CAPITULO 12.

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Polarie POV:

Me desperté por culpa del jaleo que había fuera, creo que siempre me despertaré así, me levanté de la cama y me vestí con la misma ropa de ayer ya que no tenía otra, las chicas igual se despertaron y se estaban vistiendo como ayer. Cepillé mi pelo platino con mis manos y luego lo alboroté un poco. Salí afuera de mi carpa a la vez que Peter de la suya, nos abrazamos y nos damos un beso de buenos días. Al girarnos vimos al centauro llamado Orelius y este dirigió su mirada hacia un lado. Miramos donde él nos señaló con sus ojos y ahí estaba ese granuja hablando con Aslan. Las chicas salieron poco después, yo las miré y señalé hacia donde estaba Ed.

— ¡Edmund! — gritó feliz Lucy e iba a correr hacia allí pero Peter puso su brazo delante parándola mientras negaba. Luke salió rápidamente de su carpa al escuchar el gritó de Lucy y miró donde todos.

Edmund se acercó a nosotros junto con Aslan, después de que acabaran de hablar, iba cabizbajo y con sus manos en los bolsillos se veía bastante avergonzado y decepcionado consigo mismo.

— Lo hecho, hecho está. No tenéis que hablar con él sobre algo ya pasado. — nos habló Aslan y se fue.

Ed miró a Peter y luego bajó su cabeza de nuevo. La verdad me daba pena verlo así, al fin y al cabo es mi amigo y como un hermanito para mí. Me acerqué a Peter que estaba serio pero en sus ojos veía felicidad y alivio y lo abracé de lado pasando mis brazos alrededor de su torso y él pasó uno de sus fuertes brazos sobre mis hombros.

— Hola. — dijo Ed con la voz baja y algo dudosa, Lucy sonrió y se tiró a los brazos de su hermano, Ed le devolvió el abrazo sonriendo. Su se acercó para abrazarlo también y luego Luke. Yo sonreí y me acerqué sin soltar a Peter.

— Me asustaste y preocupaste tonto. — dije riendo y él rió también, le abracé fuertemente y luego me puse al lado de Peter igual que antes.

— ¿Estás bien? — preguntó Su con una gran sonrisa.

— Un poco cansado. — respondió Ed sonriendo.

— Duerme un poco. — dijo Peter señalando con su cabeza la carpa donde durmió él y Luke, Ed nos miró curioso y luego asintió. Yo al notar su mirada le susurré que ya le explicaría todo, se puso a caminar hacia la carpa con la mirada seria. Yo miré a Peter para que hiciera algo y no fuera tan duro, Peter al notar mi mirada sonrió y besó mi frente.

— Y Edmund... Intenta no largarte. — dijo Peter divertido y Ed sonrió.

Después de un rato, nos quedamos hablando hasta que Edmund despertó y nos fuimos todos a comer un poco. En la pequeña mesa había tostadas, un huevo para cada uno y algunas frutas. Estábamos hablando animadamente de diversas cosas, yo le dije de la relación que había entre Peter y yo y él se puso muy feliz.

— En Narnia nunca se van a acabar las tostadas. — dijo Lucy al ver como Ed devoraba la tostada, Luke y yo reímos y Ed sonrió.

— Y habrá provisiones para el viaje de vuelta. — dijo Peter detrás nuestra. Todos lo miramos extrañados menos Luke.

— ¿Volvemos a casa? — preguntó Susan.

— Vosotros. — respondió Luke mirando a Peter.

— ¿Qué? — pregunté mirándolo enfadada.

— Le prometí a mamá cuidar de los tres y a mí mismo cuidar de ti junto a tu hermano, Larie. — dijo Peter mirándonos con Luke a los cuatro.

— Pero nos necesitan. — comenzó a hablar Lucy. — A nosotros seis.

— Lucy es muy peligroso, casi os ahogáis y a Edmund casi lo matan. — siguió hablando Peter. Yo los miraba a los dos enfadada.

