Narra Lynn.
-Hola cariño-me dijo Nathan acercándose a mí y entregándome un ramo de flores.
Me besó y se subió al coche.
-Quiero enseñarte un sitio, no sé si te gustará, pero quiero enseñártelo-me dijo-. Estás preciosa. ¿Esa camiseta la llevaba tu hermana el otro día, no?
-No, no la llevaba, nunca le dejo mi ropa.
-¿A quién y qué?-me preguntó extrañado.
-Nada, olvídalo.
Bajamos del coche y lo primero que vi fui la playa. No entendí para que había conducido tanto tiempo si habían playas más cercanas.
-Ahora cierra los ojos y no los abras hasta que te diga.-Lo hice y noté como descendíamos, por una rampa.
Nathan tenía su mano entrelazada con la mía, él siempre me hacía sentirme segura. Me hacía sentir que era especial, y llevaba tanto tiempo sintiendo que era una mierda, y sin poder evitar compararme con mis hermanos en todo; que Nathan era mi paraíso.
Le había visto hace escasos días besándose con otra, pero seguía siendo lo único bueno que tenía en mi vida. Ni siquiera se lo echaría en cara, ¿para qué? ¿Para darme cuenta de que me engañaba a mí misma y él no me amaba? Prefería vivir en a ignorancia, prefería jugar a ser feliz.
Y lo que le había dicho a Monique de vengarme, no lo decía en serio, haría como que no sabía nada.
Sabía que mi relación con Nathan no duraría por siempre, y aunque no era el chico de mis sueños, era la única persona que sentía que me quería. Intentaba hacerme creer a mí misma que me amaba, pero la realidad era que me quería como...a una hermana. De hecho ese mismo día me contó que su hermana es de mi edad, con la que ya no se hablaba. Ahí es donde me di cuenta por completo de que no me amaba, la realidad me impactó en la cara.-Abre los ojos.-Estábamos debajo de un arco de piedra cubierto por algunas flores, al borde de la orilla-. La gente que celebra bodas en la playa, suele hacerlo en esta parte para pasar por debajo del arco. Me imaginé como sería pasar contigo...
-Pero sabemos que no ocurrirá.-No nos andábamos con muchos rodeos en nuestra relación y ambos sabíamos que el otro sabía que no iba a durar.
-Pero podemos soñar-musitó.
Nos quedamos en silencio por un rato.
-¿Por qué sigues conmigo?-me preguntó.
-Porque sé que me quieres a tu manera.
-No te equivocas, te quiero, pero es algo así como a una hermana. Me gustaría amarte, pero me he forzado tanto en erradicar la posibilidad de sentir el amor, que ahora...no puedo.
-De todos modos no creo que hubieses llegado a enamorarte de mí, hay miles de chicas mejores que yo.-Mi baja autoestima se hizo presente de nuevo.
-Es cierto, pero no hay miles de chicas como tú. Empecé a salir contigo porque me recordabas a mi hermana, ella dejó de hablarme por completo; la echaba de menos, y tú tienes exactamente la misma edad y estabas dispuesta a ser mi amiga. A ser incluso más que eso. Y has terminado siendo la mejor amiga que he tenido. ¿Tú me amas?
-No lo sé. Quiero pensar que no-le dije sinceramente. Una lágrima se deslizó por mejilla y él se acercó a secarla.
-Lo siento mucho. Siento mucho haberte dejado que me conozcas. No haberme alejado de ti aunque sabía que te iba a lastimar. Haberte desvirgado y haberme liado con otra al día siguiente para decirme que no me importabas, cuando eso es mentira. Sé que con el tiempo podría terminar amándote, pero no quiero amar a nadie. Voy a seguir vendiendo drogas y haciendo cosas peores toda mi vida. El Nathan que en pequeños momentos surge cuando estoy contigo, no existe realmente. Murió el día que murieron mis padres y Daphne comenzó a odiarme porque era yo el que iba al volante, mi padre me estaba enseñando a conducir ese día, por una playa abandonada. Y no quiero que la verdadera Lynn muera con él.
-No entiendo a que quieres llegar con todo esto. ¿Me vas a dejar, no? ¡Hazlo y punto!
-Quiero que cuando lo nuestro termine seas feliz. Que dejes de un lado tus inseguridades, tu rabia, celos y envidia hacia tus hermanos. Que dejes de pensar en ellos y compararte y aceptarte tal y como eres, porque eres increíble Lynn. ¡Eres la persona más increíble que he conocido!
-No puedo. No puedo dejar de pensar que soy una mierda.
-No lo eres, no lo eres, si no no te querría. Aunque tu hermana es bastante mejor que tú, a ella seguro que comenzaría a amarla con pasar un simple día juntos.
-¡Hijo de puta!-le grité con lágrimas en los ojos.
-¡Sabes que mi madre está muerta! ¡Y no te he dicho nada ofensivo! ¿Qué coño te pasa Lynn?-Intentó acercarse a mí.
-¿Ves esas manos que ahora apoya en tus hombros para intentar tranquilizarte? A mí me han dado placeres inimaginables.
Me giré para encarar a Monique, no tenía sentido que estuviese ahí, pero era su voz. Al darme la vuelta no había nadie.
-¿Lynn? ¿Me escuchas? ¿Qué te pasa?-me preguntó ahora preocupado Nathan.
-Nada. Yo...lo siento.
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¿Qué os pareció? Comentad porfi, así me alegro un poco que mañana es mi último día de vacaciones :"(¿Teorías?
No os olvidéis de lo ocurrido en este capítulo!

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Lacasitos.
Ficção AdolescenteNo leer si no has leído M&M'S. Esta es su precuela, pero es imposible entenderla bien si no has leído M&M'S primero. "Dos años atrás. Jackson nos cuenta como vivió él todo."