CAPÍTULOCatorce Ángel

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Pasaron las semanas, en la universidad ya habíamos terminado el semestre, Armando se había desaparecido me entere que estaba enfermo de gripa, me dio igual no quería verlo al menos por ahora. Robert me dice que quizás se asustó con el señor Wilbort que con un pariente así nadie se volvería a meter conmigo.

Mi brazo esta mejor, tuve que perfeccionar mi versión de los hechos para hacerla más creíble para mamá, ella es muy astuta y sabe de mis actividades como protestante, cuando me vio casi se desmaya me dijo que por eso no le gustaba viajar para no dejarme sola, que soy muy irresponsable y que parecía una busca peligros, la mamá de Robert me ayudo un poco, y asombrosamente el sr.Wilbort no le dijo nada a mamá sobre lo que había visto con Armando, ni mucho menos sospecho de lo ocurrido en su casa, es más nunca le menciono a la Sra. Amanda nada de lo sucedido en sus frecuentes visitas a casa de Robert.

Todo parecía volver a la normalidad, ya no me sentía en peligro y no veía por ningún lado a los Renegados, Alex sigue misterioso, me hace muchas preguntas sobre mi infancia, no sé cómo lo supo pero me conto que sabía lo de mi muerte cuando era bebé y que quería que le contara más, no fui de mucha ayuda porque solamente sabía lo que mi madre me había contado. Hemos estado hablando sobre el mundo Paralelo, me hablaba mucho de su amiga Megan y sobre un nuevo pupilo llamado Gregory al parecer se ha unido mucho a él.

Hemos pasado mucho tiempo juntos a veces parecía que me miraba con amor pero no me lo demostraba, me gustaba cuando hablábamos de todas las épocas que él ha vivido, de los personajes que conoció y como ha sido su lucha contra el mal, su mundo me estaba atrapando cada día más, era algo interesante para mí, me gustaba que me acompañara al cine o al teatro a pesar que nadie podía verlo, muchas veces chicos se me acercaron a hablar conmigo yo simplemente le decía que esperaba a alguien o que estaba acompañada eso era lo único que no me gustaba yo quería que todos pudiesen verlo, quería que Alex no fuese un guardián, quería que fuese como yo y que pudiéramos amarnos, pero eso era imposible.

A pesar de todo yo era feliz con Alex, me sentía completa y viva muy viva, cuando corría él estaba a mi lado, hasta en clases él estaba allí cuidándome y observando cada uno de mis movimientos, a veces me preguntaba si era posible que pudiéramos amarnos algún día, cuando lograba arrancarle una sonrisa con mis ocurrencias era mi mejor día, como quisiera que esto que siento pudiese transmitírselo a Alex y hacer que me amara.

La otra noche me desperté y lo vi observándome, yo me levante poco a poco, lo tome del rostro y con mis dedos acaricie su rostro que parecía seda, él cerró sus ojos y por un momento pensé que podía sentirme, sin embargo, me apartó fue frustrante, mientras mi corazón se salía del pecho Alex sólo me miro inexpresivo y se largó.

A pasar los días fui asimilando que entre los dos no podía haber nada, pero mi complicación era aquel beso que le di, no podía sacarlo de mí cabeza, cada vez que pienso en ello todo mi cuerpo siente calor y lo peor es que no puedo contárselo a nadie ni a Robert que es mi mejor amigo, como le explicaría que estoy enamorada de un tipo que no es de este mundo, que aparte de eso no puede amar y que su trabajo es desaparecer para luchar contra las fuerzas del mal.

Para desviar mi amor por Alex hemos estado investigando sobre el Ministro, Alex piensa que no es confiable tanta tranquilidad, dice que algo traman y que mientras no lo vea morir en sus propias manos no puede dejar de estar alerta.

Hemos estado atentos a cualquier noticia, Tamara aún está desaparecida desde hace un buen rato y ni siquiera Alex sabe dónde está y ni remotamente cerca de saber cómo encontrarla, sólo espero que cuando regrese sepa la respuesta de todo.

– ¿Podrías apurarte?– refunfuño Robert – son casi las diez y aun no estas lista–

–ya voy, me falta un toque de labial y listo–

"PARALELO" Serie Mundos Paralelos IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora