[HunHan] El amor es simple

Es admiración...

Capítulo 23. El amor es admiración

Volvió a despertar luego de unas horas, el sol ya había salido y afuera se escuchaban los habituales sonidos de personas haciendo su día. Se estiro despacio sintiendo como lo presionaban en cuanto lo hacía. Luhan seguía aferrado a él sin mostrar ganas de soltarlo, Sehun sonrió y acomodo su cabello de tal forma que pudiera mirar sus ojos.

—Luhan... despierta —siguió acariciando su cabello.

—No quiero... — hundió su cabeza en el pecho de Sehun.

—Sabes que no podemos permanecer todo el día en cama.

Luhan se atrevió a reírse, haciendo a Sehun sentir cosquillas por las vibraciones de su risa sobre su cuerpo.

—Si quieres podemos comprobarlo.

—Me encantaría — su mano paso despacio sobre la espalda de Luhan —. Pero sabes algo...

Luhan lo miro al fin abriendo los ojos. Sehun no se cansaría de ello, verlo con los ojos aun adormilados, algo hinchados y una leve sonrisa en su rostro, lo hacía sentirse afortunado de tenerlo como novio, porque eso era de nuevo.

— ¿Qué?

—La comida se enfrió...

—Hay algo maravilloso que se llama horno de microondas y podemos calentar la comida a cualquier hora — le sonrió colocándose sobre él.

— ¿A cualquier hora? — le pregunto levantando una ceja.

—A cualquier hora Sehun — unió sus labios con los suyos.

Volvieron a besarse disfrutando el tibio cuerpo del otro, podían seguir con las caricias matutinas un buen rato más ya que la comida podía ser calentada en otro momento.

Cuando lograron salir de la cama, Sehun noto en la mesita a su lado las flores que le había enviado.

— ¿Te gustaron? — dijo levantándose de la cama acomodándose su camisa.

—Sí — sonrió mientras sentía los brazos de Sehun abrazándose a su cintura —. Gracias.

—De nada — besó su sien.

Ambos permanecían en su improvisado pijama de su bóxer y una camisa cualquiera. Luhan avanzó con Sehun detrás hasta la cocina donde estaban todas las cosas que se suponía iban a comer pero ninguna había sido sacada y probada.

—No voy a decirle a Xiumin que ni siquiera la probamos anoche — río Luhan mientras preparaba los platos para meterlos al microondas.

—Lo comeremos ahora y no habrá problema.

—Supongo que no.

Luhan sonreía cada vez que veía a Sehun. Si ya lo podían denominar como loco, bien, podrían colgarle un letrero en la cara porque no dejaría de sonreír por estar con Sehun de nuevo.

Su mañana se pasó en comer, para después vegetar en el sofá mirando todas las películas que habían preparado, aunque eran de terror no les dio miedo ya que ambos dijeron que algo tenía que ver la noche para que les diera miedo, aunque Luhan se abrazó a Sehun sin importarle que no diera miedo.

Volvieron a hacer el amor en el sofá sin importarle a Luhan que Xiumin le haría preguntas por la mancha de agua que tendría que limpiar, porque Sehun se había abalanzado a él sin darle tiempo de dejar su vaso en la mesa.

Rieron, hablaron de toda su semana y se atrevieron a recordar algunas cosas cuando vivían en Corea, siguieron viendo películas, comieron y volvieron a bañarse cuando hicieron un desastre en la cocina por tratar de hacer un postre de fresas con chocolate. En opinión de Luhan, ahora le encantaba ese sencillo postre.