— Por eso debemos quedarnos. — habló Ed atrayendo la mirada de todos. — He visto actuar a la Bruja Blanca, yo la he ayudado y no podemos dejar a toda esta gente a su merced.

— Siento si sueno brusca, pero yo no he venido aquí para que me hayan herido el pie dos veces en vano y aprender a utilizar un anillo que podría destruir Narnia en unos cuantos segundos, para después irme dando la imagen de una cobarde que solo piensa en estar a salvo. Ya tuve bastante con ver como moría mi hermana delante de mis narices, no pienso abandonar Narnia ni aunque me pagaran. Además de que juré ante Aslan de que le sería leal a él y a Narnia. — dije mirando seriamente a Peter y a Luke, ellos me miraron sorprendidos por lo que dije. Susan, Edmund y Lucy me sonrieron.

— Pues no se hable más. — habló Su levantándose, yo me levanté con ella y nos fuimos a coger los arcos, y yo también unas dagas que me dejaron.

— ¿A dónde vais? — preguntó Luke mirándonos fijamente.

— A coger práctica. — dijimos las dos sonriendo y Lucy se acercó a nosotras sonriendo.

Nos fuimos las tres a una pista donde había unas dianas a lo largo de todo el espacio. Cada una elegimos una diana y nos preparamos. Susan tensó su arco y lanzó la flecha pero no dio en el punto rojo, luego Lu cogió su pequeña daga y la lanzó acertando en el blanco y ahora me tocaba a mí. Cogí primero mi arco y lancé una flecha acertando en el punto rojo de la diana que había enfrente mía, rápidamente cogí otra flecha mientras dí una voltereta en el aire y la lancé volviendo a acertar en la diana de a lado y luego cogí dos de las cinco dagas que me prestaron y di un giro lanzándolas a la vez dando en el punto rojo, una a lado de la otra, de una última diana. Las chicas me miraron sorprendidas y yo hice una reverencia haciéndolas reír. Al rato escuchamos unos caballos y vimos a los chicos como venían con una espada cada uno.

— Venga chicos levantad las espadas como nos ha enseñado Orelius. — dijo Peter, montado en un unicornio blanco, mientras levantaba su espada.

— En guardia. — hablaron Ed y Luke comenzando a luchar. Yo me giré y cogí una espada que tenía cerca y me acercaba sigilosamente hacia Luke.

— ¡Oye Lucas! — le grité y este al girarse se sorprendió cuando lo ataqué quitándole su espada.

— ¿Cómo demonios hiciste eso? — preguntó atónito mi hermano, yo con las chicas nos reímos, Peter y Ed me estaban mirando igual que Luke.

— Ni idea, pero al parecer tengo bastante agilidad también con la espada. — dije y ellos me miraban confusos.

— ¡Larie enséñales lo que hiciste antes! — gritó Su y yo asentí.

Me acerqué a las dianas que utilicé antes y les quité las dagas y las flechas, los chicos miraban fijamente, desde sus caballos, cada movimiento que hacía. Cogí el arco con las dos flechas y hice lo mismo que hace unos minutos, luego repetí la acción de las dagas y como punto final cogí la espada que había utilizado antes y la giré para después lanzarla dando en el punto rojo como con las otras armas. Me giré y miré a los chicos que estaban con la boca abierta sorprendidos.

— Y así señoras y señores es como se manejan las armas. — dije orgullosa mientras reía.

— Wow. — dijeron Peter y Ed.

— ¡Me tienes que enseñar a lanzar así! — gritó Luke.

— ¡Pero si ni siquiera puedes encestar una bola de papel en la papelera! — le grité riéndome.

— ¡Chicos! — gritó Castor corriendo hacia nosotros. — ¡La Bruja ha solicitado audiencia con Aslan!

— ¿Qué? — hablé yo sorprendida y Castor iba a repetir lo que dijo pero yo lo interrumpí. — Aguarda, lo escuché.

— ¡Ya viene hacia aquí! — siguió hablando o mejor dicho chillando, y todos nos miramos preocupados y algo asustados.


Las Crónicas De Narnia: El León, La Bruja y El ArmarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora