Dulce beso... en una amarga despedida

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Aquí está la continuación, como me pidieron. Siento haber tardado un poco, estos días no estaba de buen humor (a pesar de haber hecho el 50 cosas sobre mí, es que me aburría y me lo pasé muy bien ^^). También he decidido colgarla hoy porque tampoco sería justo para los demás no actualizar, solo por mi puñetera depresión, lo siento. No sé si será largo, pero, espero que os guste :3 ^^ :


Pov Shinichi

Caminé desesperado por las calles de Tokio, fijándome en cada lugar posible en el que pueda estar. Hace aproximadamente media hora, fui a encontrármela en su casa, pero resulta que no estaba y me estaba preocupando bastante. Seguramente, se habría cansado de esperarme y habría corrido lo más lejos que pueda a un lugar poco transitado por la gente, al igual que hacía de pequeña para esconderse cuando se ponía triste. Tras buscarla por unos 15 minutos más, finalmente la encontré en un callejón oscuro. Ella siempre solía ir hacia allí porque la recordaba a su pasado, pero no me gustaba verla así de triste y sola, por lo que iba siempre a por ella. Me alegraba cuando me veía sorprendida, se secaba sus lágrimas para ocultarlas en vano y me dedicaba una linda sonrisa, que solamente yo, he podido verla en algún momento de mi vida. Me alivié bastante al verla. Exhalé profundamente y me dispuse a acercarme a ella para volver a casa y pedirla disculpas. Me detuve inmediatamente porque vi que no estaba sola, había dos figuras más, entre ellas Ran, apuntando con una pistola a Shiho. 

Me quedé tan conmocionado por esto, que mi cuerpo no podía reaccionar. Cuando finalmente volví en mí, ya era demasiado tarde. Vi a Shiho emanando sangre de su pecho, ensuciando el bonito vestido que se había puesto, cayendo de ella, la flor roja de su pelo, al gran charco de su alrededor. Rápidamente, llamé a la policía y a la ambulancia. Una vez lo hice, me acerqué a ella y la levanté, quedando su cara cerca de la mía, manchando mis manos con su propia sangre. Puse mi mano en su cintura y con la otra rodeando el cuello, comprobando el pulso. Mierda, está yéndose poco a poco por segundos y su cuerpo se vuelve frío también... esto es imperdonable, por una parte, es culpa mía. Lo siento, Shiho.

Shinichi: Shiho, ya estoy aquí, no te preocupes, tienes que resistir. Enseguida vendrá la ambulancia. No te preocupes, ya no estás sola... nunca más lo estarás, no dejaré que nada te separe de mi lado, nunca...-no sabía qué más decir, tenía miedo de que se fuera para siempre-es irónico, ¿no?, mira que olvidarse de mi propio cumpleaños... no es que no quisiese estar contigo, realmente me encantó la idea cuando lo dijiste... soy un completo idiota, espero que me perdones. No soportaría estar más tiempo distanciados y sufriendo constantemente porque yo... yo te quiero-dejé escapar esas tres palabras significantes que estuve esperando decir durante toda mi vida, desde que la conocí.

Espero que me perdones, por todo y por lo que te voy a hacer ahora... no me odies-pensé suplicando. Fui acercando mi rostro al de ella, sujetando su cabeza, estando frente a frente y rocé tímidamente sus labios morados (de lo frío que estaba) con los míos...

Pov Shiho

Oscuridad. Oscuridad es lo que me rodea. No consigo ver nada, a pesar de abrir los ojos, algo me lo impide. Miro a mi alrededor y lo único que veo son sombras de mi pasado. Recuerdos dolorosos que jamás querría volver a recordar ni vivir. Todo el espacio negro se llena de ecos, de voces que no quiero volver a escuchar. Me arrodillo e intento sacudirme esos pensamientos. De repente, siento que alguien me coge y me rodea con sus brazos y me empieza a hablar. Esa voz, es la de Shinichi. Shinichi... lo que daría por estar junto a ti ahora mismo.

Shinichi: Te quiero...-no puede ser. Shinichi se ha confesado y yo en este estado. Intento moverme pero mi cuerpo está inmovilizado, no reacciona. Aunque sea por solo un instante, me gustaría poder, simplemente abrir los labios y decirle que estaré bien. Que yo también le quiero-espero que no me odies por lo que te voy a hacer-. ¿A qué se referirá? Aunque quisiera, no podría ni olvidarme ni odiarle...

Noto una ligera presión en mis labios. De repente, todo a mi alrededor desaparece, dejando una cálida luz. Me encanta esta sensación, es maravillosa. Tan cálida era la luz, que hasta sentía una cantidad inmensa de calor. Debe ser... por el beso que me está dando Shinichi. Lleno de ternura y amor, aunque también un poco de desesperación. Quizá llevaba tiempo esperando por este momento, al igual que yo. A pesar de que mi cuerpo no estaba activo, sentía revolotear mi estómago. Lástima que no pudiese saborear su boca y sentirlo como me gustaría, esta sin duda, será una gran despedida para mí, que llevaré siempre en el corazón. Pero no, no debo rendirme, Shinichi no querría oírme decir esto, desde luego, así que seré fuerte y aguantaré todo lo posible. Te prometo que volveremos a estar juntos...

Tarde o temprano, tuvimos que parar, más bien, él tenía que parar. Siguió hablando sin cansarse, desesperado y suplicando, lleno de culpabilidad, diciéndome que debía sobrevivir, que no soportaría estar sin mí. Después, sentí algo mojando mi cara. Me di cuenta que estaba llorando, en silencio, pero podía notar su cuerpo temblando. Jamás le he visto en este estado.

Shiho: No te preocupes por mí, aguantaré lo que sea necesario. Tengo ganas de volver a verte, teng... no, debo decirte lo que siento antes de poder irme en paz-fue mi último pensamiento antes de quedarme inconsciente para siempre, sin saber qué ocurriría después.

Nunca dejaré que te separen de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora