Capítulo 3

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Había pasado tiempo ya, Giovanni tenía el cabello más largo y se había dejado la barba, no había cambiado su forma de ser y me atraía cada vez más. Al punto de no resistir tener sus labios muy cerca, era desesperantemente tentador. Tenía que ir a trabajar, pero yo no quería ir, como la mayoría del tiempo. Apenas estaba desperezándome y me estaba estirando en la cama. << La cama se hace más cómoda cuando tienes que levantarte, ¡que tortura!>>. El teléfono sonó —gruñí—. Me levanté rápidamente y me aclaré la garganta antes de responder.

— Aló, buenos días— mí voz sonó a recién levantada << mierda>>

— Señorita Constance, la llamamos para avisarle que el día de hoy no hay actividad laboral, debido a un incidente ocurrido en las oficinas —<< no preguntes>> me advertí, no es necesario saber —puede reintegrarse mañana en su horario normal.

— Okey — dije con tono desinteresado.

— Que tenga buen día.

— Gracias.

Colgué y me regresé a mi dulce y calentita cama, me tiré en ella boca abajo y bufé frustrada.

— Genial, ya no tengo sueño — dije con desanimo. Me giré y dejé caer mis brazos, estaba ocupando gran parte de la cama, me estiré en la cama, con el brazo extendido palpando para buscar mí teléfono, pero antes encontré el control del televisor. Prendí el televisor y me senté para buscar el teléfono. Alcé las sabanas y escuché algo caer al piso. — tienes que estarme jodiendo — cerré los ojos y abrí uno al acercarme al borde de la cama. Si, era el teléfono lo que había caído al piso. Lo recogí perezosamente y me senté en la orilla de la cama con las piernas cruzadas, tenía frío y me arropé los hombros con la sabana. Estaban pasando caricaturas, las dejé.

Quería hacer algo y no sabía que. Podía llamar a Julián, siempre estaba libre, ¿y si estaba trabajando? << ¡Aagh!>>dejé caer mi mano. Y fruncí los labios mientras pensaba.

— Noticia de última hora — las caricaturas habían sido interrumpidas por un boletín de noticia —, se ha anunciado la muerte de Alessio Simonette en su casa, por supuestas causas naturales. —<<supuestas >> repetí en mi mente—el forense aún no ha hablado de las causas reales, el jefe de la mafia no ha dejado sucesor y no todos están pensando en las posibilidades más prontas, se sospecha que la policía podría tomar acciones contra la familia y cómplices debido a sus fechorías.

— Interesante — dije en un susurro, lela escuchando sin ver, <<debería llamar a Julián, seguramente si esté libre>>

Alcé el teléfono de nuevo y busqué su número, me lo puse en el oído y me acosté en la cama. Repicó unas tres veces.

— ¿aló? — dijo con un ruido al fondo

— Julián, ¿Cómo estás?

— Bien — estaba extrañado por mi formalidad, podía olerlo desde aquí— ¿a qué se debe el honor?

— No hables tonterías— me defendí — no es la primera vez en la vida que te llamo.

— Podría ser la... —hubo un corto silencio—... segunda o tercera.

— Púdrete, necio — fui al grano —. Te llamaba para ver en qué andabas, estoy libre hoy y no sé qué hacer. ¡estoy aburrida!

— Ven a mi casa, estoy con Giovanni — dijo y luego se echó a reír, una voz había dicho algo al fondo—, estamos matando ocio, bebiendo y jugando. De hecho amanecimos bebiendo y jugando.

— Vagos — dije divertida, la idea me agradaba —, pero voy pendiente.

— Te esperamos, guapa ¡rawr! — nos reímos.

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