(Narra Chloe)
- Sam... Saaaaam.- susurré.- Sam.- dije un poco más fuerte pero no se despertó. Solo logré que se removiera en su asiento y soltara un "cinco minutos más". Bufé y tomé un borrador.
Calculé cerrando un ojo y se lo lancé apuntando a la cabeza. Acto seguido, tapé mi boca para no reír al ver que le había caído en plena nariz.
Qué puedo decir, la puntería no es una de mis cualidades.
- ¿Qué carajos...?- murmuró. Se incorporó de la mesa y me miró frunciendo el ceño adormilado. Se veía muy enojado pero al mismo tiempo gracioso, como un gatito. Un gato gruñón.
- ¿Que quieres?- respondió secamente estirándose de la siesta que se había tirado en plena clase de historia. Dejé de reír y lo miré seriamente.
- Que dejes de ignorarme, idiota.- dije.- ¿Qué te pasa?
- ¿Qué me pasa de qué?- murmuró desorientado. Rodé los ojos.
Dios dame paciencia, porque si me das fuerza lo dejo sin hijos.
- Siento haber visto la puta película, ¿puedes olvidarlo? Han pasado dos días, Sam.- era cierto, ya era miércoles.
Él parecía confundido al principio pero luego una sonrisa burlona se formó en su rostro. Yo no suelo disculparme directamente y él lo sabía.
- Ah, eso.- dijo simplemente despertando mi rabia. Esperaba que dijera algo más. Cualquier cosa antes que un maldito "ah, eso".
- ¿Eso es todo lo que dirás?- gruñí entre dientes. Bostezó y desordenó su lacio cabello negro con indiferencia. Pff no, yo lo mato. ¿Quién se cree que es?
- Sí, eso es todo. Ahora si me disculpas... Quiero volver a dormir.- susurró con una sonrisa al notar mi creciente furia.
Idiota.
- Bien. Jódete.- dije enseñándole mi dedo favorito. Él soltó una pequeña risa y me volteé para ver el pizarrón.
Hombres, cuando quieren son peores que mujeres en sus días.
Negué con la cabeza y traté de prestarle atención a la monótona y apagada voz del Prof. García, no funcionó. Su voz parecía estar diseñada para dar sueño.
¿Qué se creía el maldito? ¿Qué yo le iría a rogar para que me perdonara? ¿Había siquiera algo de que disculparme? Absolutamente nada.
Que se joda, él debía disculparse por comportarse como un completo imbécil.
- Chloe.- solté un pequeño grito y salté de mi asiento al oírlo, mierda el profesor era un maldito ninja.- Ya que está tan concentrada en el tema ¿puede decirme qué es la revolución francesa?- dijo con esa grave y lenta voz. No aprecio el sarcasmo, viejo.
- ¿Qué el profesor no es usted?- respondí al instante. El hombre rechoncho y de buen vestir me fulminó con la mirada. Mis compañeros rieron en voz baja.
¿Es en serio? Samuel estaba dormido en plena clase pero no, ¿me tiene que llamar a mí?
- Responda a la pregunta.- dijo entre dientes poniéndose rojo por la vergüenza y enojo. Me tragué las ganas de reír al ver que todas las miradas estaban sobre mí, apreté los labios y removí mis manos nerviosa.
¿Revolución francesa? ¿Qué no estábamos viendo el descubrimiento de América?
- La revolución francesa fue una revolución ocurrida en Francia, donde los franceses se revolucionaron para la revolución.- mi respuesta sorprendió a todos, incluso a mí. El hombrecito levantó las cejas.
ESTÁS LEYENDO
We are NANAS
Teen FictionEsta no es la historia común. Esta no es la historia en el que una chica y un chico se conocen, se enamoran, se casan y son felices para siempre. Tampoco es la historia de dos chicos (o dos chicas) que están juntos a pesar de las adversidades. Es...