Plumas de Fénix

Capítulo 18

El hecho de que Andrea hubiera preferido a alguien más, para resolver sus problemas, en lugar de sus amigos, significaba demasiado. Convertirse en el héroe era un plus que le cayó como anillo al dedo a Connor, quien decidió que su proyecto a largo plazo sería Andrea Green, lo cual, comenzó después de haber resuelto la broma que la atormentó. Significaba demasiado que ella acudiera en su ayuda para buscar una revancha, eso importaba más de la cuenta, incluso más de lo que él podía aparentar. Luego de que la castaña le pidiera aquel peculiar favor, Connor buscó el momento ideal para abordar a Weasley, y eso sucedió a la hora de la comida en un sábado muy tranquilo; al verla pasar, esperó unos minutos antes de ir tras la chica, se arregló la túnica y probó un poco de menta en spray. Fue muy rápido, lo suficiente para posarse enfrente de ella y cortar sus pasos en seco.

—¿Qué rayos te sucede?

—Fue buena la jugada que hiciste.

—¿Y tú eres...? —Kissy lo analizó de pies a cabeza, se detuvo por unos instantes en el color de su túnica.

—Connor Reed —extendió su mano, sin embargo, ella lo ignoró.

—No, no sé quién eres.

—Bueno, es tu día de suerte, preciosa —respondió con una sonrisa mientras se fue acercando más a ella—, yo te conozco más de lo que crees.

—No lo creo. —Kissy intentó dejarlo a un lado, pero no lo logró—. ¿Qué quieres?

—Quiero ofrecerte mucho, pelirroja. —La chica rio escandalosamente, incluso, se limpió una lágrima.

—¿Qué me puede ofrecer un apestoso gryffindor?, ¿pulgas? —Quiso seguir su camino, pero Connor la detuvo tomando con fuerza su muñeca—. ¡Suéltame!

—No quieres conocerme por las malas. —Su gesto amable se transformó—. Si fuera tú, cuidaría mis palabras.

—¿Ah sí? Yo creo que no. —Se zafó con brusquedad mientras sacaba su varita, él se limitó a sonreír de una manera muy arrogante.

—Puedes perder oportunidades. —Con seguridad, su mano bajó la varita y luego tomó un mechón entre sus dedos—. ¿No te interesa que Green sufriera la peor humillación de su vida?

—Ya la tuvo.

—Te equivocas.

—Sí, sí, lo que digas. —Lo hizo a un lado, sin embargo, antes de dejarla partir, le susurró en la oreja.

—Ella va un paso adelante que tú. —Se separó esperando que sus palabras surtieron efecto, y cuando comenzó a andar de vuelta a la torre...

—Espera. —Él sonrió con satisfacción—, ¿qué quieres decir?

—¿Crees que se quedará con las manos cruzadas? —La chica trató de procesar aquello que estaba escuchando—, ¿por qué crees que estoy hablando contigo? —Esperó, saboreando el momento a sabiendas que todo eso que decía ejercía cierta presión.

—Ella... no... puede. —Su rostro se crispó y se tiñó de rojo del enojo.

—Pero yo te puedo ayudar a que eso no pase.

—¿Cómo? ¿Acaso no eres un amigo suyo?

—Se podría decir que busco más que una amistad.

—Creí que los gryffindor eran leales...

—¿Quieres ayuda o no? —insistió Connor al notar que, de cierta manera, Kissy no mostraba tanto interés en él como esperaba.

—¿Cuál es tu genial idea?