Capítulo 4.

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David está perdido por Ariadne.

Es injusto que él dé tanto por ella mientras que ella solo juegue con él. Aunque su pasado es bastante doloroso como para seguir confiando en las personas, tiene muchas heridas que aún no han sanado del todo, lo que ocasiona su miedo hacia los demás.

Termino de alistarme para ir a la preparatoria. Entró hasta las 7:50 pero mi papá no puede llevarme más tarde, por lo que me tengo que ir con él a las siete. Me deja en el centro de la ciudad y de ahí tengo que caminar hacia la parada del camión, no me gusta irme solo y por eso siempre le digo a Joe que me acompañe, aunque en el camino vamos los dos bien dormidos y no hablamos de nada, la cara de Joe lo dice todo.

Durante el trayecto a la escuela, recuerdo que Nathan me contó que sentía un poco de atracción hacia Ariadne, ¿qué es peor que dos de tus mejores amigos de la preparatoria estén enamorados de la misma persona? Saber que a los tres les gusta la misma. Joe me muestra su teléfono y veo algunas de sus conversaciones con Ariadne, y ¿le gusta? ¿A Nathan, A David y a Joe les gusta Ariadne? No sé qué hacer. Lo peor es que, al parecer, a Ariadne le gusta Joe. ¿Cómo les explico a los otros dos que ella ya encontró a alguien más? Con Nathan no hay problema, con David... Es muy diferente. Gran parte de lo que llevamos en esta nueva etapa, ha estado perdidamente enamorado de ella. Son muchas cosas las que me ha dicho que haría por conseguir su amor, pero a ella le gusta Joe.

Es extraño, ambos se lo tenían muy bien guardado, ninguno de los dos me dijo, me preocupa.

Mientras, conmigo, tengo que tragarme mi orgullo y decirle de una vez lo que siento a Dayana, si no soy capaz de decírselo en persona, quiero hacerlo por un mensaje. Esta vez, no esperaré una contestación similar a la mía, solo dejaré ir lo que por tanto tiempo me he guardado y nunca le he dicho. Terminamos de "poner atención" en las últimas clases, según, y nos vamos cada quien a su casa. Solo pienso en que escribirle a Dayana, sin ninguna respuesta, no puedo concentrarme.

Mañana vendrán Austin y Nathan, haremos lo que normalmente hacemos, solo que esta vez vendrán en la noche, tocaremos canciones, beberemos quizá unos cuantos litros de refresco y comeremos lo que sea que haya de comer.

Termino mi rutina diaria y me dirijo a acostarme a dormir, esta vez sin conseguirlo, siento que mi cuerpo se hunde entre la cama y la sábana y aun así, no logro conciliar el sueño. Solo pienso en Dayana.

Recuerdo cuando fui a su casa a pedirle prestado un balón de fútbol, amablemente me lo prestó. Lo cuidé con mi propia vida, no quería que nadie lo pateara, ni que lo tuvieran entre sus brazos, ni siquiera quería que estuviera en el sol por miedo a que se ponchara, y sí, sonreí un poco al recordar esto. Recordé tantas cosas y sin darme cuenta, son las cuatro de la mañana.

Creo que ya agarré suficiente inspiración, tomo mi celular y escribo lo que quiero decirle, también, termino de escribir la carta:

"Por más absurdo que suene y tal vez pueda arrepentirme de esto, te voy a dejar ir. No aguanto más, nunca podré reunir tantas fuerzas para decírtelo, esto es suficiente para llegar a una decisión, lo siento.

Y me duele prácticamente todo porque, no sé en qué parte del libro de mi vida, estaba escrito que tú no eras para mí, que jamás me pertenecerías y lo peor, que solo viste mi lado oscuro, mientras tenía un lado brillante y asombroso para quererte.

Atte.: el tonto que se moría por ti."

A la mañana siguiente, despierto con un terrible dolor de cabeza que se me quita en cuanto me pongo a desayunar. Creo que son como las tres de la tarde, espero una hora más y me pongo a comer, a esto le llamo vacaciones.

