Almas de vidrio [Yaoi/ Gay]

Capítulo 10.

Alistair POV.

La morgue es un lugar tan deprimente, tantas vidas perdidas, tantas cascaras de almas vacías y de todas ellas el mas joven se encuentra en una mesa metálica, cubierto por una sábana blanca. Un chico de 19 años según su expediente, de cabello negro, piel blanca y ojos verdes había muerto por suicidio con un balazo en la sien izquierda proporcionado por una pistola 45. Un chico tan joven se había suicidado y lo peor de todo es que era mi culpa. Lo observo desde el cristal de la habitación contigua a la sala de la morgue.

-Oficial Merrick- Dice la voz del teniente Paxton a mis espaldas- McShannon esta esperando.

-¿Esperando?- Digo volteando a ver al teniente- ¿Que cosa está esperando?.

-El joven Skyler Hamilton era su hijo- Me aparto del cristal.

-Digale de parte de mi que lamento su pérdida- Me dirijo a la puerta y dejo pasar al preso.

-¡Skyler!- Grita adolorido- ¡Skyler, tu noooo!- Llora y toda la sala se llena de gritos de dolor y tristeza.

Salgo junto al teniente Paxton al pasillo de la jefactura de policía, yo sigo sintiéndome culpable por la muerte de Skyler, soy un monstruo, maté indirectamente a un chico y acabe con su relación, (ya lo he dicho en el capitulo anterior es que Lucas no tiene imaginación) soy un asco.

-Teniente- Digo viendo a la cara a Maximilian Paxton, él me devuelve la mirada- Necesito que me ayude con unos papeles.

-Claro Al- Dice sonriendo- ¿Que clase de papeles?.

-Los de mi renuncia- Su expresión cambia a una seria.

-Alistair no puedes irte, eres uno de los mejores oficiales que tenemos.

-Lo siento teniente pero debo dejar de servir a la ley, si dejé que una vida se perdiera así no puedo imaginar cuantas otras se perderán conmigo aquí- Mentiras y más mentiras.

-Al, sólo puedo decirte que te extrañaremos aquí.

Asiento y me dirijo a la salida de la estación de policía. Tanta gente encarcelada por tantas razones distintas, uno por robo, otro por violación y el peor de todos, por homicidio, el crimen por el cual yo debería estar encerrado, por el cual debería estar pagando y por el que me perseguirá durante el resto de mis días. Saber que nunca pagare por esto en la vida terrenal es difícil, salir a la calle y que la gente te vea como otra persona más cuando en realidad mataste a alguien, eso no es vida.

Salgo de la estación de policía y avisto a Amaia esperando en el BMW negro aparcado en la entrada de la jefactura.

-¿Todo bien señor?- Pregunta como con cara compasiva.

-Si Amaia- Contesto- Vamos a casa, quiero descansar.

Asiente y entra al auto en el asiento del piloto, yo entro al asiento trasero y miro por la ventana a la calle de Nashville, todo se ve en orden, todos caminan a su propio camino, a todos les asusta lo que los demás dirán de ellos, eso es el orden en la sociedad actual. No lo entiendo, la gente joven muere y a nadie parece importarle, solo se preocupan por ellos mismos, porque los próximos no sean ellos. En la justicia y en el hampa hay un imperio, y ese imperio tiene ladrillos de sangre.

Leandro POV.

-¿Mamá, papá?- Pregunté mientras la casa ardía en llamas.

No oigo nada, solo el sonido de las llamas quemando las vigas de madera y los gritos de mis padres y de un tercero que, supongo, era yo.