— Entonces, hoy estás cumpliendo un año con tu novia.
Dije yo, me había encontrado a los chicos en una plaza que estaba por mi casa, mientras yo iba a comprar chocolate.
— Sí — respondió Giovanni
— ¿por qué no está aquí? — inquirí, con una sonrisa, malvada y picara.
— No... — hizo una pausa, como si lo que fuera a decir, lo dejaría mal parado a él—... pudo venir.
— Eso es... —<<conveniente>>pensé, pero no lo dije—... triste.
Giovanni sabía ya, parte de mi historia con Matthew así que no tenía mucho que decir.
— Chicos, vamos a jugar en mi casa— invitó Julián — compré un nuevo juego
— ¡sí! — aceptó Giovanni
— ¡geeks! — susurré, pero la verdad a mí también me gustaba jugar, así que completé el comentario con una sonrisa.
Llegamos a casa de Julián y comenzamos a jugar "tekken 6" primero jugué con Julián y por poco me gana, jugamos la revancha y perdí penosamente.
— Voy al baño — dije mientras ellos jugaban.
Me lavé las manos, antes de salir, estaban conversando cuando entré al cuarto, pero se detuvieron al instante que me vieron llegar. No quise saber de qué hablaban así que no pregunté, simplemente los miré expectante, pero insistí en no preguntar. Me acerqué a Giovanni y comencé a taparle los ojos y mover los controles para que perdiera.
— ¡deja! — decía mientras reíamos —, me vas a hacer perder.
— ¿o si no?
Lo pregunté viéndolo, él estaba de perfil y vi sus pestañas largas, y curvas, luego su nariz y por último su boca. Se giró y tuvo su rostro a unos tres centímetros, me sorprendí, no esperaba eso, miré a sus ojos y me acerqué lentamente a su boca. Ni se inmutó, sólo me vio a los ojos. Respiré hondo. Esta vez los dos teníamos la guardia baja.
— Así no es divertido
Sonreí. Me mordí el labio y mi respiración se hacía más notable, me acerqué hasta que sentí sus labios suaves en los míos, esta vez fue distinta a las anteriores, fue suave, esta vez me tome la molestia, si así podría decirle, para sentir sus labios, de jugar con mi lengua en su boca, despacio. Mi corazón se desbocó al sentir su lengua con la mía. Julián se aclaró la garganta.
— No coman delante de los pobres— dijo con poca felicidad en su rostro. Pasaron unos segundos y fue cuando decidimos separarnos.
Había pasado un mes desde que Giovanni y yo nos vimos por última vez.
— ¿No han visto a Giovanni?— preguntó su novia.
— No — respondimos la mayoría
— Debe estar en su casa
Respondió uno de los amigos más cercanos del chico más buscado del día. Seguimos suponiendo donde podría estar como por unos cinco minutos y luego apareció, luego apareció como si lo hubieran invocado. Saludó a todos los presentes incluyéndome, me sentí internamente feliz. Le dio un beso en los labios a la novia, la felicidad no siempre perdura, pero a pesar de todo fue un beso corto, seco, me pareció hasta poco importante, luego de notarlo, su acritud hacia ella era visible. La chica lo estuvo esperando y él se comportaba como si ella fuera una extraña. Me pareció que dijo que tenía otras cosas que hacer y se fue sin más, otro beso seco y partió. Todos en especial la chica nos preguntamos, que le sucedería, pero nadie sabía o quizá si había alguien. Ella se quedó un rato y luego se fue también y el chico que era amigo directamente de Giovanni se fue tras él. Un chico regordete, de cabello corto y una cola delgada de cabello en la nuca que le llegaba hasta los omóplatos, moreno, y de rasgos indios, también tenía algunas acciones femeninas, por no decir la mayoría.
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OSADIA
Action"Este libro traduce la experiencia de esos años a una ficción cuyos personajes existen únicamente en la página impresa." Morris West: la jugada maestra De una u otra manera, aprendes que las cosas no son para siempre, que hay personas que llegan a t...