We are NANAS

Décimo segundo capítulo

(Narra Chloe)

- Soy Chloe... Su hermana.- respondí con seguridad en la voz.

- No sabía que tuvieras hermanos, Chloe.- una voz me heló la sangre.¿Qué hacía él aquí?

- Tyler.- exhalé sin voltearme.

- Hola, muñeca.

- Maldita sea, que tengo nombre.- reclamé mirándolo enojada, solo lo hizo sonreír.- Sí somos hermanos.- me volteé para ver a la señora.- Pero solo de padre.- mentí.

La señora de cabello sujetado sobre su cabeza con un lapicero me miraba desconfiada.

- Por favor, en serio necesito saber si está bien.- le rogué. No solía hacer eso pero en serio estaba desesperada.

- Reynoso está bien, vengo de verlo.- sonrió maliciosamente. Apreté los dientes aguantando la rabia.

- ¿A él lo dejan pasar y a mí no? ¡Ni siquiera se parecen!- me volteé donde la mujer.- ¿Qué clase de protocolo tienen en esta clínica de quinta? Déjeme pasar.- exigí agudizando la voz.

- Señorita, disculpe, pero no puedo hacer eso. El señor aquí presente debió de ser un paciente, de lo contrario no se le hubiera permitido la entrada.- ella se estaba alterando. Lo notaba por cómo inconscientemente buscaba el teléfono para llamar a seguridad.

Yo también me empezaba ha desesperar. Ver la cara burlona de Tyler fue suficiente para agotar mi paciencia.

- ¿Qué haces acá? ¿Ahora acosas a la gente o qué mierda?- le grité al chico junto a mí.

Él solo soltó una corta risa.

- No todo gira a tu alrededor, muñeca.- dijo simplemente con un gesto de indiferencia total. Lo cual me enfureció.- Si tan desesperada estás por saber por qué estoy aquí... Es porque tengo un esguince en el hombro. ¿No quieres hacerme de enfermera, muñeca?

Lo detesto. Joder, lo detesto tanto.

- Ojalá te lo fracturaras.- susurré apretando los puños para evitar matarlo a golpes.

La señora carraspeó e hizo un ademán de disculparse con la mirada pero dijo que debía retirarme y que no podía hacer nada por mí.

- Espere...- me rendí.- Deme un segundo.- pedí a la mujer y tomé al chico por el brazo hasta apartarlo a un lado.

- Sabía que me querías para ti sola.- bromeó Tyler. Rodé los ojos y lo solté cuando estuvimos lo suficientemente apartados.

- ¿Qué quieres? ¿Qué quieres por mentir para dejarme pasar?- dije sin rodeos. No tenía paciencia para lidiar con él ahora.

Él solo sonrió como si lo hubiera visto venir. Parecía satisfecho consigo mismo.

- Acepta mi propuesta. Sé mi novia, hoy acaba mi plazo. Mi madre piensa en hablar con los abogados mañana.

Negué con la cabeza, al principio, pero él parecía firme en su decisión.

- Ugh... Bien, acepto. Pero con una condición.- me rendí. Él parecía intrigado.- Olvidarás la deuda de Sam. Sé que tú lo pusiste aquí, malparido.

- No lo creo, muñeca.- dijo como si fuera adorable de mi parte creerlo capaz de hacer eso.- ¿Sabes cuánto dinero me debe ese imbécil?- dijo con esa sonrisa de superioridad que tanto quería golpear.

- Lo sé y por eso no tendrás que pagarme.- solté decidida. No necesitaba dinero y así tal vez mi conciencia se quedaría tranquila.