Él es como una paloma.
No por el color,
ni por lo libre.
Si no por cómo
llega,
te caga,
y se va.A veces
sólo desde lo alto,
sin siquiera
tener la necesidad
de frenar.Para hacer
de tu día
un infierno.
Sin la fuerza necesaria
para atentar
contra el resto
de tu vida.Con la gracia
y la cobardía
suficientes
para hacerlo
sin revelar
su identidad.De una manera
ignorante,
olvidando el hecho
de que lo
reconocieses
involuntariamente,
cuando sea,
y en cualquier lugar.