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Louis camina rápidamente hacia mí y toma fuertemente mi rostro entre sus manos lastimándome. En sus ojos noto que está furioso, y no sé si está pensando con claridad. Se ha vuelto loco, cegado por la rabia y en estos momentos me arrepiento muchísimo por haber hablado.

-¿Así que te buscaste a otro, zorra?- trato de alejar sus manos pero es más fuerte que yo

-Louis, me estás lastimando.- trato de decir pero sale extraño debido que, por la manera en que me sostiene, no puedo hablar bien. Con fuerza me lanza hacia atrás, provocando que me golpee fuertemente con la puerta y un gemido salga de mi boca

-Claro, ahora como siempre eres la victima ¿no es así?- niega con la cabeza y se acerca a mí de nuevo -¿Desde cuándo estas con otro? –al ver que no respondo se acerca de nuevo a mí y me toma del cabello, jalándolo hacia atrás y obligándome a verlo a los ojos. Pongo mis manos alrededor de las suyas en un intento de lograr que me suelte pero solo logro que jale más fuerte- Dime desde cuándo, ¡Dímelo!- me acerca a su rostro y me mira a los ojos, los suyos están inyectados de rojo debido a la rabia y sus pupilas están dilatadas.

-No tengo a otro Louis

-Puta mentirosa- me suelta y me empuja un poco hacia atrás-¿Entonces por qué estas así?- dice señalándome

-Hoy-simplemente digo

-¿Hoy qué? Habla bien, pareces estúpida- muerdo el interior de mi mejilla sintiendo un fuerte dolor en la boca del estómago. Niego con la cabeza y bajo la mirada comenzando a llorar. El gruñe y se acerca a mi tomando mi cabello con una mano de nuevo y obligándome a mirarlo mientras la otra la coloca en mi cintura y me acerca a él-Más te vale que no tengas a otro, ¿me entendiste?

-Estás loco- sollozo y el aprieta más su agarre en mi cabello

-Y tú eres una pequeña zorra estúpida, pero nadie se queja ¿o sí?- como puedo niego con la cabeza y sollozo más fuerte –Óyeme bien Ailey, eres mía. Nadie te puede tener más que yo. Espero que lo entiendas bien.- me acerca a sus labios y me besa bruscamente, trato de apartarme pero me aprieta más la cintura y muerde mi labio con tanta fuerza que temo que esté sangrando. Se separa de mí y me suelta, se dirige a la mesa y toma las llaves del auto y casa

-Te odio- sollozo y me abrazo a mí misma, el respira hondo y voltea a verme. Se acerca a mí y coloca una mano en mi mejilla a lo que doy un pequeño respingo. Sonríe y coloca un mechón de cabello detrás de mí oreja

-Eso no es verdad, me amas.- besa mi frente y se aleja, toma la puerta y cuando creo que va a salir se voltea-Y ¿sabes que es lo más irónico? Tenías razón, salgo con otra mujer. Iré a tener sexo con ella mientras tu tratas de arreglar el desastre que eres.- simplemente dice y sale cerrando la puerta tras de él.

Mi boca está abierta y las lágrimas comienzan a salir incontrolablemente de mis ojos, me abrazo a mí misma y caigo de rodillas al suelo. Lo ha aceptado, y no siente remordimiento alguno. Me hizo daño y no se sintió mal por ello.

Y sin embargo tiene razón. Lo amo. Y por más que me siga haciendo daño no puedo evitar amarlo. Nada es más doloroso que amar sin ser correspondido.

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Labios Compartidos. || L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora