Capitulo 1

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Se podía decir que Deyna era nueva en la ciudad, apenas llevaba unos meses en aquella enorme ciudad, se estaba adaptando a su nueva vida, la que le encantaba, ahora era libre, independiente.

Le gustaba eso de llevar las riendas de su vida. Ser ella la que tomara sus decisiones, y que nadie interfiriera en ellas, dándole «un consejo» Claro estaba que no todo siempre era color de rosa.

El ser independiente contribuía a tener responsabilidades, como facturas que pagar, comida que comprar... dinero. Y eso se conseguía mediante un trabajo, un trabajo del que le habían despedido el día anterior por romper unos cuantos platos. ¿Qué más les daba?, si solo habían sido... ¿diez, quizás?

Pero simplemente eran platos, simples platos que podrían reponer, junto a los vasos, y las tazas...

Vale, debía de reconocer que ser camarera no era lo suyo, era un poco patosa, pero no había encontrado nada más, no había encontrado el trabajo de peluquera que tanto le gustaba, ni le ofrecían un puesto en un jardín de infancia, tan solo había encontrado algo como camarera... y aunque a pesar de que cocinar no se le daba mal... el estar en un sitio abarrotado, moviendo muchas cosas, no era lo suyo, y ya lo había demostrado durante esas últimas dos semanas.

Casi había acabado con la vajilla de aquel bar. La vajilla completa. Solo, casi.

Pero aquello se había acabado, ahora encontraría un trabajo que realmente le gustase, y se ganaría un buen dinero trabajando.

Por ello mismo había madrugado mucho más de lo habitual, y se había vestido elegantemente, sin pasarse. Tenía que mostrar un buen aspecto, aunque no estaba segura de si sus pies tendrían un buen aspecto al final del día...

Llevaba recorrido poco camino, apenas había salido de su casa, cuando un apuesto hombre se paró delante de ella.

-Hola –dijo.

Ella se sorprendió por aquel repentino saludo, ese hombre había salido de la nada.

-Ho... hola –contestó dubitativa.

-¿Cómo te llamas? –preguntó. ¿Qué pasaba ahí?

-¿Qué?

-¿No tienes nombre? Esa palabra que te ponen al nacer, ya sabes...

-No soy tonta, me llamo Deyna... pero no se a que viene es...

-Deyna, bonito nombre. Yo soy Luke.

-Encantada... supongo.
-¿Tienes novio?

-No –respondió sin pensar.

-Y no estás casada.

-Claro que no, ¿pero que te has creído?

-Bien, y eres guapa.

-Yo... ¿se puede saber que te pasa? –preguntó mientras él tiraba de su mano y la hacía caminar.

-¿Eres una buena ciudadana?

-¿Qué?

-¿Ayudas a los demás?

-Si puedo, si... -contestó.

-Bien, ¿y me ayudarías a mi?

-¡No lo se! ¡Parece que estás loco!

-Eres graciosa –rió él- aunque no hablas mucho.

-Y tú no te callas, parece que te dieron lengua para comer.

-Realmente no, pero no me importaría probar la tuya.

-¿Qué? –casi gritó- estás loco, ¡suéltame!

-Era broma, mujer, no te pongas así.

-¿Broma? ¡Estás loco! No me conoces y me llevas a rastras.

-¿No me vas a ayudar?

-Yo...

-Por favor...

-¿Qué tengo que hacer? –preguntó rendida, bajo su hermosa mirada.

-Gracias, eres un ángel. Solo tienes que seguirme la corriente.

-Vale...

-Va a ser fácil.

-Yo debería estar buscando trabajo.

-Te pagaré por ello.

-¿Qué? No será nada ilegal, ni nada por el estilo.

-Nada por el estilo... preguntas mucho «¿Qué?» Trata de evitarlo.

-¿Qué?

-Ves.

-Es que me tienes confusa.

-No lo estés, amor.

¿Cómo no estarlo? Podría decirse que la hubieran secuestrado, ni sabía hacía donde iba, aquel hombre la arrastraba, literalmente por la calle, y nada más hacía preguntas, preguntas que ella no tenía por qué responder, sin embargo ahí estaba... siguiéndolo.

-¿Se puede saber donde me llevas?

-Ya hemos llegado –dijo deteniéndose frente a una cafetería.

-Bien, Lu...

-Luke.

-Luke, explícame a que viene todo esto.

-No hay tiempo, te lo explicaré después, sígueme la corriente.

De repente estaba muy cerca suyo, de echo había envuelto su espalda con uno de sus fuertes brazos, y ella se sintió extrañamente acalorada, inspiró y su olor la envolvió, fijó la vista en la cara masculina y divisó sus rasgos... era guapo, muy guapo. Pero estaba loco.

Abrió la boca para preguntar de nuevo, pero entonces una mujer de pelo rubio se acercó a ellos, y Luke la saludó con énfasis, y esa locura que tenía. Le dio dos besos y un abrazo a aquella señora que de pronto volvió hacía ella.

-Mamá, te presento a Deyna, mi novia.

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Primer capitulo, espero que os guste 

Un novio diferente-Luke Hemmings-TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora