Capítulo 14

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El primer fin de semana después de regresar a clases, planeamos ir a la playa, Austin, Nathan, yo, cada quien con su novia, y Joe.

Christopher desapareció. Últimamente ya casi no lo veo. A lo mejor nos estamos evitando inconscientemente o no sé, me da igual. Lo invitaría con nosotros si tan solo fuera la mitad de la persona que solía ser antes. Ya no sale con nosotros, nunca tiene tiempo, pero siempre está con su novia o con sus amigos que solo han vivido con él en los momentos de alegría y felicidad. Ellos no conocen al verdadero Christopher, que pena.

Austin pasa por mi casa y nos dirigimos a la playa más cercana, aproximadamente a veinte minutos. Dentro del auto están Austin, Nicole (novia de Austin), Nathan, Melissa, Joe, y mi novia, Natalie.

Todos se vistieron tan playeros y yo me vestí tan, yo.

Cuando llegamos, colocamos una carpa en un lugar seguro, bajamos unas sillas y nos sentamos a platicar entre todos. Joe está tan solo. Cada quien con su novia y Joe... con su nuevo celular, tomándoles fotos a la playa.

Cada uno está tan entretenido, que la marea comienza a llevarse un balón que traíamos. Mandamos al negro, Nathan, es con cariño. No es por presumir, pero es nuestro negro. También es al que todos mandamos si ocupamos algo, su única condición es que le den comida. Corre hacia él y antes de que el agua llegue a sus rodillas, logra agarrarlo.

Verlo patear el balón me incita a querer jugar, por lo que se lo pido. Rechaza dármelo y voy por él y se lo quito muy fácilmente. Intenta quitármelo y le paso el balón entre las piernas. Es un novato aún.

De inmediato Austin y Joe se levantan. Nathan invita a Melissa a jugar y yo voy por Natalie...

-Taylor, ¿quieres jugar?-

-¿Taylor? Yo no soy Taylor.-

-Sí lo er... Natalie, lo siento.- Esto da pena.

-¿Quién es "Taylor"?- Hace un pequeño gesto de disgusto.

-Es... solo una persona.- O era.

-Dime quién es.-

-No puedo.-

-¿Por qué no?-

-Te enojarás.-

-Ya estoy enojada.-

-Lo siento.-

-Solo te perdonaré si me dices quién es Taylor.-

-Antes que tú fueras mi novia, tenía a Taylor, ella era mi novia y...- Me interrumpe:

-¿¡Me estás confundiendo con tu exnovia!?-

-No, no. Tranquila, déjame terminar.- Hago una ligera pausa. Continúo. –Ella era mi novia, después de un tiempo terminamos. Yo estaba cegado, no veía todo lo que ella hacía por mí, hasta que abrí los ojos, me di cuenta de que no había otra persona capaz de valorarme y le pedí una segunda oportunidad. Cuando todo parecía estar tranquilo, ocurrió la escena más traumante de mi vida. Frente a mí, un automóvil le arrebató la vida. La acompañé hasta el hospital, pero ya no había nada que hacer, ella falleció casi al instante.- Agacho la cabeza esperando un acto de consolación de ella.

-¿Por qué me llamaste así?-

-No lo sé, probablemente la recordé inconscientemente y me equivoqué al querer mencionar tu nombre.-

-Está bien, te perdono.-

-Solo puedes perdonarme si te estoy abrazando, ven.-

Todos nos ponemos a jugar fútbol. Playa, amigos, novia, atardecer, ¿Qué más puedo pedir?

Ya estamos a punto de terminar de jugar, estamos en el "gol gana". Austin intenta levantar el balón, pero logra darme justo en la frente. Fue un golpe muy fuerte que me deja un poco mareado. Espero unos segundos a que se me quite el mareo, sin embargo no se va.

La vista se me comienza a nublar y cada vez me dan más náuseas. Me acuesto en la arena y desaparece poco a poco todo esto.

Ahora ocurre un problema más grande; no recuerdo el nombre de mi novia, ni de mis amigos. Solo recuerdo sus caras.

-¿Estas bien?-

-Sí, eso creo. ¿Tú quién eres?-

-¿Qué te pasa? Soy Nathan, Austin te dio solo un balonazo, no es para tanto.-

-¿Cuál de los dos es Austin?-

-¿Qué? El de playera blanca es Austin y el que está junto a él es Joe.-

-¿Y las otras dos?-

-Natalie y Melissa, Natalie es tu novia ¿lo recuerdas?-

-Supongo que debe ser la de la sonrisa bonita, ¿cierto?-

-Si eso crees tú, está bien. ¿Por qué no nos recuerdas?-

-Creo que tengo un problema con mi memoria a corto plazo, sucede cada vez que me golpeó la cabeza, como hace rato.-

-¿No has ido al médico a averiguar eso?-

-Sí, me dijo que con el paso del tiempo esto se irá componiendo, o quizás sea un problema que me dure toda la vida, sería como la secuela de aquél golpe.-

-Eso es difícil.-

-Sí, lo sé. Pero tendré que vivir con eso.-

Disfrutamos de lo que queda del atardecer todos juntos, en una hilera, sentados en la arena y escuchando como los papás de Austin nos apuran para subirnos al carro, porque ya nos tenemos que ir y su papá no quiere agarrar carretera de noche.

Soy al primero al que dejan en su casa, me despidode todos, hago una pausa en Natalie para pedirle disculpas por lo que pasó haceunas horas. El beso de despedida nunca falta. Tomo mis cosas, me bajo delautomóvil y entro hacia mi casa mientras con la vista me despido de los padresde Austin.

Volver a comenzar. EMPH p.IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora