lo veía así de apuesto.
•••
-Pero, ¿cómo llegaste aquí? - no es que me molestara, pero quería saberlo. Ahora le compartía mi cereal y comíamos en la mesa del patio.
-Mi padre le salió bien en sus negocios y decidió comprar una casa aquí y mi madre está muy emocionada y como no confía del todo en él, quiere ocupar la casa antes de que se arrepienta o todo sea una broma - tal vez ésta sea la primera vez que me habla tan libre de sus padres. Bueno, creo que sí cambió algo.
-Uhm... Si veo algo alborotada a tu madre - le sonreí mientras miraba a su madre. Luego recordé como estaba vestida y abrí los ojos como platos -Tengo que cambiarme, si deseas espera aquí - le sonreí y rápidamente me metí a la casa.
Mis padres habían salido y volverían en la tarde. Tal vez la podría pasar con él.
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Entre Dos Amores (Editando)
RomansaTras esa pequeña ventana, yo sabía que me estaba mirando mientras me cambiaba. Esos ojos color negro oscuro los sentía clavados en mis pechos y tanto era la sensación que podía sentir sus labios carnosos besando ligeramente mi espalda. Él, lo sabía...