Diferentes caracteres.

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Ya estaban todos en el parque. Los niños jugaban en los columpios y los mayores estaban sentados en un banco menos Sarah que paseaba a Brooke para que se quedase dormida.

El labio inferior de la pequeña tembló y soltó un sollozo.

—Sh. Ya pequeñina. —Se agacho para coger a la pequeña y la saco de la silla pegándola a su pecho. —Vamos, pequeña. —La acuno en sus brazos y vio como ella cerraba los ojos. —Si sientes frío y hay mucha niebla, si las estrellas perdieron su brillo... —Comenzó a cantar una canción de cuna para tranquilizar a la niña mientras la acunaba.

La misma canción que le cantaba su abuela para que ella se quedase dormida cuando era pequeña.

—Si mi princesa perdió su castillo, jugando en la arena, solo recuerda yo voy contigo. —La niña se quedo dormida en su pecho y ella sonrió mientras seguía tarareando la canción. —Eres una niña muy bonita, ¿sabes? Te pareces mucho a Lana.

La miro unos minutos más y se imagino cómo sería ella cuando fuese madre. ¿Sería tan buena madre como Lana? ¿Lucharía tanto por sus hijos como había hecho ella? Estaba segura que si. Por lo menos lo intuía. Amaba a los niños y no le gustaba que ninguno sufriese.

La deposito en la silla y comenzó a empujar hacía donde estaban los demás.

—Se ha quedado dormida. —Anuncio cuando llego a donde estaban las gemelas, Oliver, Jenny y como olvidarlo Noah.

—Es una monada. —Dijo Deby.

—Si. Es una bebe muy linda. —Apoyo su hermana Maisey.

Había aprendido en muy pocas horas a diferenciarlas. El pelo de Maisey era más rubio que el de su hermana gemela que era rubio oscuro.

Se sentó al lado de Jenny y observo como los niños jugaban en el parque.

Su móvil vibro en los bolsillos de sus pantalones y lo saco para ver cuatros mensajes. Uno de Tommy, otro de su madre, otro de su mejor amiga y por último uno de Sean que suspiro al ver su nombre.

Noah centro su atención en ella desde la otra punta del banco interrumpiendo de ese modo la conversación que tenía con Oliver sobre una chica nueva que había venido al colegio.

Sintió como su estomago se encogía un poco al verla. ¿Por qué tenía que haber cambiado tanto y tenía que estar más buena ahora que hace cuatro años? Cuando la había visto por primera vez pensó que esa patito feo jamás se iba a convertir en un cisne pero ahí estaba delante de él suspirando seguramente por su novio.

Le hervía la sangre al pensar que tenía novio. Lo que le llevo a preguntarse a que se debía esa extraña sensación. No estaba enamorado de ella ni siquiera le gustaba.

Sarah se levanto del banco al ver que la niña se empezaba a remover en la silla de nuevo.

—Tranquila pequeña. —Le susurraba suavemente. —Sh. Es solo una pequeña pesadilla, no te asustes. —Acaricio su pequeña tripita y le dio un suave beso en la frente.

Los ojos de Noah se dirigió a su trasero y su sobrina Deby le dio un manotazo en el brazo al ver donde estaba puesta la mirada de su tío.

—¿Quieres dejar de mirarle el culo? —Le susurro la gemela.

—No me digas lo que tengo que hacer pequeña rubia. —Susurro él de igual manera.

—Creo que es hora de irnos a casa. —Dijo Sarah girándose para mirar a los del banco.

—Eso no lo decides tú lo decido yo que para algo estoy al mando. —Informo Noah levantándose como un resorte del banco para mirar a Sarah a los ojos. —Creo que ya es hora de que vayamos a casa.

Las cosas cambian. (MCLVB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora