Sentimientos.

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Al final tenéis una pregunta que os agradecería mucho que contestarais.

Cuando Noah salió de la habitación de Brooke, ya era de noche y todo estaba en silencio. Se imaginó que los niños ya habían cenado y ahora estaban durmiendo.

Caminó lentamente hasta su habitación procurando no hacer ruido para no despertar a nadie. Entró cerrando la puerta. Había sido un día de muchas impresiones.

Primero la historia de Melany y luego la pasión desbordada entre Sarah y él.

Le gustaría tanto remediar lo que había hecho en el pasado, pero eso ahora era imposible. Tendría que vivir en el presente y remediar los errores o por lo menos procurar no cometer ninguno más respecto a Sarah.

Se quitó la ropa y abrió la puerta del baño para darse una ducha.

El agua que caía de la alcachofa conseguía relajar sus tensos músculos por unos momentos.

La ducha fue abierta por unos momentos pero un instante después se cerró, fue todo tan rápido que Noah ni siquiera se dio cuenta.

Sarah contempló desde una esquina de la ducha la desnudez de Noah.

No sabía qué demonios estaba haciendo en la ducha de Noah pero una fuerza superior a ella la había empujado a hacerlo.

Había venido a su habitación con la intención de hablar con él sobre la chica que estaba gritando en el salón como una desquiciada mental.

Pero ahora ahí estaba. Viendo como Noah se duchaba. Unió valor y toco la espalda de Noah. Recordó que hacía menos de dos días él había estado en su ducha, que irónica es la vida.

Noah se sobresaltó y se dio la vuelta de inmediato encontrándose con la mirada inocente de Sarah y los labios ligeramente entreabiertos ofreciéndose a él como una fruta madura.

—¿Sarah? —Todavía no se lo podía creer. ¿Qué hacía Sarah en su ducha?

Miró sus ojos, llenos de miedo e inseguridad, luego bajó un poco más su mirada a sus labios, su cuello, sus pechos, su vientre... Volvió a levantar la mirada y la miró a los ojos. LLevó uno de sus brazos a su cintura y la pegó a él. Si esa era la única oportunidad de estar con ella la iba a aprovechar.

—Has tardado mucho, ¿no crees? —Preguntó él con una sonrisa en los labios pegando sus labios a su cuello.

—Mejor tarde que nunca. —Contestó ella soltando un gemido.

Sacó la cabeza de su cuello y llevó sus labios a su boca. Ambos se fundieron en un beso pasional. Noah la pegó a la pared de la ducha. El frío de la pared chocó con la espalda de Sarah e intentó traer algo de cordura a su cerebro lleno de pasión pero ella le hizo caso omiso, quería dejarse llevar por una vez en su vida.

Noah bajó sus besos a su cuello y comenzó a besarlo con tranquilidad dejando alguna marca provocado por los pequeños mordiscos que daba.

Sus manos se desplazaron por todo su cuerpo tocando su cintura con suavidad. Sarah rodeó su cuello con los brazos y lo pegó a ella para sentirlo más cerca.

Los besos en su cuello la transportaban a un mundo lleno de placer y de lujuria. Estaba deseosa por tenerlo dentro de ella al igual que él.

Las manos de Noah se posaron en su trasero e hizo que sus piernas rodeasen su caderas. El miembro de Noah chocaba contra la feminidad de Sarah haciendo que esta soltara gemidos de placer que ahogaba en el cuello de Noah.

El chico la sujetó con una sola mano y con la otra abrió la mampara de la ducha para salir de cuarto de baño. Sarah se abrazó a su cuello en el transcurso del baño al cuarto.

Las cosas cambian. (MCLVB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora