-Déjame salir de aquí, Yo no te he hecho nada para que me hagas esto.
-Con solo tu existencia me vasta
-¡¡POR DIOS SOY TU HIJO!!
-Un hijo que solo sirve para estorbar...
Edward se encontraba atado a una silla de madera, con su ropa sucia con manchas de su propia sangre, su cuerpo estaba lleno de golpes y cortadas profundas que lo hacía gemir cuando realizaba un movimiento brusco.
Mientras tanto Marroquín solo disfrutaba de cómo lo veía sufrir. Un hombre con tanta crueldad no se le podía llamar padre, pero sin importar Edward trataba de hacerle ver que le hacía daño a su propio hijo, sangre de su sangre, pero fue en vano todas las suplicas escuchadas en todo ese tiempo, sufrió en vano
-Sabes, cuando naciste pensaba hacerte a mi forma, hacerte como yo, pero por la culpa de tu maldita madre que siempre te protegía nunca logre que te acercaras a los negocios.
- ¿Cuáles negocios? Tú lo único que querías de mi era que siguiera por malditos pasos para pudrirme como tu...
-Pero yo me pudriré en montañas de dinero, en cambio tú, tu solo morirás como un vil gato.
El tiempo seguía pasando, mientras que ellos discutían, Zaira preparaba su arma y un silenciador, ella solo esperaba que Marroquín se apartara y le diera la indicación de matar a Edward para poder saber algo de su madre, cuando ella era pequeña Marroquín la separó de su madre, tuvo que crecer entre asesinos, narcotraficantes, estafadores, y un sin fin de personas que se dedicaban a hacerles daño a los demás. Ella había crecido en un mundo donde para sobrevivir tenía que defenderse con uñas y dientes, en un lugar donde ella se convirtió en una más de ellos.
Ya lista para cometer otro asesinato entró al cuarto donde se encontraban Marroquín y Edward.
Marroquín se alejó de Edward en señal de que Zaira procediera a cometer tal acto.
Edward resignado a esperar su muerte, cerró los ojos esperando que la pistola colocada en su frente arrojará la bala y perforara su cráneo...
Pero antes de que la agente Zaira jalara del gatillo, una flecha de plata le desvió el disparo haciendo que la bala impactará en la pared de madera.
Marroquí furioso miro hacia el lugar donde había salido aquella flecha, encontrándose con una silueta oculta en la oscuridad
-Qué bonita familia... una familia donde la hermana mayor pretende matar a su propio hermano, donde el padre es tan cruel que no le importa un bledo que sus propios hijos se maten, ¡¡¡PERO QUE BONITA FAMILIA!!!
- ¿De qué rayos estás hablando? -hablo Zaira con inseguridad y curiosidad
- ¿qué?, nunca te dijeron que Edward es tu hermano menor, ¡uy! Qué lástima que ya no vayas a pasar tiempo con el después de que lo mates. Pero antes de que lo mates permíteme presentarme...
Tal vez no me reconozca, Marroquín, pero era aquella niña ingenua que hace unos años llegó a tu alcancé a la que le enseñaste a matar, a ser cruel, fría, y sobre todo a la que le enseñaste no tener piedad.
-Virginia...-susurró Marroquín
-Exacto, y ahora vengo a decirte que el aprendiz superó al maestro...
-Me alegro escuchar algo bueno, saber que alguien siguió mis pasos.
-Oh... no me dejaste acabar, lo que decía era que el aprendiz superó al maestro y ahora acabará con su venganza...
-¡¡Miranda!!-Exclamo en voz baja Edward.
-Sabes cuando entre en esto de ser una asesina nunca pensé que el asesino de mis padres fuera quien me entrenara para matarlo, irónico, ¿no crees?
-Demasiado, pero eres lo suficientemente débil como para dejarme con vida por el simple hecho de sentir algo por mi propio hijo ¿no crees? -dijo Marroquín con aires de grandeza.
El ambiente estaba más que tenso. Miranda y Marroquín se miraban intensamente, sus caras no reflejaban ni una pizca de emoción, sus palabras eran insignificantes tanto uno como para el otro. Edward solo miraba la escena al igual que Zaira que aún seguía apuntando el arma hacia su hermano. Miranda no dejaba de lado su arco y flecha, mucho menos bajo la guardia.
-Baja el arma Zaira-exigió Miranda- si no quieres que te dejé clavada una fleca en el cráneo.
Zaira no dudo en hacerlo, ella ya se había arrepentido de lo que estaba a punto de hacer. Además de saber que, aunque no lo hiciera Miranda le ganaría la batalla, también porque sabía que la primera vez que se enfrentó a ella, Zaira había obtenido su primer error en una batalla además de saber que por ese incidente descubrió su gran enfermedad.
-¡¡¿QUÉ HACES ESTÚPIDA?!!, MATALO DE UNA VES POR TODAS...- grito Marroquín desesperado por ver a su hija siguiendo las órdenes de Miranda.
-¡¡NO!!, NO PIENSO MATARLO O NO AL MENOS HASTA SABER LA MALDITA VERDAD... POR AÑOS ME MANIPULASTE A TU GUSTO SOLO POR QUE ESTABA DESEPERADA POR SABER DE MI MADRE... y ahora saber que tengo un hermano me hace pensar que todo este tiempo viví engañada por tus mentiras.
Marroquín no espero y se abalanzó sobre Zaira para poder desquitar toda su furia cargada olvidado por completo la presencia de Miranda y Edward.
*Nara Zaira*
Estaba confundida, ¿cómo rayos sabia Carrison que Edward era mi hermano? ¿por qué no mato a Marroquín antes, cuando la entrenaba? ¿por qué ahora?
Seguí apuntado hacia la cabeza del bastardo de Edward, que significa que el fuera mi hermano no significa que no lo mate con tal de saber la verdad sobre mi madre.
Seguía estando atenta a cada movimiento que hacían, no quería que en esta batalla la perjudicada fuera yo, no otra vez.
Por un instante pensé en disparar a Carrison para así salir de aquí lo más pronto posible, pero al escuchar todo lo que decían me arrepentí.
Y en el momento que ella se atrevió a exigirme que bajará el arma no me reúse, simplemente porque sabía que aun siendo más ágil que ella, ella me mataría antes de que la bala impactará en ella.
Tanto tiempo guardando mi tristeza, pero hoy era tiempo de enfrentarme a él.
Y sin más solté aquellas palabras, sin pensar, ni utilizar mi prudencia, en palabras le dije a la persona que le temía, por primera vez que me reusaba a seguir sus órdenes.
Estaba dispuesta a defenderme si era necesario, y aunque sabía que él era más fuerte, ahí estaba esperando su primer golpe, pero ese golpe nunca llegó.
A centímetros de mi con su puño en el aire, una flecha lo atacó siendo clavada en la mitad de su frente.
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Entrenada para matar
De Todo-Detente -Lo único que me detendrá es la muerte Novela totalmente original. Prohibido su copia o adaptación.