Epilogo.

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Cuatro meses después el susto que les había pegado a todos la pequeña Brooke solo había quedado en eso.

La niña salió del hospital dos semanas después de que Sarah y Noah comenzasen a salir. Al principio el anuncio de que juntos habían comenzado una relación asombro a las dos familias pero pronto se acostumbraron a verlos juntos y hasta se alegraron.

Sarah había cambiado de universidad y ahora iba a la misma que Noah. Juntos se habían independizado para vivir los dos juntos en un departamento que Logan les había comprado para que no se preocupasen por trabajar y solo se dedicasen a estudiar.

Los dos tenían grandes carreras por delante y tanto Logan como Tommy sabían que en unos años los dos estarían llegarían a lo más alto.

Sarah abrió la puerta de su departamento después de un examen de más de dos horas. Estaba agotada física y mentalmente porque se había pasado los últimos días estudiando para ese examen y era consciente que había dejado un poco desatendido a su Noah.

—Noah ya estoy en casa. —Gritó ella desde la entrada dejando su carpeta en el suelo. —Amor. —Cerró la puerta y emprendió un camino hasta su habitación para ver si estaba allí.

Cuando llegó se encontró a Noah saliendo del baño con una toalla en su cintura.

—Ya has llegado. —Dijo Noah esbozando una sonrisa. —Te he echado de menos. ¿Qué tal el examen? —Preguntó acercándose a ella y cogiéndola por la cintura para pegarla a su fuerte torso.

—Largo pero ya ha terminado. —Pusó sus manos en el torso de Noah y se estiró para besar sus labios.

Su sabor la transporto a otra galaxia. No se cansaría nunca de besarle. Él la pegó más a su torso y ella entró en calor rápidamente. Lo amaba tanto y se prometió no volver a ocultarlo nunca porque Noah también la amaba. Se lo demostraba a cada momento y estaba feliz por la relación que tenían.

El pasado había quedado atrás y ahora solo miraban hacia el futuro maravilloso que les esperaba.

Noah le sacó la camiseta y luego le quitó el sujetador para besar sus pechos. Sarah emitió un gemido y rodeó su cabeza con sus brazos.

—No podemos Noah. —Dijo ella intentando llevar algo de cordura a su cabeza. —Hemos quedado con Melany y con Sean.

—Seguro que pueden esperar. —Protestó él llevando su boca a su cuello.

—Noah... —Gimió ella rindiéndose por fin y dejando de luchar contra lo que su cuerpo llevaba anhelando desde hacía unos días.

Sus bocas se unieron de nuevo y Noah la ayudó a deshacerse del vestido y las bragas. Con cuidado la tumbó en la cama y deshaciéndose de su toalla se colocó entre sus muslos abiertos. La penetró de una embestida y la beso para ahogar sus gemidos.

—Te amo. —Le susurró él al oído mientras salía y volvía a entrar en su dulce interior.

—Vaya parejita llegáis tarde de nuevo. —Dijo Sean cuando por fin vieron aparecer a Noah y a Sarah.

—Nos entretuvimos con la limpieza. —Dijo Noah ayudando a Sarah a sentarse en una de las sillas de la mesa del bar.

—¿Desordenando la cama? —Preguntó Sean con una sonrisa irónica en su cara. Sarah se ruborizó de inmediato y Sean rió. —Es tan fácil hacer que te sonrojes.

—Sean déjala de una vez. —Dijo Melany riñendo a su marido.

—Gracias Mel a veces es un poco irritable. —Agradeció Sarah con una sonrisa.

—A mí me lo vas a decir que vivo con él todos los días. —Se quejó Melany mirando a su marido con ojos de amor.

Todos quedaron aún más sorprendidos cuando Sean había anunciado que se casaba con Melany para que de esa manera el hijo que ella estaba esperando tuviese un padre y también porque se había enamorado perdidamente de ella.

La hija de Melany se llama Sonia y era una bebé muy linda que contaba con un mes. Tenía unos enormes ojos azules iguales a los de Matt y el pelo rubio. Sean adoraba a las dos mujeres y sobre todo a Melany.

—¿Qué tal el examen? —Le preguntó Sean a Sarah.

—Bien espero aprobarle. —Contestó ella.

—Seguro que si. —La animó Melany. —Por cierto el otro día hablé con Andrea y me dijo que se había mudado a Alemania y que nos invitaba a hacerle una visita.

—Deberíamos ir algún día. —Propuso Noah. —Todos necesitamos desconectar.

Andrea se había ido a recorrer el mundo cuando su madre que llevaba enferma desde hacía años había fallecido dejándole una buena cantidad de dinero en su cuenta bancaria.

Todo parecía ir bien. Logan cada vez amaba más a Lana y dentro de poco cumplirían doce años de casados. Todo era perfecto en la vida de Noah. Había encontrado al amor de su vida y estaba deseando pedirle matrimonio aunque sabía que Sarah prefería esperar un tiempo y no hacer las cosas deprisa y corriendo.

Reconocía que Sarah tenía razón. No tenían que estar casados sobre un papel para saber que los dos se amaban.   

Bueno aquí tenéis el epilogo siento haber tardado tanto. Espero que os guste. 

Hoy o mañana publicaré el prologo de la novela de Oliver y Jenny que se llamará "Cámbiame si puedes" 

Dejen sus votos y comentarios.

Un beso. 

Las cosas cambian. (MCLVB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora