¿A dónde van todas las almas inocentes? Solo los designios de Dios guardan el misterio de aquellas almas de niños que al nacer mueren, que sólo viven pocos años o los que nacen con una enfermedad incurable.
Nada de esto pasaba por la cabeza de Emily Stuart y de Teresa Rodríguez, ellas llevaban un embarazo completamente envidiable, ninguna sufrió de náuseas y tampoco de mareos, ninguna pensó que al momento del parto las cosas no marcharían tan bien como en el embarazo, ninguna conocía a la otra, sin embargo, el destino las uniría por la tragedia...
En la ciudad habían anunciado que habría una tormenta eléctrica. Emily estaba con síntomas de trabajo de parto, a pesar que aún le faltaban cinco semanas, su médico le dijo que guardara reposo absoluto ya que un bebé prematuro de casi ocho meses corría más riesgo de morir porque era en ese momento en que se le desarrollaban los pulmones y otros órganos vitales.
Emily, siguió las instrucciones de su médico al pie de la letra, de hecho se sentía mejor que nuca, sin embargo, en la noche de la tormenta estaba algo inquieta, se sentía extraña con muchas ganas de ir al baño, estaba sola porque su esposo Albert a causas de la tormenta se había quedado varado en el tráfico. Ella se levantó con cuidado al baño, camino sólo unos pasos cuando sintió como sí una bolsa de agua se había roto debajo de sus piernas... el momento había llegado. Respiro calmada, porque ella sabía qué hacer. Llamo a su esposo para avisarle, pero sólo pudo dejarle un mensaje de voz diciéndole que el bebé estaba en camino y que se iría al Hospital Central en una ambulancia.
Así lo hizo; llamo a una ambulancia que llego lo más rápido que pudo, la subieron junto a sus maletas. Era una noche tormentosa, había relámpagos e inundaciones por toda la ciudad, era un caos, ese día era el peor día para nacer. Emily únicamente pensaba y rogaba a Dios que su bebé naciera bien, ya tenía ocho meses exactos, y sólo escuchaba en su mente las palabras de su médico "El peligro de muerte de su bebé"
En el Hospital Central antes de comenzar la tormenta estaba Teresa en trabajo de parto, trato de convencer a su médico que le detuviera el parto, ella tenía miedo de dar a luz a su hijo en medio de esas condiciones, pensaba en que podría irse la electricidad o quizás haber inundaciones y si el parto se complicaba no habría manera de trasladarla, su esposo Richard la tranquilizaba diciéndole que todo marcharía bien y que no tenía por qué estar preocupada, estaba en las mejores manos.
El Hospital estaba abarrotado de personas accidentadas, heridas y sin lugar a dudas mujeres dando a luz. El médico preparo el quirófano. Teresa comenzó a pujar lo más fuerte que pudo, el dolor era insoportable, era como si te fracturaras una pierna pero diez veces el dolor, ya casi faltaba poco cuando Teresa reunió todas sus fuerzas para dar el último pujo... cansada y sudorosa escucho el llanto enérgico de su bebe, suspiro de alivio cuando escucho al pediatra decir que era un varón sano y fuerte como una roca.
–¡Puja!–le decía el médico a Emily– ¡ya viene sólo una vez más!– Emily reunió todas sus fuerzas y pujo dando el último esfuerzo de la ardua labor. ¡Es una hermosa niña! Dijo el médico, Emily la sostuvo entre sus brazos y de verdad que era hermosa parecía un ángel, tenía los ojos claros y una piel blanca y tersa como seda. Emily no cabía de la felicidad, la observaba con detenimiento cuando algo llamo su atención, la bebe se estaba poniéndose morada, el médico al darse cuenta se la arranco de inmediato de los brazos. Emily entro en pánico, entre la confusión y el desespero trataba de levantarse, preguntando qué pasaba con su bebe, las enfermeras le administraron sedante y allí se quedó dormida sin saber que sería de su hija...
***–***
–Es una pena, de verdad que tragedia, tan hermosa la bebe– se lamentó una enfermera.
–Sí, es una pena, no quiero estar presente cuando el Doctor le dé la noticia a su madre, pobrecita era su primera hija–
–Esto es un mar de desastre, con esta emergencia declarada todo se ha complicado, debes llevar a la bebé a la morgue, no hay camilleros todos están ocupados–
– ¡Santo Cielos no puedo hacer eso!–
–bueno entonces ve tú a emergencias– Martha vio sus posibilidades y decidió llevar a la niña a la morgue muy a su pesar, era eso o tener que ir de un lado a otro en sala de emergencias y hoy no era un buen día para demostrar su aplomo.
