Tus ojos verdes,
aún habitan en mí.
Aún merodean,
en alguna parte
de lo recóndito de mi mente,
me torturan.
Como, al fin y al cabo,
todos tus recuerdos
lo hacen.Porque recordarte
me tortura;
pensar en lo que puso ser
y no fue,
es una
de las tantas maneras
de auto-lastimarme,
de quitarme la vida
empezando por
el alma.Sé que estoy errada, amor.
Sé que pienso mal,
debería odiarte
por no valorarme,
maltratarme,
en afán de
hacerlo yo,
por mí misma.
No voy a negar
que sí, te odio,
pero, por razones distintas.Te odio por arrebatarme
las ilusiones
de lo que podríamos
haber sido juntos,
si te valorarás
a vos mismo,
a tu propia vida.Si te quisieras
podrías quererme
como yo lo hago.
Nunca te vas a amar
ni la mitad,
de lo que yo te amé.Pero no dudes,
((por que yo no lo hago))
de que sí,
veo un mínimo cambio
en tu persona,
si tu mirada se ablanda,
y tus intenciones cambian,
correría a tus brazos,
de vuelta a tu vida.Como todo este tiempo
estuve absteniéndome
de hacer,
por valorarme,
por amarme a mí misma,
por cuidarme,
de la manera que nunca
supiste hacer...Lo haría, porque
tus actuales ruegos
y el recuerdo de
tus ojos agüados,
me torturan,
me persiguen
hasta en sueños.Nunca voy a olvidar
esos ojos,
los mismos
de ésa madrugada,
siempre van a ser
mi más grande anhelo.
