Capítulo 6

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Desde que supe de su familia, todo marchaba distinto, nos habíamos vuelto más unidos y no sé si a él le pasaba igual, pero sentía que necesitaba verlo todos los días, saber de él, hablar con él. Podría jurar que me estaba enamorando, pero no debía o más bien no quería <<no te enamores, todo podría arruinarse>> esa era la idea que me había dejado mi noviazgo pasado. Era irónico que lo pensara mientras esperaba que llegara a mí casa. Su único defecto según mi punto de vista, era que su concepto de "voy llegando" era incorrecto, pues su impuntualidad era bárbara. Me senté a ver televisión y luego de una película entera, llegó.

— Hola — saludó fresco.

— Tarde — dije tajante mientras le abría la puerta.

— Te llevaré a un lugar especial, pero quiero que uses esto, si no te molesta.

Vi la bolsa con recelo, alcé una ceja y lo miré.

— ¿Crees que no tengo ropa suficientemente elegante?

— Creí — buscó con cuidado las palabras— que sería un buen detalle.

Observe la caja y luego lo miré, no pude mantener una cara de desagrado por mucho tiempo, me mordí el labio y sonreí.

— Pues, lo es — me reí— en la cocina hay café— le dije — me daré un baño.

Escuché que estaba en la cocina buscando café. Abrí la caja saqué el vestido. Era un vestido rojo corte en V que se anudaba en el cuello, ajustado al cuerpo y escotado en la espalda, la tela era suave, pero las diminutas piedritas que cubrían la parte delantera del torso hasta la parte baja de escote trasero, lo hacía brillar y le daban relieve, en la parte superior. En la parte baja había un corte que seguramente dejaría ver hasta mi muslo, el vestido era hermoso, tenía buen gusto — sonreí—extendí el vestido en la cama y busqué unos tacones negros que combinaban perfecto, un brazalete de brillantes que fue un regalo de mi madre y unos zarcillos que hacían juego en forma de gota. Intenté fingir que no me excitaba la idea de que estuviera en mi casa mientras yo iba abañarme sola. Vi a la puerta caminé lentamente a ella y la abrí un poco, en silencio y me aseguré de que lo tentara lo suficiente. Puse música para bañarme coloqué una canción de Erykah Badu "out my mind, just in time" era un ritmo lento y seductor, una sensación de escalofrío me recorrió la espalda cuando el ritmo del piano comenzó a sonar. Comencé a quitarme la ropa y tenía un nudo de ansiedad en el pecho, sentí como mis pezones se ponían duros, por el frío de la habitación y la excitación, me desvestí por completo y me dirigí al baño, descaradamente sin mirar hacia el espacio abierto de la puerta. Entré al baño, saqué una bata y la guindé a un lado de la ducha. Quería ser evidente, quería que entrara y me tomara por sorpresa, deseaba sentir su piel desnuda. Mi piel ardía, entibié el agua y comencé a mojar mi cuerpo, sentía las gotas como pequeños hilos tibios que bajaban desordenadamente por mi cuerpo, sin respetar ningún lugar. En mi mente él entraba a la ducha y se quitaba la ropa sin yo siquiera notarlo y antes de que pudiera decir nada, apretara su cuerpo contra el mío y no me dejara hablar sólo con un beso, jugando con su lengua en mi boca, paseando sus manos por mi cuerpo al tiempo que se mojaba y su tacto me estremeciera. Recorría la silueta de mis labios con su lengua, recorre lenta y suavemente mi barbilla con sus labios, mi cuello, mis hombros. Yo gemiría en un susurro. Lo vería a los ojos, antes de que mis manos llegaran a su miembro. Mojados, con la respiración agitada — me mordí el labio—. Imagine como me giraba y me recostaba de la pared, colocaba mis manos hacia arriba al tiempo que se pegaba a mí y sentía su miembro rígido en mis nalgas. Se desliza lentamente entre mi entrepierna, luego despacio mueve su miembro de adelante hacia atrás sin insertarlo aún. Su mano recorre mi pecho y los aprieta suavemente —agarré el jabón y comencé a enjabonarme para distraer mi mente, pero estaba a flor de piel, y sentía unas suaves cosquillas que me excitaban un poco más— de mis pechos sus manos paseaban por mi abdomen, pasaba por mi vientre y llegaba a mi clítoris. Comenzaba a hacer movimientos circulares con delicadeza y mi respiración agitada se hacía incesante y ya eran gemidos cuando sus dedos entraron en mi sin pedir permiso —abrí los ojos—. No lo resistí ya no tenía el jabón en mis manos y el agua había quitado todo rastro de el mismo. Lo quería, quería sentirlo en mí. Salí del baño. Me puse la bata apenas recordé que tenía que hacer un nudo y resolví por hacer una sola vuelta. Mi corazón latía a mil por segundo. Mi cabello aun goteaba agua dejando un rastro de gotas tras de mí. Estaba temblando mi labio y lo mordí para calmarlo. Salí de la habitación no lo vi al principio, estaba acostado en el sofá largo que le daba la espalda a la puerta de mi cuarto. Jugaba con su teléfono o algo así ¿yo qué sé? , sólo no pude evitarlo actué por instinto. Le quité el teléfono de la mano. ¡Rayos a penas y podía respirar! El teléfono calló en la alfombra. Se quedó extrañado, pero parecía más interesado en mi aspecto que en donde calló su aparatito. Me escudriñó de pies hasta donde le interesaba y más importante que todo, sabía cuáles eran mis intenciones. Podía sentir mi corazón hasta en mis orejas, nos vimos a los ojos en total silencio mientras él le quitaba el inservible nudo que la había hecho a la bata. Se sentó una vez que ya no había nudo que estorbara. Extendió su mano y me invitó a acercarme a él. A penas rocé su mano me haló y me coloqué de rodillas encima de él de modo que mi sexo desnudo quedó justo arriba del suyo y mis piernas flanqueaban las suyas, el aún seguía vestido. Pasó su lengua en forma circular por mi pezón al tiempo que quitaba mi bata, ya estaba totalmente desnuda. Cuando tiró mi bata al piso me miró a los ojos y con sus dedos busco mi vagina, y mejor que en mi fantasía, me penetraba despacio con dos dedos y juagaba con su pulgar en mi clítoris. Solté el aire a su contacto, algo temblorosa. Comencé a quitarle la chaqueta, la camisa y todo lo que estorbaba, se quitó los pantalones y la ropa interior, en una corta maroma volví a mi posición arriba de él, agarré su miembro, comencé a jugar en mi entrepierna, luego lo pasé por mi clítoris, lo coloqué en la entrada de mi sexo y lo vi a los ojos, su respiración era agitada, pasó su lengua por su labio inferior y me vio con una sonrisa pícara.

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