La Separación

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Nos despertó un estruendo en la puerta. Bajé corriendo. No me puse ni pantuflas.

-¡Jacques! ¡Gisèlle! ¡Salgan de ahí!-Grita Bernard.

Abrimos la puerta y vemos a unas quince personas ahí.

-¿Qué sucede?-Pregunta Jacques.

-¡La casa de su hermana se está quemando!-Grita alguien.

Salgo corriendo en dirección a la casa de Natalie. Jacques corre detrás de mí.

Cuando llego, veo la casa de Natalie y Michel, esta, está completamente en llamas. Algunos hombres le tiran cubetadas de agua. El molinero no para de gritar, y los hermanos mayores y menores de Michel hacen lo que pueden para calmarlo.

Aparto a las personas que me encuentro frente a la puerta e intento tomar el pomo. Me quema la mano, y suelto un alarido, pero el deseo de salvar a mi amiga es mucho más fuerte que el dolor.

-¡Gisèlle! ¡No!-Grita alguien detrás de mí. Casi puedo asegurar que se trata de Jacques.

Consigo abrir la puerta, y una llamarada me tumba en el suelo. Todo se vuelve negro.

Cuando me despierto, veo que Jacques está abrazándome, dormido, y ambos estamos cubiertos por una manta. La cabaña de Natalie está hecha una bola de postes y cenizas.

-¿Jacques?-Lo llamo.

Despierta lentamente. Tiene los ojos hinchados.

-Hola pequeñaja-Dice.

Me miro los pies. Los tengo llenos de cortadas, por haber atravesado todo el pueblo descalza. Mis manos tienen quemaduras, no muy graves.

Me levanto y camino a la casa de Natalie. Hay un cuadrito blanco, de papel, que evidentemente fue puesto mientras Jacques y yo estábamos dormidos.

"Fueron advertidos, no se fueron"

Arrugo el papel, y me dirijo a mi casa caminando. Jacques se queda de pie frente a los restos de la casa de su hermana, no me dice nada, ni me sigue.

Entro a la casa, subo a mi cuarto, y veo la que fue la cama de Natalie. Mouschi sube a mi regazo.

-Natalie ya no está-Le digo al gato.

Este maulla. Miro el techo del cuarto.

-Mis padres, Jean-Pierre, Irène, Natalie...todos se han ido Mouschi. Creo que ahora me toca a mí irme-Digo. El gato maúlla, como si fuera un gesto de aprobación.

-Debo encontrar a Jean, Mouschi, así tenga que encontrar su cuerpo, debo encontrarlo-Digo al gato-Y ahora, nada va a detenerme.

Miro la maleta que tiempo antes había empacado. La tomo, termino de meter mis cosas, tomo a mi gato, y escribo una nota para Jacques.

Jacques:
Lamento dejarte de una manera tan precipitada. Me iré sola a América. Ya he perdido a demasiadas personas, y no soportaría también perderte a ti, por lo que mejor seguiré sola la búsqueda de mi hermano y mis padres. Te amo.
-Gisèlle Cohen.

Antes de salir de la casa, entro de nuevo en mi habitación y tomo la maleta que saqué de mi casa a los diez años. Saco todas las joyas y las guardo en mi maleta. Tengo el atrevimiento de tomar un poco del dinero que Irène tenía, y salgo de la casa. Alguna vez escuché en la radio que algunas personas fueron enviadas a América, y que otras habían huido hacia allá. Quizá mis padres están ahí. Quizá Jean-Pierre está ahí. Camino hasta la casa de Bernard y toco la puerta.

-¿Qué se te ofrece Gisèlle?-Pregunta.

-Bernard, voy a salir del país, y necesito tu ayuda-Digo.

El Viaje de GisèlleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora