CAPÍTULO SEIS

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desapareciera como si nada, le deje bien claro al tal Alex que si tenía la capacidad de hacerse invisible y estar a mil metros de distancia seria fabuloso, él no objetó y también desapareció. Me sentí estúpida con todo este asunto del mundo paralelo, no puedo negar que los idiotas del puente me aterrorizaron un poco, parecían bestias armadas y el tal Archí me dejo un enorme moretón en el rostro y el labio partido, como pude me lo disimule con base y el labio ni modo quedo un poquitín hinchado, le diría a mamá que me lo mordí comiendo.

Estaba preocupada por Robert, no me había contestado en todo el día y no me devolvió la llamada, espero que toda mi locura no lo haya tocado, me disponía a irme a la ducha cuando sonó el celular me lance a la cama boca arriba y conteste.

– ¡Robert al fin llamas!– le dije.

– Ángel perdona, es que mi madre me llevo a un retiro espiritual para que lavara mis pecados–

– ¿pecados? Y cuál de ellos será– reí

–muy graciosa, son los mismos tuyos por si no recuerdas–

– ¡basta! dime–

–resulta que yo estaba viendo unas cuantas revistas para adultos y me dieron ganas de explorar mi masculinidad en la ducha, estaba bien concentrado y ¡zas! mi madre entra con las revistas en la mano capturándome en el momento que yo estaba en el cielo, te podrás imaginar el escándalo que hizo, me dijo que era un pecador y unas cuantas cosas más– no pude evitar y comencé a carcajearme imaginándome la escena.

– ¡basta Ángel! No es gracioso– como pude me calme y le pregunte.

–espera y ¿de veras te llevo a un retiro por eso? Porque ella se lee las cartas, es más pecadora que tú–

–Eso pensé, pero ni loco le dije nada, ella dijo que lavaría mis pecados antes de que me convirtiera como mi padre un adicto al sexo–

–o sea ¿que tú papá también hacia esas cosas?– reí en silencio.

–me imagino, pero basta de hablar de mí, ¿para qué me necesitas con tanta urgencia?–

– Es algo complicado, recuerdas aquel chico tipo samurái que vi en la oficina del Ministro–

–sí, que hay con él–

–bueno resulta que me lo he estado encontrando y a causa de eso fui a donde Tamara para que me digiera que rayos quiere conmigo, cuando voy camino a casa de Tamara...– me interrumpió.

–espera, ¿ya tú mamá te levanto el castigo?–

–No tonto, todo lo que hice fue escapadita así como lo hacemos cuando salimos a las marchas–

–entiendo, continúa–

–bueno en el camino pedí la dirección y una señora me dio un atajo y por allí me fui, resulta que...– sentí un jalón a mi teléfono.

– ¿pero qué coño? – Me levanto sorprendida – ¿qué demonios haces aquí?–

– ¿podrías dejar de nombrar a seres despreciables en mi presencia?–

–Mejor me das mi teléfono imbécil– le exigí

–no puedo, antes debes prometerme que no le dirás a tú amigo Robert lo que sucedió hoy –

– Y que te importa a quien se lo cuente idiota, es mi vida y no tienes derecho a pedirme eso– le dije tratando de quitarle mi teléfono.

–Si me importa, si le cuentas a tú amigo, lo involucraras y si lo involucras estará en peligro y si está en peligro morirá, acaso no sabes que es más seguro el que nada sabe porque nada tiene que ocultar–

"PARALELO" Serie Mundos Paralelos IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora