Nuevamente se aproxima mi cumpleaños.
Quiero pasar el día con mis amigos en mi casa, pero también quiero encontrar una manera de invitar a Natalie. Planeo ir al cine un día antes y en mi cumpleaños estaré en casa con mis amigos y familia. No hay clases por lo que no creo que haya algo que pueda arruinar el día.
Me meto a bañar, me cambio y hago todo lo posible por hacer que Nathan se apure, mi hermano nos lleva. Durante todo el recorrido, todo es silencio, solo se escucha el retumbante ruido del estéreo, llegamos y bajamos, después de varios minutos nos encontramos a Michael. Más tarde llegan Joe, Katy, Melissa, Jennifer y algunas personas más, hasta lo último, Natalie.
Las mañas del regateador Nathan parecen no funcionar esta vez y terminamos pagando los boletos a precio normal. Cuando entramos a la sala, intento sentarme al lado de Natalie, pero están ocupados los dos asientos al lado de ella. No sé cómo logran desocupar un lugar y yo, después de pensar si debería sentarme al lado de ella o no, decido hacerlo.
Estoy como estatua al lado de ella, petrificado, casi sin moverme. Intento sacarle plática, solo un poco. Estoy nervioso. Mientras va pasando la película, me da un golpe. Yo quedo confundido. Quise contestarle y en eso me dio otro golpe. Después, empezó a golpearme constantemente, intenté regresarle uno, lo más despacio posible obviamente. Golpe tras golpe tras golpe, la película termina, ambos somos los últimos en salir. Afuera, casi todos se preguntan qué fue lo que pasó. No sé qué decir, solo continúo avanzando hacia la salida. Aproximadamente media hora después, se van casi todos. Nathan y yo esperamos a que llegue mi papá por nosotros. Cuando llego a casa, mi mente está por las nubes. Mi mamá me habla y no sé qué me dice, solo digo que sí con la cabeza. Me acuesto a dormir y espero a que llegue mi cumpleaños.
Varios días más tarde. Nathan, Katy y Joe comienzan a decirle a Natalie que me gusta, tal vez se hace la desentendida o tal vez sea un poco tonta como para no entender lo que le están diciendo. Varios días antes, yo le había dicho que me llamaba la atención alguien que había visto en el cine. Hoy, hablamos sobre eso...
-Oye, nunca me dijiste quién era la que fue al cine, que te gusta.-
-¿Qué quieres que te diga?-
-Pues, lo que sabes.-
-¿Te digo que, me gustas?- Sí, se lo dije directamente.
-Sí, eso.-
-Ah pues, me gustas Natalie.-
-¿Y por qué yo?-
-¿Quieres una explicación?-
-Sí, sí quiero.-
-Es un poco difícil de explicar, pero... me gustas porque me haces sentir diferente ¿sabes?, me gusta hablar contigo y no sé, siento que eres diferente a otras personas tan solo porque me da hasta vergüenza hablarte y ¡eso es lo difícil! A veces me comporto tan tonto y eso, tan solo por llamar tu atención, llegué a cierto punto en el que creí que mi vida no valía la pena, ya estaba cansado de despertar todos los días, buscar en mi ropero la sonrisa más falsa y elegante que encontraba y difícilmente lograba pegármela al rostro. Pero, ahora he cambiado, bueno, tú me has cambiado, desde que te conocí, regresó poco a poco la nitidez y ahora veo con más claridad lo que quiero, a ti, te quiero.- Terminé con una ligera sonrisa.
-Yo también te quiero, Alexander.-
Tan solo suspiré. Ella hizo un gesto y dijo:
-¿Qué pasa?-
-Nada, es solo que no era lo que esperaba.-
-Pues pienso que es muy bonito de tu parte que sientas eso por mi.-
![](https://img.wattpad.com/cover/49465168-288-k74913.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Volver a comenzar. EMPH p.II
Teen FictionSegunda parte de Entre mi propio huracán. ¿Imaginas querer mucho a una persona y que la muerte te la arrebate? ¿Cómo podrías sobrevivir a eso? La respuesta: buscando a otra persona por la cual sentir lo mismo. Esto no es fácil. Alexander, intenta l...