–está bien llevare a la niña a la morgue, ve tú a emergencias luego te alcanzo–
Martha decidió cargar a la bebe, había mucho caos y confusión para estar rodando una incubadora que otros niños realmente si necesitaban, además la bebe no pesaba nada y sería más fácil llegar a la morgue. Mientras caminaba por el caos, observaba personas yendo y viniendo de un lado a otro, las enfermeras y médicos estaban escasos por la tormenta, mientras pensaba en la sala de emergencias escuchó su nombre.
– ¡Marta! ¿A dónde vas?– Le pregunto Daniela la jefa de enfermeras, cuando la vio quería morirse, si su jefa veía que llevaba a un cadáver de una niña en brazos, la despediría de inmediato y sin contar la amonestación por causa grave, así que dijo lo más lógico y loco que se le podría haber ocurrido.
–Voy a llevar a esta niña al retén–
–Y ¿Por qué la traes en brazos?– le preguntó Daniela sudorosa y exhausta.
–sucedió que no hay más incubadoras en sala de parto y hay muchos bebes naciendo, el doctor me dijo que la trajera en brazos para agilizar el proceso–
– ¿Quién fue el doctor que te indico eso? – piensa Martha piensa se dijo, sólo se le ocurrió decir:
– fue el doctor Martínez– lo soltó en el nombre de Dios, ella sabía que Daniela había tenido una relación con él y cuando se enteró que era casado fue a su casa y le dijo todo a su esposa, de allí en adelante no se hablan y lo odia a muerte.
–Cuando no ese Doctor irresponsable, pero bueno está bien te acompaño para ayudarte. El caos reina en el retén, al parecer hoy todos los niños decidieron nacer– Martha tenía el corazón en la boca.
–No es necesario, yo la llevo– dijo nerviosa
–Si es necesario Martha, necesito una enfermera en emergencias y sé que tú le huyes, así que no te daré oportunidad de volver a sala de partos– ¡Diablos! Ahora sí que estaba perdida y despedida pensó, no podía hacer nada, así que decidió seguir con su farsa hasta las últimas consecuencias.
Caminaban apresuradas por el largo pasillo, Martha solamente pensaba en lo tonta que había sido al pensar en su mentira, saludaron a Rosa que era la enfermera de guardia, le explico a Daniela que Susana había ido al baño un momento y que por eso estaba sola. Cuando Daniela abrió la puerta del retén había una cantidad grosera de bebes ocupando por partida doble las incubadoras.
–ven Martha, busquemos una que tenga un solo niño, bueno si es que la hay– dijo Daniela. Martha asintió, buscaron con cuidado hasta que al fin Daniela dijo:
– ¡Ven Martha aquí esta una!– Martha giro en sus talones y dio gracias a Dios que aun el bebé estaba tibio.
–Acuéstala a un lado– Pobre bebé pensó: tendrá que dormir al lado de un cadáver. La acostó acomodadita a un lado con el peor de los remordimientos.
–Recuerda esto Martha anótalo por favor, colocaste en la incubadora a... ¿Cómo se llama la bebe?– Martha dudo un poco pero recordó el nombre de la madre.
–Es hija de Emily Stuart... su nombre es... es... Ángel...– mintió pero no tenía más remedio, su madre la habían sedado y nunca le dijo el nombre de la bebe y a Martha le pareció que una niña tan hermosa como esta debía tener un nombre digno de su belleza, Daniela escribió en la tarjeta y la coloco en la incubadora.
–Recuérdalo bien Martha, pusiste a Ángel Stuart hija de Emily Stuart al lado del niño Richard Rodríguez hijo de Teresa Rodríguez– Como olvidarlo se dijo.
HOLA mis lectores! estoy muy feliz con esta novela, se que te atrapara. Espero les guste Saludos
MIs redes Sociales:
Titter: mirisr
Instagram: mirisbel
Recuerda Comentar y votar, gracias por leerme.
Redes sociales: instagram @karkalota
ESTÁS LEYENDO
"PARALELO" Serie Mundos Paralelos I
Teen FictionSINOPSIS Esta es la Historia de dos Mundos, el Mundo Real donde vivimos y el Mundo Paralelo inexistente antes los ojos del hombre. Este mundo fue creado por Dios para mantener el equilibrio. Los que moran allí son traídos por Azrael, el Ángel de l...