(Narra Alexa)
- Aún no entiendo por qué le dices nana.- me dijo Elena sacándome de mis pensamientos. Sonreí y la miré mientras la profesora de lengua seguía hablando.
- Ya te lo he dicho millones de veces, El. Le digo hermana y para acortarlo le digo "nana".- reí.- No es tan difícil.
Ella frunció el ceño causándome gracia. Casi podía ver el humo saliendo de sus orejas, su única neurona debía estar haciendo un gran esfuerzo.
- ¿Y cómo la conociste?- insistió como una niña pequeña a mi lado.
- En un grupo de whatsapp, por un fandom.- respondí cortamente apuntando lo que estaba en la pizarra.
Los ojos por poco se me cerraban, ayer después de hablar con mi nana por Skype no pude volver a dormir por un par de horas. Estaba muy preocupada por ella. Ese mal nacido debería estar en la cárcel donde no pudiera lastimar a nadie.
- ¿Hace cuánto la conoces?- preguntó nuevamente con interés. Mi mejor amiga a veces podía ser estresante. Por un momento quise dejar salir mi instinto asesino y callarla, pero respiré hondo y pensé que cualquier cosa era mejor que hacer clases.
- Un año, tres meses y veinte días.- dije tratando de mostrarme seria y que no se notara mi tono sarcástico.
Ella palideció rápidamente. Juro haberla visto pasar de piel a blanco y de blanco a amarillo.
Reí a carcajadas ganándome varias gruñonas miradas, unas por interrumpirles el sueño y otras por interrumpir su adorada clase.
- ¡Alexa!- me riñó tirándome un codazo. - Ya empezaba a preocuparme de que no hayas tratado de seducirme siendo de mi equipo.- bufó enojada. Eso aumentó mi risa haciendo aún más difícil contenerme.
Traté de calmarme pero era imposible. Su reacción se repetía una y otra vez en mi mente. Tapé mi boca para no ganarme una reprimenda de la profesora y enterré mi rostro en la carpeta.
- Idiota...- murmuró El con cierta gracia en su voz. De un momento a otro ya ambas nos reíamos como locas.
La profesora se volteó de un momento a otro asustándonos.
- ¡Elena!- Já.- ¡Alexa!- Mierda.
Algunas de las princesas del curso se reían en voz baja, el resto nos miraba con sorpresa o lástima. Quise gritarles que se voltearan y que no habían nada que ver pero me contuve. No estoy dispuesta a meterme en problemas de nuevo.
- Maldición.- soltó mi amiga. Ambas ya estábamos calladas a la espera de la señorita Delgada... Digo señorita Delgado.
- ¿Hay algo que quieran compartir con la clase? ¿Así nos reímos también?- dijo seriamente aproximándose a nuestra carpeta de dos. Sus delgadas y huesudas manos se apoyaron en ella.
- Wow se ve más fea de cerca.- susurró la castaña junto a mí antes de que le pisara el pie.- ¡Auch!- gritó ganándose ser el centro de atención.
- ¿Todo bien, Elena?- preguntó la vieja... Digo, la profesora enarcando una ceja.
- Si. Eh, no... Es decir.- Golpeé mi frente con la palma de mi mano. Ella tartamudeaba torpemente ante la impaciencia de nuestra tutora.
Pensé que si no hacía nada, Elena nos metería en un lío gordo al que no estaba dispuesta a exponerme.
- Todo está perfecto, señorita Delgad... Delgado.- expresé con la sonrisa más falsa del mundo.- Solo que Elena...- la miré enormemente enojada.- me estaba contando un chiste muy gracioso sobre las comas y punto y comas.
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We are NANAS
Teen FictionEsta no es la historia común. Esta no es la historia en el que una chica y un chico se conocen, se enamoran, se casan y son felices para siempre. Tampoco es la historia de dos chicos (o dos chicas) que están juntos a pesar de las adversidades. Es...