La noticia inesperada en la luna de miel

481 20 16
                                    

¡Penúltimo capítulo del fanfic! Lo iba a colgar ayer, pero por diversas razones, creé un one-shoot, el cual se ha convertido en un two-shoot: El dolor de una despedida. Si queréis saber más, leedlo, por favor (Spaaam, que bonito y precioso es el spaaam ♪) Vale, ya paro, son locuras mías, no me hagáis mucho caso... Yyy bueno, el final prometo colgarlo el viernes. Lo JURO. Ya lo habéis leído y, si no lo cumplo, os doy el placer de matarme, os lo permito y todo xD. ¡Aquí llega la continuacióóón! (Vale, cálmate Lucía, a ver si la pifias en el capítulo por tus chorradas y tu nivel de locura al 100% y la gente va a pensar mal de ti -.-) Por cierto, se me olvidaba, hay una parte per-... Ahí lo dejo, lo descubriréis vosotros/as mismos/as xD Soy una malota ¿ehh? *Cara pícara (Te he dicho que dejes de hacer gilipolleces¬¬ )

2 semanas más tarde...

Pov Shiho

No puede ser, no lo creo, pero... ¿y si sí? ¿y si sí? Estoy muy asustada por si mis sospechas son correctas. ¿Cómo se lo tomará él? Es una responsabilidad demasiado grande y, además, no tengo ni idea sobre el tema porque nunca me han explicado cómo comportarse en estos casos y saber afrontarlo... A pesar de estar pensando concienzudamente, tenía los ojos abiertos de par en par, sin mirar en ningún lado concreto, pero era incapaz de ver nada, como si no tuviesen vida, como si se hubiesen quedado estancados, hasta que oí un sonido que hizo que volviese a la realidad, una especie de chasquido. Me fijé dónde estaba, pensando qué hacía supuestamente. Es cierto, ya me acuerdo. Estaba esperando a Shin, a que llegase con las maletas para marcharnos a España por la luna de miel. Era él mismo quien había chasqueado sus dedos porque estaba preocupado por mí por haberme quedado así de pensativa. Siempre soy la responsable y culpable de que se sienta así.

Shinichi: Shiho, cariño, ¿estás bien?-me preguntó preocupado y dubitativo-si quieres, no nos marchamos si no te encuentras bien... Yo quiero ir contigo si de verdad quieres, pero si no, no me importa, yo no quiero que nos marchemos sin ganas a pesar de que yo esté muy ilusionado. Yo, mientras esté junto a ti, no me importa dónde vayamos o qué es lo que hagamos-me dijo confiado y con sinceridad. 

Shiho: No, no es eso Shin, de verdad. Realmente he esperado este momento y quiero disfrutarlo junto a ti-le dije mientras le acariciaba la mejilla hasta su mandíbula. Me levanté tan rápido que, al hacerlo, me entró un calor por la sensación de mareo y sentí cómo las tripas se me revolvían y me producían náuseas. Me desvanecí un poco, pero él se dio cuenta y, con un acto de reflejos ágiles como los suyos, me cogió a tiempo por la nuca y la espalda. Estaba totalmente cansada y descompuesta pero intenté no demostrarlo. No quería arruinar el momento que íbamos a compartir en el viaje de nuestra luna de miel. Me reincorporé como pude, le saqué una de mis mejores sonrisas pero forzadas y le dije tratando de calmarme-Shin, cariño, ¿por qué no me esperas en el coche y guardas mientras las maletas? Yo aprovecharé para ir al baño. 

Shinichi: Pero Shiho, ¿estás totalmente segura de que estás bien?-dice tocándome su frente con la mía para ver si tenía fiebre-Además, estás totalmente colorada... ¿no tendrás fiebre o algún resfriado, no?-me preguntó por no se cuántas veces ya. Es normal, todavía no sabe cómo descubrir si estoy mintiendo o no, soy buena en ello.

Shiho: ¡Shin, ya te he dicho que estoy bien!-le grité dándole una bofetada a su mano para que me dejase en paz. Al darme cuenta de lo que había hecho, me arrepentí enseguida, tanto que ni le quise mirar a la cara de lo culpable y avergonzada que estaba-Lo siento, Shin, no quería, yo... Mira, no estoy de humor, no te voy a mentir. Pero, yo no quiero arruinar este momento que teníamos planeado hacer. ¡Es algo que se supone que los recién casados deben hacer y yo quiero disfrutar y crear un recuerdo contigo!-le dije la verdad, apretando mis ojos para que no me viese, sin poder aguantarlo más, pero ocultando lo que me ocurría y salí corriendo hacia el baño más cercano que tenía. Me asomé un poco para poder ver cómo reaccionó. Él se quedó en la misma posición, pensativo. Luego, miró la  mano que había sido abofeteada y me sorprendió un dato muy curioso. Empezó a sonreír y sacudió la cabeza ante el pensamiento. Cogió las maletas y las metió en el coche. Yo aproveché para asearme un poco. Lo primero que hice fue abrir la taza del váter, ponerme de cuclillas y, sujetándome por los bordes, empecé a vomitar. Cuando terminé, tiré de la cadena y eché ambientador. Me enjuagué la boca y me lavé la cara. Cerré el grifo, me sequé con una toalla y me miré en el espejo. Tenía mejor pinta, estaba en mejor estado, pero si veías a través de mí, a lo más profundo del túnel, lograbas ver que no era así tan bien del todo. Me siento mal por haberle hecho eso a Shin, espero que me perdone, pero todavía no estoy preparada para decírselo. Cuando llegue el momento adecuado y oportuno, se lo contaré allí mismo. Llegué al auto y Shin arrancó en cuanto me puse el cinturón. No había palabras que se escucharan, percibiendo de mi parte un silencio incómodo. Lo que pasa es que tenía miedo y no sabía cómo empezar.

Nunca dejaré que te separen de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora