- ¿DODEN CARAJOS ESTA LA ESCORIA DE TU JEFE?
-Nunca te diré maldita
-HABLA O TE MATO...
-No sé dónde carajos se metió, satisfecha-dijo con rabia el tipo que estaba contra el suelo y bajo la bota de Miranda.
Todo iba bien en el operativo hasta que se percataron de que Marroquín no estaba en el lugar, se la pasaron dos horas buscado en el lugar mientras que los cadetes esposaban a los guardias y todo aquel que estaba en aquella mansión. Miranda antes de que hicieran entrar a uno de los guardias en la camioneta, lo reconoció como el hombre del tatuaje.
-A MI NO ME HABLES DE ESA MANERA, IDIOTA. CHICOS LLEVENSELO, ANTES DE QUE LE ROMPA LA CARA DE IDIOTA MAL PARIDO.
-Si agente-dijeron dos cadetes quien tomaron al hombre de los brazos y lo empujaron hasta que entró en la camioneta.
"¿Dónde carajos esta?" dijo en su mente. "¿dónde?"
-Evans-le hablo al cadete quien tenía como su mano derecha, el cadete se acercó con paso firme y acelerado, esperando que Miranda le diera órdenes.
-Si agente...
-Comunícate con el agente Barry infórmale de la situación y que me llame a las veintidós horas.
-a sus órdenes agente.
-Ah... y quiero un informe de la operación antes de irnos, después de eso te puedes ir a tu casa.
-Pero... Pero yo no me puedo irme agente...-dijo Evans, sorprendido de la orden de Mirada
-No te estoy preguntando, te vas a ir y te quiero en el cuartel el lunes a primera hora-Miranda palmeo el hombro de Evans-Anda ve a ver a tu familia, que bien te lo mereces-se marchó entrando a su auto y saliendo del lugar para dirigirse al cuartel.
Todo el camino se la había pasado pensando ¿en dónde estaba Marroquín y como rayos es que sabía que iba por el?, ¿cómo supo del operativo? Sus respuestas no estaban claras, pero estaba a punto de averiguarlo. Trataba de mantener la calma con todo lo que estaba sucediendo, pero era prácticamente imposible, golpeaba con las puntas de sus dedos el volante en señal de ansiedad. Miro por un segundo su móvil y al hacerlo sonrió al ver su fondo de pantalla era una fotografía de Leo en brazos de Edward. Estaba hundida en sus pensamientos hasta que la bocina de un coche la hizo salir de ellos.
Mientras en Wisconsin Barry trabajaba en no perder la calma y lanzarse del balcón más cercano. Estaba frustrado nunca en su vida había visto un caso como este, a él ya le había llegado la notificación sobre la desaparición de Edward, trataba de mantener la calma ya que Leo estaba con él en la silla de enfrente coloreando en hojas blancas. Volteó a mirarlo y sonrió, sonrió por el hecho de que por fin Leo le daba un poco de felicidad a Miranda.
Faltaban cinco minutos para las veintidós horas y con tal situación Barry estaba indeciso en hacer aquella llamada.
- ¿Mami? -dijo leo al escuchar el teléfono sonar, Barry miro al reloj y se dio cuenta que habían pasado veinte minutos desde última vez que revisó el reloj. Maldijo en su mente.
-La convocaste-dijo mostrándole el móvil con la imagen de Miranda queriéndose ocultarse de la cámara.
-MAMI-dijo el pequeño en un grito que mostraba lo feliz que estaba con aquella llamada.
- ¿Por qué maldita sea no llamas?
-Miranda..., no sé cómo decirte esto
-Barry no estoy para juegos, he tenido un pésimo día como para escuchar idiotez y media
-No es una estupidez
-Eso espero, porque no aguantare otra cosa, ya tengo suficiente con que Marroquín se haya escapado.
Barry quedó en Shock, trató de no quedarse tanto tiempo paralizado, pero era imposible.
-Carajo, Barry, habla antes de que valla a tu casa y te paté el maldito trasero.
-Miranda...
- ¿¿QUE??
-S-se lo lle-llevaron.
- ¿Qué estás diciendo?
-se lo llevaron, Miranda, se lo llevaron. Marroquín se llevó a Edward.
Cuando Barry terminó lo que tanto temía decir, Miranda dejo caer el móvil y se agarró el cabello desesperada, Pero ¿cómo se había enterado Marroquín de que él estaba en España y no en Wisconsin?
Tres semanas habían pasado, tres semanas en las cuales aún no sabían nada de Edward ni de Marroquín.
Miranda había regresado a Wisconsin trató de estar el mayor tiempo con Leo, pero no fue lo suficiente para consolar al pequeño que sufría al no saber nada de Edward.
Barry por su parte iba y venía a la agencia trayendo y llevando información sobre la operación fallida en Brasil.
Tras a ver pasado varias noches en vela Miranda al fin calló vencida por el sueño.
Barry aprovechó que Miranda dormía para llevar a Leo por un helado, pasaron las horas cuando un estruendoso ruido proveniente de la cocina se escuchó haciendo que Miranda despertará y se alertara ante la situación.
Sigilosa y con su arma preparada camino a la cocina para atacar aquel intruso que invadía su casa.
Antes de llegar, otro ruido se escuchó en la estancia y otro en su recámara, los ruidos aumentaban y cambian de lugar, ella no sabía a qué dirección ir así que fue a su despacho para asegurarse de donde exactamente provenían los ruidos.
Al entrar al despacho fue directo al monitor donde mostraban todas las cámaras instaladas en la mansión, se podía apreciar la silueta de tres hombres de grandes cuerpos y vestidos de negro para camuflajearse en la oscura noche.
Miranda tomó un silenciador y su arma con municiones para después ir en dirección de su primera víctima.
ESTÁS LEYENDO
Entrenada para matar
Random-Detente -Lo único que me detendrá es la muerte Novela totalmente original. Prohibido su copia o adaptación.