Oscuridad y ruidos metálicos es lo que me recibe al despertar, estoy apoyada en el frío suelo de metal, agazapada, preparándome para gatear y buscar en la oscuridad a tientas una salida a la inquietante soledad que sentía, casi de inmediato descarto la idea e intente ponerme de pie. Gran error. El mareo que causa el movimiento del lugar donde me encuentro es mayor que mi fuerza, y me provoca fuertes arcadas, doblando mis inestables piernas, haciéndome caer de rodillas. Otra vez.
Siento como algo me molesta cubriendo con persistencia mi rostro, me toma un rato darme cuenta que es mi largo cabello.
Intento miserablemente apartarlo lejos pero se resiste y vuelve a mis mejillas y ojos.
Tocando mi cabeza puedo sentir una especie de sombrero, ¿un gorro, tal vez?, sin darle muchas vueltas al asunto enredo mi cabello en un descompuesto rodete para luego cubrirlo con el sombrero de lana, dejando por fin mi cuello y cara libres de la molesta melena, solucionado el más pequeño de los problemas.
Con las pocas fuerzas que me quedaban, me resigno y elijo la pared que esta a mi espalda para apoyarme, trato de calmar mi ansiedad y sólo logro hacerlo después de ponerme en posición fetal. Cuando me siento un poco más orientada, y con el estómago memos revuelto, trato de distinguir las cosas a mi alrededor, cajas, más cajas, podría jurar que escuchaba algún animal, también podría asegurar que al igual que yo tenía su propia y personalizada jaula.
Perdí la noción del tiempo, el sueño volvía a mi, sentía mucho cansancio como si hubiese corrido un largo maratón. Ni siquiera tenía fuerzas para pedir ayuda, además ¿quién iba escuchar?, para empezar, ¿como llegué a este oscuro lugar?, mi mente estaba en blanco, sólo podía recordar una cosa tan miserable pero al mismo tiempo importante... mi nombre.
La jaula dejó de moverse. En la parte superior de mi pequeña prisión, un tipo de puerta se abrió, aunque primero aprecie una cegadora claridad, mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad.
Lo que observo cuando logré adaptarme a la nueva iluminación del lugar me dejo helada. Allí habían varios chicos de entre doce y diecisiete años, me contemplaban como si viniese de otro planeta.
Un chico pelirrojo, de sonrisa amable ojos verdes y cabello rulo, algo atractivo debo decir. Bajó con unas cuerdas y me tendió la mano a modo de saludo.
—Hola Novato, bienvenido al área, soy Nick- ¿Novato?, ¿Me llamó novato?, sin querer corregir al chico tomé su mano y con la voz ronca por no usarla dije:
—Soy Cleo.Cuando me sacaron de esa caja (así la denominaban ellos), pude escuchar los despectivos comentarios, me llamaban, enclenque, debilucho, incluso escuche como alguien murmuro que no iba a durar ni una semana.
Giré mi cabeza alrededor en búsqueda de alguna otra chica, pero nada. Supuse qué debían estar en otro lugar, tal vez en alguna de esas casas algo maltrechas. De lo más casual que pude pregunte a Nick.
—Aquí no hay muchas chicas verdad, ¿O es que las mantienen ocultas?- <<Como un puñado de neardetales>> me abstuve de agregar.Nick soltó una estridente carcajada, como si hubiese dicho el mejor de los chistes.
—Lo siento novato, aquí no hay ninguna chica, lamento decepciónarte.
Entonces palidecí sin poder evitarlo. Era la única mujer y estaba rodeada de neandentales qué a kilómetros se notaban eran unos monos insensibles que apenas conocían la higiene personal.
Viró estudiando el lugar tratando de encontrar mágicamente alguna chica, como si esta fuese a caer del cielo. Lo único que logre fue toparme con un asqueroso panorama... Unos chicos se lanzaban lo que esperaba y creía era lodo (aunque lo dudaba por las muecas de asco que hacían al olerlo) luego uno de los chicos con las manos mugrientas y cubiertas por la masa de dudosa procedencia mordió una manzana y se la comió bastante campante.
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¡¿UN BEBÉ EN EL CLARO?!
Fanfiction"Leer bajo tu propia responsabilidad. No apta para todo público. Esta novela contiene lenguaje fuerte, escenas violentas y llegar a tener escenas explícitas". Este es un fanfic de la novela de James Dashner. ¡Bienvenido seas!