Capítulo 14

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Los murmullos de emoción invadieron el Gran Comedor. Teorías se formularon. ¿Qué era ese evento tan importante que sucedería? ¿Otro torneo de los tres magos? Un intento de limar asperezas con las escuelas mágicas. La última vez no funcionó; aquellos infortunados sucesos que se dieron: la muerte de Cedric Diggory y el retorno de Lord Voldermort. Ahora en tiempos diferentes, la intriga y curiosidad generaba excitación en la mayoría. Mena, Andrea y Gus se juntaron, antes de ir a sus respectivas torres, para charlar del asunto.

—¿Qué creen que sea? —preguntó la castaña al salir del gran comedor junto con los demás en medio de tantos murmullos.

—No lo sé, dudo mucho que sea el torneo de los tres magos.

—¿Por qué lo dices? —preguntó Mena. Estaba pensativa por todo.

—Pienselo bien. Andy y su padre fueron al sur de América. Yo estuve en el norte y en Asia, ¿no les dice algo?

—No... bueno, sólo que a lo mejor fue una búsqueda de magos importantes. No olvides que mi papá se dedica a eso.

—No me cuadra.

—Supongo que ya sabremos cuando mi abuela nos diga.

—Yupi.

Se despidieron en las escaleras, antes de que las chicas entraran por el retrato de la dama gorda, Mena se quedó unos instantes charlando con Gustav. Al término de su corta conversación, se metieron a la sala común de Gryffindor; él siguió su camino a la torre de Ravenclaw. Al entrar subió a su dormitorio, el banquete dejó a los estudiantes aturdidos. Eso hizo que se acordara de Gludy, y su encuentro del curso pasado con Somender. Todos esos detalles de su castigo y sobre su pequeño amigo era algo que no les había contado a los demás, por el momento tampoco tenía intenciones de hacerlo. Si sus dos mejores amigos tenían secretos, no veía por qué ella no.

Cuando Andrea, Mena, Keisi y Alexander entraron en el gran comedor a desayunar, lo primero que vieron fue a Kissy Weasley y Lesma Rookwood juntas; cuchicheando sobre algo. La castaña se preguntó si estaban planeando algo en contra de ella y si debía estar más alerta. Ya estaba cansada de caer en sus bromas, salir castigada y perder puntos, por eso había jurado que ese curso se portaría bien.

—Sé lo que piensas —dijo Alexander, quien iba detrás de ella.

—¿Ah sí? ¿En qué pienso? —Desafió con una sonrisa.

—En que están buscando la forma de fastidiar.

—Eso es muy normal de ellas. —Se dejó caer en un asiento de la mesa de Gryffindor; a lado de Gavin.

—Los nuevos horarios de tercero —anunció pasándolos al resto de todos—. ¿Qué tal el verano?

—Muy bien, ¿y el tuyo? —Se acercó unas cuantas tostadas y la mermelada.

—Tranquilo, ya sabes. Ideé nuevas estrategias para ganar la copa de quidditch, pero este curso, por lo que veo, no habrá.

—Será por una buena causa... supongo. —Le llamó la atención que las Slytherins estuvieran hablando con las cabezas juntas; dejó su tostada a medio camino de su boca—. Algo traman.

—Si te sirve de consuelo, no es nada en contra tuya —dijo alguien más. Amshel tomó asiento al otro lado de su amiga.

—¿Por qué lo dices? —Antes de responderle, observó a Gavin.

—Oí por ahí que alguien de su misma casa la enfrentó.

—¿Cómo? ¿Qué pasó?

—¿Quien?

—Una tal Mariana Somender. —Le dio interés en saber más.

—¿Quién es esa chica?

—Fue mi compañera de castigo el curso pasado. Va en segundo. —Eso era algo que no les había comentado a los demás—. Pero... ¿sabes qué ocurrió?

Plumas de FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora