Sexto capítulo

85 8 1
                                    

(Narra Chloe)

Colgué la llamada con preocupación y mientras destrozaba mis labios con nerviosismo me tiré a la cama recién tendida por mí. Ya eran casi las 8 de la mañana y debería ir al colegio.

"Castigada de nuevo" pensé en mi mente frustrada. Y para colmo... No había hecho nada... Como siempre.

Nunca pensé que su padre pudiera volver, sé que ella lo quiere aunque se niegue a admitirlo. Pero no debe aparecer de nuevo. Mi nana está mejor sin él en su vida.

Ahora debía tomar una decisión de vida o muerte. Literalmente, pues sabia que Turner no jugaba.

- Bien, Chloe, ánimo.- me dije a mí misma sintiéndome autista y patética. Fruncí el ceño y temblorosa tomé un teléfono desechable que había decidido comprar para ocasiones como estas.- No puedes cabrearte, no ahora.

Un timbrazo.

Dos timbrazos.

"Vamos, no contestes." Rogué en mi mente mientras mordía mi labio inferior. Cerré los ojos y crucé los dedos.

- ¿Aló?- la puta madre.- ¿Sí? ¿Quién es?- preguntó la voz del cuarentón agente de la policía que me había contactado. El mismo hombre con el que Turner me prohibió hablar.

Tragué saliva y traté de controlar el temblor de todo mi cuerpo.

- Detective Sanders...- murmuré.- Soy yo, Chloe.- dije sabiendo que con esas palabras sellaba mi sentencia de muerte.

Si mi nana supiera...

(...)

- Y dime... ¿Cómo es? ¿Su voz es tan sexy que te hace mojarte con solo decir tu nombre? ¿Tiene esos abdominales de piedra del que todas hablan?- babeó Becca mientras lo miraba a lo lejos. Rodé los ojos.

Dirigí la mirada hacia él. Maldije cuando lo encontré mirándome.

- ¿Por qué no se lo preguntas tú? Viene para acá.- dije agobiada de tantas preguntas y dispuesta a irme. Ella se derritió al verlo sonreír y creo que ni siquiera me escuchó.

El chico de espeso cabello negro y ojos castaños claros de ensueño venía hacia nosotras con ese caminar desenfadado que encantaba. No me sorprendía que mi amiga lo mirara tan intensamente que estaba segura que hasta a él le daría vergüenza saber lo que esa pervertida pensaba al verlo.

No era para menos, Tyler Astori, el chico nuevo de último año era ahora el sueño erótico de todas las chicas con hormonas alborotadas de la secundaria e incluso algunas profesoras.

Asalta-cunas, pedófilas. Bufé al recodar a la profesora cara de caballo.

- ¿Qué tal, muñeca?- dijo con su sensual voz haciendo que parara de caminar lejos de él. Estaba dandole la espalda y no quería voltearme pero rodé los ojos  y armándome de valor le puse la mejor cara que pude.

Becca tenía cara de estúpida con la boca abierta y los ojos soñadores, ya hablaría luego con ella. Está bien que el tipo este bueno, pero que disimule, por Dios.

Carraspeé y sonreí irónica.

- Hola, galán.- respondí con sonrisa de puta. Sabia que la multiperreira de atrás estaban fulminándome con la mirada y me encantaba hacer enojar a esas perritas en jauría. Él rió y me sonrió.

- ¿Necesitas algo?- dije impaciente y pretendiendo estar apurada. Lo miré a los ojos y estos me miraban risueños.

- Necesito una respuesta a mi pregunta.- afirmó sin vacilar. Me gusta eso, que sea decidido.

We are NANASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora