Capítulo 22. El amor es conocerse de nuevo
Luhan observaba atento al relojero que examinaba con cuidado uno de sus más preciados tesoros, el reloj de Pato Donald que Sehun le había regalado. Mordió su labio y apretó en sus dedos el dije de lobo. Esperaba noticias de lo que pudiera decirle el hombre.
— ¿Puede arreglarse? — pregunto aún más nervioso Luhan.
El amable hombre le sonrió mientras se quitaba sus gafas para ver mejor.
—No tiene nada grave — lo miro señalando su bata del hospital —, sólo se trabo un poco la corona para darle cuerda.
Luhan soltó el aire que había retenido en sus pulmones hasta que supiera el estado de su reloj. Había usado ese mismo reloj durante todo el tiempo en que Sehun había estado lejos, porque de alguna forma creía que su rara manía de mirarlo haría que apareciera en cualquier momento frente a él. Por lo que en el instante en que se había detenido –hacía solo dos horas- había corrido hasta ese lugar, aunque ahora había aprovechado su hora de comida para correr como poseído al primer lugar donde arreglaban relojes.
—Puede venir en una hora — le dijo sonriente.
Luhan miro la hora de su celular, su hora de comida no era suficiente y cuando terminara su turno sería muy tarde para hacerlo ya que salía casi a las 11 de la noche y no esperaba que el señor permaneciera allí esperando por él.
—Vendré mañana... — dijo en un susurro casi nada convencido de dejarlo.
—Claro que si Doctor.
—Ah no... Aún soy residente — busco dinero en su bolsillo —. ¿Cuánto costaría el trabajo?
—Deje darle una nota...
Luhan vio al hombre sacar un pequeño cuaderno en donde comenzó a anotar mientras él sostenía su reloj en sus manos como si estuviera despidiéndose y no lo volviera a ver.
—Aquí está su cuenta.
Miro el precio y saco la cantidad de dinero correcta para entregárselo —Gracias — dijo en un suspiro cuando lo dejo y llevo la notita consigo para recogerlo al día siguiente.
Camino de regreso al hospital mientras que al hacerlo buscaba un lugar donde vendieran algo de comer y así lo hizo. Comía y caminaba. Se alegraba que sólo fuera algo tan pequeño de arreglar que su tan preciado reloj pudiera seguir siendo utilizado, porque después de ese sincero reencuentro en el elevador Sehun había visto el reloj en la muñeca de Luhan, le sonrió y le agradeció el que aún lo mantuviera porque de alguna manera significaba que seguía pensando en él.
Luhan se sentía algo inseguro por como pasaban las cosas. No culpaba el hecho de haberlo perdonado tan fácil, además no tenía por qué hacerlo, Sehun nunca hizo nada malo; le preocupaba enfrentar su razón de irse, ¿Cómo reaccionaría Sehun? Seguía pensando en eso y un nudo se formaba en su estómago.
Llego al hospital y había comido lo más que pudo, por lo que el resto lo dejo en la nevera que todos usaban en la sala personal de los doctores. Cuando volteo dejando su comida noto a YiFan que le sonreía esperando por más detalles de su relación.
—Ya que terminaste de comer — el rubio se acercó a él para no dejarlo escapar —, debes contarme que paso...
—Deberías estar estudiando, aprendiendo a hacer puntadas más decentes... lo que sea — le regaño tratando de zafarse de su cuestionamiento.
—Eso lo aprendo después... — levanto una ceja sintiéndose un poco ofendido —, quiero saber que paso con tu bailarín.
—Cómo sabes... olvídalo. No voy a contarte.
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[HunHan] El amor es simple
FanfictionLuhan es un chico de 20 años demasiado normal, ó al menos eso piensa. Su vida se rige por una rutina que pocas veces está dispuesto a cambiar. Leer libros casi a diario, escuchar música clásica y pasear por el parque es lo que le fascina, pero parec...