Pierdo el tiempo viendo la pantalla de mi computadora y en eso llega Austin, rápidamente le mando mensaje a Nathan para que se venga, sin embargo, tenemos que pasar por él. Cuando llegamos a su casa, nos muestra algunas cosas que hizo, yo ya me quiero ir.

Regresamos a casa y les platico a ambos lo que quiero hacer. Normalmente cuando le hablaba a Dayana por chat, solía enviarle una canción que nosotros mismos grabamos, Nathan cantaba por supuesto, así que esta vez la idea será la misma, grabaremos una canción de amor, se la enviaré y le explicaré lo que pasa.

Es una hermosa canción, ella al oírla me pregunta que si de donde sacamos esas canciones, yo bromeando le digo que del corazón. Después, intenta sacarme otro tema de conversación y yo la interrumpo:

-Antes de cambiar de tema, ¿puedo hablar contigo?-

-¿Sobre qué?-

-Hmm bien, sé que esta no es la mejor manera de decirlo pero no encuentro otra que no me haga hacer esto tan difícil, perdón si no puedo hacerlo de frente, no tengo suficiente fuerza para hacerlo. Cuando te conocí, nunca pensé que llegaría hasta este punto y antes de seguir, quisiera pedir perdón por todas esas veces que cuando salías de la preparatoria te detuve solo para hablar un poco contigo, o cuando te molestaba hablando por chat, lo siento. En fin, solo quería decirte que si aún no te has dado cuenta o te lo imaginas, me gustas Dayana. Solo eso y no espero que te fijes en mi porque sé que eso te será difícil, pero si quiero que al menos lo sepas y también quiero decirte que te quiero, eso es todo. Te dejo que decidas si seguiremos hablando o simplemente, ya no molestaré.-

En este momento pienso en la carta que escribí para ella, la veo y no se compara a nada en lo que le dije, ¿por qué no pude decirle que se ve hermosa?, que no me importaría perder el tiempo con ella porque estar con ella no es perder el tiempo, estar con ella es soñar.

Sigo esperando su respuesta.

-Me sorprendes, jamás creí que llegara a pasar esto y créeme que nunca me molestó hablar contigo.-

Estoy temblando, mis nervios están al máximo y mi corazón está a punto de explotar, se pueden sentir mis latidos incluso con solo mirarme, no tengo idea de qué decir, Nathan ya se fue y Austin, acaban de llegar por él.

Cierro las puertas de la casa con llave, son las doce de la noche y supongo que ya nadie saldrá, me dirijo hacia el baño y me tiro al piso, ahí nadie podrá verme triste. Incluso llorar.

Se vienen a mi mente muchos momentos, aquella vez que caminamos por toda la escuela solo por platicar, y hasta esa vez que la miré a los ojos y de repente mi mundo cambió, en un parpadeo. Sonrío un poco por pensar en la manera estúpida en que me enamoré, *suspiro*, ahí va la primera lágrima, comienzo a desahogarme, mientras más llore, más libre me sentiré.

Comienzo a denigrarme, a pensar en que no soy lo suficientemente bueno para ella.

Todo esto se lo cuento a Stephanie días más tarde, cuando voy a su casa. Me regaña fuertemente, cree que yo no debo de decir esas palabras, me da una lección de autovaloración que la tomaré en cuenta de ahora en adelante. Apenas llevo hora y media en su casa y mi mamá ya quiere que me regrese según, porque mi papá no sabe si llegará temprano para ir por mí. Me despido de Fanny, me acompaña a agarrar el autobús pero cerca de ahí hay un grupo de personas de las que desconfío mucho, mejor prefiero irme solo, me despido una vez más de ella y me voy.

No duro ni diez minutos en la casa, cuando en eso llega mi papá. Me molesté mucho, ahora mismo podría haber seguido platicando con Stephanie, y mi mamá... solo... bah.

No importa, todo estará bien.


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