11 Sobre las hermosas espinas, el fuego consume toda su belleza.

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Tokio era como de otro mundo, Lysander había propuesto salir y dar un paseo, aunque me temo que el solo quería comprobar que no hubiera peligro en los alrededores, caminábamos y paseábamos, cabe decir que mis tres acompañantes llamaban mucho la atención, más de lo que me gustaría.

En una oportunidad me separe del grupo y entre a una tienda especial de la cual no quería nadie se enterara, compre y salí, luego me encontré con Lysander y los demás que me miraban entre confundidos y sospechosos, sonreí, este era mi secreto y no le revelaría aun.

- ¿Se puede saber que hacías pequeña?- pregunto Lysander mientras retomaba la marcha, lo mire y le di una sonrisa radiante, si supiera...

Mierda, ya actuó como ella.

~ ¿Fufú, eso no te alegra?~

Nadie te ha preguntado.

Ella bufo y se hizo el silencio.

- Es... un... secreto- me sentía emocionada, casi como una niña. Antes de que Lysander pudiera replicarme algo, ante nosotros apareció un sujeto muy familiar, me dio un saludo colocando tres dedos en su pecho, yo hice una pequeña reverencia, intercambiamos unas dos o tres palabras y me entrego un sobre, luego se marchó, si la incertidumbre del grupo podía aumentar más, lo ha hecho. Lysander solo me dio una ceja levantada y sería mejor que diera explicaciones o definitivamente me desmembraría.

- ¿Lucille?- si pudiera sudar lo haría a mares.- ¿Quién era ese... sujeto?

- Él era un miembro de los Asmodeus...- Seguí caminando para restarle importancia al asunto.

~Fufú, mi joven e ingenua Ama está en problemas~

Sentí que algo me agarro del cuello – Lysander- y me hizo mirarlo a la cara.

- ¿Y se puede saber qué hace un miembro de los Asmodeus hablando contigo?- Suspire, debí haber hablado de esto anoche...

- Ayer por la noche me topé con un miembro y le pedí permiso de estar aquí, según su organización con estos- le enseñe el sobre del que saque unos pases dorados- puedes ir a un centro de donación de sangre donde humanos voluntarios dan su sangre "voluntariamente" a los vampiros, para prevenir ataques frenéticos a la comunidad, luego de hablar me comento que me buscaría para hacerme entrega de estos, por lo que ahora podemos andar libremente en suelo Asiático y no ser atacados por esta organización- Agatha me miro desencajada y me regocije al ver la cara en blanco de Lysander.

- ¿Y tanto te costaba contarme de esto anoche?- dijo entredientes.

- Digamos que "anoche" no tuve muchas oportunidades de hablarle- recalque, tuvimos otro de nuestros duelos de miradas, luego el suspiro y miro los pases, tomo uno se lo guardo en el bolsillo y siguió caminando, Agatha los miro con el ceño fruncido y los examino, luego siguió como un perrito a Lysander, le di el suyo a Ro y seguimos nuestro camino, me alivie al notar que nadie se dio cuenta que yo no tenía uno.

~ Es mejor mantener ciertas cosas en secreto~ Por primera vez ella sonaba seria, y por primera vez le di la razón.

Entre caminar y conocer se hizo de noche, habíamos pasado a ese centro de sangre donde nos alimentamos todos menos Lysander quien después él bebió de mí. ¿En serio? ¿Tienes un Buffet libre y vas a comer de mí? Estúpido Maestro. Refunfuñe interiormente.

- Supongo que es hora de volver.

- Podemos conocer Ikebukuro mañana?- pregunte esperanzada, la vez que vine a Japón no había tenido la oportunidad de conocerlo bien, además en aquel entonces solo me preocupaba por sobrevivir que por nada más, ahora tenía la oportunidad, aunque igual me tengo que preocupar en sobrevivir... creo que las circunstancias no han cambiado mucho.

La obscuridad que un dia nacio en mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora