Edward se sentía asustado por la manera en la que le hablaba Miranda ya había pasado tres semanas desde que había llegado a la mansión y todos los días eran lo mismo. No podía hacer nada sin que Miranda estuviera enterada y a cada uno de sus empleados les pedía un informe escrito cada noche sobre lo que Edward hacia o no.
Edward trataba de no hacer demasiadas cosas, pero sin embargo se sentía inútil al no poder moverse como lo hacía antes, para él era frustrante estar encerrado en la mansión sin poder salir y que lo tengan vigilado. Extrañaba tener su trabajo y No poder seguir planeando sus nuevos proyectos lo desesperaba.
Eran alrededor de las 7:30am cuando él fue a la planta baja para hacer su rutina, pero lo que nos esperaba era ver a una joven peli negra de ojos avellana en medio de la estancia con unos pantaloncillos cortos que le llegaban a la mitad de muslo apegados a su cuerpo color negro y una blusa de tirantes azul marina su cabello estaba atado en una coleta desordenada y en su mano traía un móvil por donde atendía una llamada. El la miro divertido ya que ella prácticamente estaba desesperada por lo que aparentemente era un negocio. Él se acercó y con señas pregunto si se podía quedar ahí. Ella sin tomarle mucha atención asintió y siguió hablando por el teléfono.
Edward miro unos papeles y luego posó su vista en unos planos que estaban en la mesita del medio de la estancia. Tomó un lápiz y empezó a modificar sin permiso alguno. Miranda lo dejó hacerlo ya que esos eran una copia. Pero aun así no le quitó la vista de encima.
Después de que Miranda terminará la llamada se retiró de la estancia dejando a solas a Edward. Ella prefirió ir a la cocina y prepararse algo se comer. Pero su sorpresa fue ver a Adelina con una bandeja llena de comida.
-Mi niña pensaba que estabas en tu alcoba.
-Pues ya ves que no....-dijo tomando asiento en uno de los taburetes de la isla.
-niña, quería preguntarle ¿si este año festejara su cumpleaños?
-Sabes que no, aborrezco ese día-dijo Ella cortante, no contenía su impulso de irse y dejar todo como estaba, pero era imposible-Ese día voy a trabajar, y ustedes tendrán su día libre como todos los años, a Edward lo mandare a un viaje a España por tres días...
Edward terminó de modificar los planos, y decidió ir a mostrárselos a Miranda. Antes de que el entrará a la cocina escucho a Miranda hablar con Adelina. Escuchaba como Miranda se negaba a festejar su cumpleaños y los planes que tenía para ese día, también escucho lo que planeaba hacer con él. Él se decepcionó, pensaba que ella ya había cambiado con él, pensaba que ya no sería tan fría y agresiva cada vez que lo veía, pensaba que lo iba a dejar acercarse a ella.
En ese momento él se arrepintió de entrar y mejor decidió dejar los planos en una mesita que estaba cerca de ahí y tomó rumbo a su habitación. Se encerró ahí, Adelina le llevo el desayuno a la habitación y el rechazo todo así estuvo por tres días enteros. Encerrado en su habitación sin comer nada y cuando tenía sed iba a la cocina sin que nadie le viera.
En el cuarto día Miranda no fue a la empresa, tenía asuntos que resolver y uno de ellos era Edward. No lo había visto desde aquella mañana en la que hablo con Adelina. Por un lado, ella se sentía preocupada, pero por otro ella misma se decía que él no era su problema.
Ella tenía que hablar con él para avisarle sobre su viaje a España, pero no lo encontraba por ningún lado, sabía que él siempre iba en la mañana al gimnasio, pero esa ves no lo encontró ahí así que fue a la recámara de Edward esperando tener señales de él.
En su camino encontró. Estaba frente a la puerta cuando una llamada entró en su móvil.
-Carrison
-Hayamos a marroquí, está en las costas de Brasil. Tenemos capturarlo antes de que se entere que estamos tras él. No sabemos cuánto tiempo tenemos, por lo que nos contó Edward.
-y quieres que yo lo capture...
-Exacto, en ese tiempo Edward tiene que resguardarse bajo llave
-Lo enviaré a España-dijo como si nada.
-Sigues con es estúpido pensamiento, porque no olvidas de una vez todo eso. Tal vez se le cuentes a alguien tu pasado el dolor termine.
-Nunca lo haré, es mi problema, sólo mío y de nadie más, y espero que calles ese hocico que tienes Barry o te juro que te Castro...
-ok, me callo, pero tú y yo sabemos que la verdad siempre sale a la luz. Toma eso en cuenta.
Ella simplemente dejó el tema por la paz y colgó la llamada.
Sin tocar la puerta de la habitación, entro en ella. Encontrado a un Edward dormido en la orilla de la cama.
Se acercó a él.
Narra Miranda:
Se vea pálido y algo flacucho, realmente me estaba preocupando y si algo le está pasando y yo no estoy enterada. Me siento culpable por haberle dejado aquí encerrado y sólo sin alguna compañía. Debí de haberme quedado y hacer a un lado mis problemas.
Me acerqué a él y con las puntas de mis dedos lo acaricié. Su piel es sube como el terciopelo. Trate de despertarlo, pero no reaccionaba. Estaba asustándome.
-Edward, reacciona, ya despiértate..., CARAJO HOMBRE TIENES EL SUEÑO DEMACIADO PESADO O ¿QUE?
-Miranda-dijo el en un susurro de lo débil que estaba.
-Vamos, tenemos que ir al hospital, pero a la de ¡¡ya!!
Al llegar al hospital el médico ya estaba preparado para recibir a Edward quien estaba a punto de desvanecerse.
Pasaron un par de horas cuando el doctor salió de la habitación donde estaba examinando a Edward...
-El señor marroquí tubo el desmayo por falta de alimento, lo tendremos en observación esta noche y mañana podrá irse, pero con una serie de indicaciones las cuales tiene que seguir al pie de la letra.
-Gracias Doc.
-Si gusta puede pasar a ver a su esposo...-no dejó que Ella contestara, dejándola con la palabra en la boca. Miranda algo divertida sonrió al sólo pensar que ella algún día se pudiera casar.
Sin esperar más entró a la habitación correspondiente. Ahí estaba el conectado a una intravenosa que le daba lo necesario para curarse. Miranda tomó una silla y la se acercó a la camilla esperando a que el reaccionará para poder regañarle por su descuido.
Sin darse cuenta ya era de noche sus párpados los sentía pesados trató de mantenerse despierta pero su cuerpo le llevaba la contraria, haciendo que su cabeza se apoyará en la camilla, y por último terminará quedándose en un profundo sueño.
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Entrenada para matar
Random-Detente -Lo único que me detendrá es la muerte Novela totalmente original. Prohibido su copia o adaptación.