Capítulo 7.

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Los días pasan, Natalie y yo cada vez encontramos más cosas para hablar, sobre todo si de entre nosotros se trata. El cumpleaños de Nathan se acerca, haremos lo de siempre, no hace falta decirlo.

Creo que este será el momento de pedirle que sea mi novia. Reconozco que he hecho un mal trabajo demostrándole que enserio la quiero, pero oportunidades sobran para querer.

Llego con Nathan, mientras esperamos a que lleguen Melissa y Natalie, Christopher no tengo idea de que hace aquí, tal vez su novia esta vez sí le quitó la correa. Su novia se fue de viaje, eso lo explica todo.

Más tarde y con una hora de retraso, llegan ambas.

Natalie... sus ojos, no puedo dejar de verlos, son penetrantes y mi mirada gira en torno a ella. Tiene la dulzura de cualquier princesa, el tamaño para encontrar el abrazo perfecto y en cada mirada se atraviesan nuestros sentimientos.

Entre todos llegan a la conclusión de que sería conveniente ver una película animada, de esas que son para niños de doce años para abajo, ¿enserio? No me agrada mucho la idea, aunque me siento al lado de Natalie, así que no importa.

Ni siquiera ha comenzado la película cuando Nathan y Melissa ya están demasiado cerca, parece que estuvieran besándose... el "parece" se hizo realidad.

Transcurre el tiempo, comienza a desaparecer mi inseguridad, le pido a Natalie que me abrace.

No lo hacía antes porque Christopher no paraba de hablar, no se callaba y eso en parte me distraía un poco.

Ya logré hacer lo que quería, me falta lo más importante.

En un cuarto de hora más se acaba la película. Nos vamos de la sala y caminamos un poco, Melissa me da un empujón para acercarme a Natalie, después se va con Nathan, Christopher se queda solo.

Busco un momento adecuado para decírselo, solo que no encuentro, soy muy tardado e idiota.

Melissa apresura a Natalie para que se vayan, ella se despide de mí. Es aquí el momento en el que no logro aguantar más. La detengo de su hombro, voltea incrédula.

-Natalie, espera.-

-¿Qué pasa?-

...

-¿Quieres ser mi novia?-

Lentamente comienza a sonreír, sus ojos se abren a la velocidad de sus labios, el único problema es que no contesta. Me está dejando con la duda.

-Sí.- Respondió y quedó paralizada, quedamos.

Me acerco a ella, abro mis brazos y los cierro en el momento en que su cabeza se recarga en mi pecho. Es un abrazo fuerte, claro, cálido, profundo, que termina con la obra de amor más hermosa que Dios pudo haber creado: un beso. Lento, sin prisa, fue el momento en el que dos corazones se conectaron, formando un sentimiento que expira aires de ser real.

-¿Esto, es enserio?-

-Sí, es enserio.-

Después de eso, revivimos la escena anterior, esta vez un poco más rápido, pero durante más tiempo.

Nos apartamos y solo dice "adiós Alexander".

Nathan y Christopher se hacen los distraídos, en cuanto me acerco a ellos preguntan.

-¿Ya es tu novia?-

-¿Iremos a casa de Steven?- Digo, para disimular.

-Sí claro, vamos.-

Volver a comenzar. EMPH p.IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora