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Otra vez, otra maldita noche. Paso ambas manos sobre mi rostro bajando hasta mi cuello frotándolo y llegando a mi nuca, manteniéndolas ahí, echando la cabeza hacia atrás y moviéndola en círculos para destensarme.
Son pasadas las once de la noche y Louis sigue sin llegar con la excusa de estar "trabajando en un nuevo proyecto".

La frustración crece dentro de mí al igual que el hueco en la boca de mi estómago amenazando con hacerme volver la comida en cualquier momento. Tomo de nuevo mi vaso con alcohol y doy un trago, este es mi  tercer vaso y aun así el estrés, el coraje y el dolor permanecen dentro de mí aumentando cada minuto el tamaño del nudo en mi garganta. Louis es mi prometido, estamos juntos desde hace tres años y decidimos vivir bajo el mismo techo hace ocho meses, la boda está planeada para dentro de cuatro meses aproximadamente. No tienen una idea de lo mucho que he soñado con que ese día llegue.

El sonido de unas llaves llama mi atención sacándome de mis pensamientos; un Louis despeinado, con la camisa desfajada, corbata floja y los primeros tres botones de la camisa desabrochados se muestra ante la puerta de nuestra casa; al alzar la mirada sus ojos chocan con los míos y frunce el ceño.

-Amor, ¿qué haces despierta tan tarde? Creí que estarías dormida...- camina unos pasos hasta posarse frente a mí y baja la cabeza  depositando un beso sobre mi frente, cierro los ojos sintiendo el nudo en mi garganta hacerse cada vez más grande y respirando profundo, tratando de calmar lo que siento

-Te esperé; es muy tarde y en tu oficina me dijeron que habías salido hace unas horas. ¿Dónde estabas Louis?- separo mi cabeza un poco para poder mirarlo a los ojos, frunce el ceño colocando su dedo pulgar e índice sobre el tabique de su nariz y cierra los ojos tomando aire, cuando los abre de nuevo me mira directo a los ojos. Lo he molestado.

-¿Hiciste...qué?- trago saliva e intento hablar pero me interrumpe gritando-¡Te he dicho millones de veces, que jamás llames a mi oficina! El trabajo y mi vida personal son cosas totalmente separadas.- bajo la mirada a mis manos que se encuentran moviéndose nerviosamente

-Yo... estaba preocupada- lo observo y el suelta un bufido y niega con la cabeza

-No, no es verdad. No estabas preocupada por mí, estabas preocupada por esas estúpidas ideas que tienes sobre mí con otra mujer. Estás loca Ailey.- me acerco a él y trato de tomar su rostro con ambas manos

-Perdón, yo...- empuja mis manos y se aleja de mí

-Cállate, cállate por que detesto que me mientas. –el nudo en mi garganta se hace más grande y trago fuerte para retenerlo, Louis rueda los ojos y gruñe –Ni se te ocurra comenzar a llorar, sabes que esas ridiculeces no las soporto.- volteo la mirada y veo los platos sobre la mesa donde le había servido su cena hace unas horas, deben estar fríos ya.

-¿Qui-Quieres algo de cenar? Había  preparado algo que supongo ya se enfrió, pero siempre puedo calentarlo y...- me interrumpe un sonido de fastidio que emite con la garganta y volteo a verlo

-No tengo hambre.- Louis se da la vuelva y camina dirigiéndose a las escaleras para comenzar a subir con dirección a nuestra habitación, observo su espalda y ahogo un sollozo mordiendo mi labio inferior fuertemente conteniendo las lágrimas al verlo caminar lejos de mí.

Traía labial en el cuello de la camisa.



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Labios Compartidos. || L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora