Tras la Guerra

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La guerra ha llegado a su fin un par de meses atrás. Tengo pues, diecisiete años. Es el año de 1949. Jacques y Natalie siguen a mi lado. Bernard nos ha convertido a Jacques y a mí en médicos provisionales. Nos hemos convertido en una especie de familia.

Natalie hace de ama de casa: cocina, lava y remienda la ropa. Jacques y yo hacemos pequeños trabajos, como ayudar en las siembras, cuidar niños y trabajamos en una tienda de comestibles. No cobramos nuestras consultas médicas.

Casi no recuerdo las costumbres de mi familia, pues he vivido sin profesar una religión desde hace ya siete años.

He desistido en mis intentos de encontrar a mi hermano y mis padres. Dijeron que murieron varios millones de personas, y otras fueron deportadas. Las probabilidades de que mi familia haya sobrevivido son realmente pocas.

La gente del pueblo nos quiere mucho, y son varios los pretendientes que Natalie y yo tenemos, pero yo no me he interesado en nadie. A Natalie, por su parte, le ha propuesto matrimonio un muchacho, el hijo del molinero, y su boda está muy cerca.

Jacques, se ha vuelto bastante guapo, he de admitirlo. Muchas de las chicas del pueblo están locas por él, pero no ha tenido novia. "Sería un novio terrible. Si se me olvida mi propio cumpleaños, ¡imagínate lo que pasaría con mi aniversario!" suele decir.

-Michel dice que la boda será en una semana. No puedo esperar a casarme-Dice Natalie.

-¿Quieres dejarnos?-Pregunta Jacques.

-Sin ti, ¿quién nos va a cocinar? Tú sabes que yo ni loca me acercaría a la hornilla-Digo yo a mi amiga.

-Aprenderán, par de inútiles. No voy a estar toda mi vida pegada a ustedes viendo qué rayos quieren cenar-Dice Natalie mientras cose un montón de telas blancas con encaje. Jacques toma una botella de cognac, y se sirve un vasito.

-¿Estás haciendo tu vestido de novia?-Pregunta Jacques.

-No. Es el vestido de novia de Gisèlle-Dice Natalie. Jacques escupe el trago que tenía en la boca, y yo laa miro, no menos confundida y sorprendida.

-¿Mi qué?

-Tu vestido de novia. Quiero que lo uses cuando de cases-Dice Natalie con una sonrisa.

-No voy a casarme nunca. No es algo que me interese demasiado.

-Eso dices ahora, pero en unos años...-Dice Jacques con una sonrisa.

-No voy a casarme nunca-Repito.

-Ajá, claro. Por cierto, el hijo del dueño de la tienda de ropa preguntó por ti-Dice Jacques.

-¿Alain? ¿En serio? ¿Dónde está?-Pregunto sobresaltada.

-¡Gisèlle está enamorada!-Exclama Natalie mientras se ríe. Jacques se ríe también, aunque él con menos ganas.

-Mejor termina ese vestido cuanto antes, hermana-Dice Jacques a Natalie-Iré por leche a la tienda-Dice Jacques. Al salir, me sonríe, me mira unos segundos a los ojos, me guiña el ojo, y sale, con la sonrisa mucho más amplia.

-Le gustas-Dice Natalie sin mirarme.

-¡No! ¿Cómo crees? Estás loca.

-Je dois une vie de savoir-Dice Natalie, y sigue sin mirarme.

-¿Y qué que tengas una vida de conocerlo? No le gusto-Digo a mi amiga.

-Eso lo veremos-Dice Natalie mientras cose.

Unas horas más tarde, llega Michel, y ambos salen, imagino que a seguir planeando su boda.

-Hay sopa en la cocina. Bañas al gato. Riegas las flores, y por favor cierra las ventanas si ves muchas nubes. ¡Ah! Y dale de comer a Mouschi-Dice antes de salir.

El Viaje de GisèlleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora