Capítulo 11

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En colaboración con Mariana Sánchez


A pesar de tener tiempo suficiente para los próximos exámenes, los profesores hacían el recordatorio a cada uno de sus alumnos. Debían comenzar a estudiar; varios estudiantes se quejaban de tener que cambiar su tiempo libre para sumergirse en las páginas de libros. Las clases eran tediosas y aburridas; debían aprenderse hechizos y fechas importantes, memorizar ingredientes de pociones y demás, todo con tal de aprobar. El tiempo que Amshel y Andrea compartían juntos era casi siempre divertido, aunque igual compartían momentos en donde se iban a la biblioteca a realizar los deberes. A veces pasaba tiempo con Mena, Gus, Keisi y Alexander, otros los pasaba con Gavin. Como resultado de esto, corrieron rumores que no le daban importancia. Algo en que tenía que agradecerle a Weasley era la paciencia que logró desarrollar; quizás por esa razón, ignoraba las habladurías que se daban en torno a ella.

—Echo de menos esos días en el bosque —dijo Andy una vez mientras estaban estudiando en un aula vacía.

—Ya falta poco para las vacaciones, Green. No desesperes.

—¿No podríamos ir a dar una vuelta o algo?

—Sabes que aquí no puedo.

—Sería divertido —respondió con un largo suspiro, a veces para la castaña le resultaba tedioso estudiar, solía ser algo perezosa.

—Y dime ¿qué tal van las cosas con Weasley y Rookwood?

—Pues tú dímelo, tú lees los pensamientos ¿traman algo contra mí?

—Hasta el momento nada.

—Qué bueno que me advertiste de su última broma, sino ahorita estaría llena de pelo. —Dicho eso ambos comenzaron a reír.

Mena tenía mala espina sobre Santino, le intrigaba su comportamiento; era eso o no le agradaba que hablara demasiado con sus dos mejores amigos. Ya casi no pasaba tiempo con Gustav o Andrea, los tres estaban en el patio charlando animadamente y preguntándose qué era eso que los hacía reír demasiado. La pelirroja los observó y vislumbró una pequeña botellita de ¿poción? Sus amigos la observaban maravillados. Ellos eran sus amigos, tenía derecho de antigüedad. Conocía a Gus desde pequeños. No iba a permitir que ese tal Santino les hiciera daño o algo peor... Los pensamientos de paranoia se detuvieron cuando se imaginó a su mejor amigo, el chico más inteligente, ser hechizado por alguien. Quizás eran celos irracionales, aunque tampoco sentía que estaba para darle una oportunidad al niño Ravenclaw.

El verano estaba por llegar a los campos del castillo. El cielo y el lago eran del mismo azul claro, y en los invernaderos brotaron flores como repollos. Por las ventanas se veía a Hagrid cruzar el campo a grandes zancadas con el viejo Fang detrás; en el interior del castillo, los profesores insistían con los exámenes. En Encantamientos, la primera clase del día, a los diez minutos de haber empezado, el profesor Flitwick les recordó que los exámenes comenzarían el 1 de junio; a dos semanas de ello. ¿Qué había aprendido durante aquel curso? Se preguntaba distraídamente Andrea mientras garabateaba en su cuaderno. Lo único que le llegaba a la mente eran las veces que estuvo castigada. No le venía a la cabeza ni una sola cosa que pudiera resultar útil en un examen. Dio un largo suspiro mientras arrancaba un pedazo de pergamino, escribió en él y se lo pasó a Amshel, que en ese día se sentó a su lado.

Estoy aburrida.

Presta atención a la teoría sino reprobarás.

Podemos practicar después.

No me distraigas.

En verdad me aburro. :(

—Green...

Plumas de FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora