Veía de Agatha a Lucille, por una parte quería saber que había ocurrido en la mansión para que quedara así de destrozada, pero viendo la expresión a Agatha, decidí dejarlo en segundo plano, algo terrible debía de haber pasado para que este así de alterada.
- Tu- señale a Agatha- Y tu- señale a Lucille- vengan conmigo.
Camine hasta el salón del trono, me senté en este y ordene mis pensamientos, cuando por fin creía que había arreglado la mayor parte de los problemas, otros surgen, mire a Agatha.
- ¿Qué ha sucedido?- ella me miro nerviosa, parecía no saber por dónde empezó, respiro profundamente para calmarse.
- Algo terrible ha sucedido, han mandado a tres ancianos para buscarlo y parece que estos han muerto- eso no me lo esperaba, ni en mi fantasías más salvajes- y, han decidido dejarlo a usted en segundo plano, se han decidido a dar caza al asesino- la mire.
- ¿Y saben quién es?- Agatha miro nerviosa a Lucille y luego a mí, ella asintió.
- Si, la quieren a ella- señalo a Lucille que la miraba confusa, mire a Lucille, una idea estúpida y loca se formaba en mi mente, pero era totalmente imposible.
- Agatha, es imposible que Lucille haya asesinado a tres de los ancianos- mire a Lucille ella lucia incomoda. – Ahora Lucille, ¿Que sucedió?- ella se mordió el labio, mi inquietud aumentaba.
- Bueno... tres personas... Jóvenes, eran muy jóvenes, vinieron aquí buscándolo y dijeron algo de llevárselo por lo que me opuse y luche contra ellos y elimine el peligro- esto debía de ser un malentendido, la vi hurgar en uno de sus bolsillos- ellos tenían esto- lo que me mostro me señalo que estábamos condenados, Agatha brinco hacia atrás y yo me levante del trono, allí en su mano estaba la insignia de Castlevania, de la orden de los ancianos, es lo más valioso que tienen así que para que Lucille la tenga... llegue hasta ella y la mire a los ojos- ¿Cómo eran ellos?
- Eran... eran tres chicos, Jóvenes- acentuó, suspire- Tenían capas rojas y uniformes rojo y negro, tenían estas insignias, además, ¿Quiénes son esos ancianos de los que hablan?- esto era imposible, Agatha temblaba de arriba abajo, no sabía por cuál de tantas razones.
- Lucille, se les llaman los ancianos porque son los que más edad de vampiros tienen, mas no significa que sean ancianos de verdad, al contrario, todos ellos son muy jóvenes.
- Ay...
- Eso es imposible, esta mocosa no debía de ser capaz de asesinar a un anciano mucho menos a tres- exclamo Agatha, quería darle la razón pero algo me decía que no era así.
- ¿Por casualidad uno de ellos usaba algún tipo de honda como ataque?- Agatha y yo la miramos pasmados, Agatha cayo de rodillas, susurrando algo como "Estamos perdidos, perdidos". Decidí ignorarla, no era tiempo para eso.
- Así es...- respondí distraído.
- ¿Y otro utilizaba una especie de fuego blanco?- su voz salió aguda, parece que ella notaba el nerviosismo entre los dos y no era para menos, sentí un temblor en mi columna, algo que hacía mucho no sentía.
- Estamos perdidos.- murmuro Agatha.
- Pero eran tres, ¿Que sucedió con el otro? – ella se mordió el labio.
- Lo elimine antes de que hiciera un ataque- esto no estaba sucediendo.
- Esos tres... uno era Jaspian y el otro era... Anthword- si me guio por mis recuerdos el tercero debía de ser Ocarol, los verdugos, mire a Lucille, aun no me cabía como esta pequeña chica, recién convertida había asesinado a tres de los vampiros más poderosos y antiguos. Camine de un lado a otro, antes podía desaparecer pero ahora se iniciaría una caza por nuestras cabezas, bueno por la de ella, pero como yo la he convertido... además los siete ancianos tienen una técnica que les permite ver a través de los ojos de los otros, por lo que sabían que había sucedido con sus compañeros, conocían a la perpetuadora y sabían que habían muerto mientras me buscaban, quería sentir temor o algo, pero al contrario, sentía un burbujeo en mis entrañas, una emoción perversa.
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La obscuridad que un dia nacio en mi.
VampireLysander D. Montgomery un vampiro con milenios de edad cree que ha perdido la capacidad de sorprenderse, hasta que se encuentra con una humana muy peculiar. Lucille Kurisov no entiende de sentimientos, su vida no ha sido mas que ir a la deriva en u...