Entrenada para matar

cap13

Tras haber matado a Marroquín, Miranda se acercó a Edward para desatarlo de aquella silla.
La agente Zaira miraba el cuerpo de su padre.
"¿Y ahora como sabré donde está mi madre?" era lo que ella pensaba, su única fuente de información era Marroquín pero sin él en el juego ella no sabría dónde buscar.

-Vamos a un hospital, tienen que curarte- dijo Miranda aun sin ver a los ojos a Edward.

-No quiero ir, solo quiero descansar- protesto Edward mientras buscaba la mirada de Miranda.

- ¿Y quién te dijo que te estaba preguntado? - Miranda miro a Edward con una sonrisa burlona-Vamos Zaira, sé que no lo hacías por tu cuenta solo buscabas a tu madre y esa escoria te manipulaba.

-No necesito de tu ayuda Carrison...

- ¿En serio? - alzó una ceja- pensaba que querías ver a tu madre- esto último lo dejo en un simple susurro lo bastante audible para que la escucharán.

Edward con un poco de dificultad se levantó, pero al poco tiempo cayó de nuevo en aquella silla de madera.
Miranda no dudo en ayudarlo, poso su brazo en la cintura de Edward y él un brazo en el hombro de Miranda.
Edward sonrió porque era la primera vez que tenía a Miranda tan cerca de él. Pero siempre alguien arruina el momento ¿no? En este caso fue la propia Miranda.

-Quita tu cara de idiota- dijo con una gran sonrisa que quería disfrazar, pero fue prácticamente imposible, ya que le alegraba tenerlo cerca de ella sin tener que pensar en el bastardo que acababa de matar.

Para Miranda era el mejor día de su vida, aunque no se comparaba con el día en el que Leonardo llego a su vida.

- ¿Dónde se encuentra?

-En California al norte en un pueblo pequeño, solo sé que está en buenas condiciones Marroquín solo le mandaba dinero y la tiene o más bien tenía bajo seguridad, con lo que acaba de pasar no sé qué será de ella así que date prisa.

Con un asentimiento de cabeza Zaira le dio las gracias a Miranda para luego marcharse y nunca más aparecer en sus vidas o por lo menos eso pensaba Miranda.

Mientras tanto Barry se moría de angustia ya habían pasado tres días y Miranda no daba señales de vida, a Leonardo lo trataban de distraer, pero no funcionaba nada de lo que hacían, por otro lado, Lizet a sus cuatro meses de embarazo tenía una barriga ya notoria que hacia feliz a Barry ya que cada vez que él se acercaba a ella podía sentir aquella piel suave y cálida de su amada...

Mientras trataban de salir de aquel lugar, Miranda no bajaba la guardia, a pesar de haber acabado con los cómplices de Marroquín seguía insegura, no confiaba en ese lugar por mas abandonado que estuviera.

- ¿Por qué la dejaste ir? - Pregunto Edward mientras que trataba de encontrar su mirada. Miranda solo quería regresar y tumbarse en el sillón para disfrutar su ya oficial retiró.
-Si te soy sincera, ya no es mi problema... me acabo de retirar.
- ¿Cómo que te has retirado?
-Es una larga historia que contar, pero primero hay que irnos de aquí, este lugar lo aborrezco.
-Ok..., ¿Miranda?
- ¿Si?
-Puedes quitar tu mano de ahí, me duele.

Miranda preocupada lo volteo a ver en eso vio que habla con la verdad así que le ayudó a sentarse en el suelo para poderlo revisar y hacer algo para no agravar su estado.

- ¿En dónde te duele exactamente?
-Por un costado del abdomen
-Quítate la camisa te voy a revisar.

Y efectivamente Edward tenía una herida provocada por una daga. Miranda paso dos dedos por la herida provocando que Edward soltara un pequeño gemido. Miranda ante la situación se sonrojó, pero a pesar de que todo había acabado no quiso que Edward se percatara de lo que le provocaba.

(...)

- ¿Cómo esta doc.?
-Solo tiene heridas múltiples sin algún riesgo de lastimarlo, solo le pido que el señor Edward haga reposo.
-Claro Doc. de eso yo me encargo.
-Agente Carrison, no sé si sean necesario, pero, ¿quera la misma habitación reservada para el otro mes...?

Miranda río como nunca antes, el comentario del Doctor que los había atendiendo anteriormente le hizo alegre un poco el día.

-No creo que sea necesario doc...

Tras haber terminado de escuchar las indicaciones del médico Miranda estaba dispuesta a entrar a la habitación en la que se encontraba Edward.

- ¿Ya dejaron de planificar como tortúrame?

-No, tendrás que quedarte aquí durante tres o cuatro semanas...

-¡¡¿¿QUÉ??!!

-Estoy jugando-Miranda con una pequeña sonrisa se acercó a él y le entrego una bolsa marrón-te traje un poco de ropa y algunas cosas para que te arregles, iremos a la mansión y Leo no te puede ver así, iré a pagar ahora regresó

Miranda estaba a punto de salir cuando la voz de Edward la detiene.

-Miranda
- ¿si?
-Gracias...
-Si si, guarda tu sentimentalismo y lárgate a bañar, apesta
-Gracias por tu honestidad... – dijo en modo de sarcasmo

Miranda salió por fin de la habitación. Al terminar de hacer todos los pagos necesarios para salir del hospital regresó donde estaba Edward encontrándolo ya arreglado.

-Ya era hora de que regresaras, ¿nos podemos ir ya?, odio estos lugares.
-Claro, miedoso
-No soy un miedoso
-Si como no, ahora camina que aún nos falta mucho que recorrer antes de ir a casa.
- ¿A dónde iremos?
-Digamos que tengo que hacer algo que hace mucho debí de hacer

Tras salir de aquel lugar ambos se dirigían sin rumbo alguno, ya que por los pensamientos de Miranda se encontraban perdidos.

Narra Miranda:

Que rayos haré con mi vida se suponía que después de esto mi vida sería normal, aunque no sé si estoy dispuesta a volver a mi vida ordinaria, pero pensándolo bien nunca tuve una vida ordinaria, siempre estaba involucrada con la CIA, FBI, el Ejército y todo lo que me ayudará a encontrar a Marroquín, pero ahora todo eso acabó.

-Miranda
- ¿Si?
-Tu móvil está sonando
-Ah... es eso

Contesté sin ver quién era.

-Una maldita semana Carrison y tú no te dignas aparecer.
- ¿Qué es lo quieres Barry?
-Lo que quiero es que me des una maldita explicación de dónde estás, crees que no me di cuenta que a pagaste el GPS del coche. Espero que tengas una buena excusa.
-Pareces como si fueras mi nana
-No me vengas con eso en estos momentos Miranda.
-Bye, nos vemos pronto
-NO me cuelgues...

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