Cuando despierto, veo a Sarah a mi lado. Está dormida, sentada en una silla.
-Hola Sarah-Digo, y se despierta.
-Hola Gis-Dice ella con una sonrisa.
Un doctor de unos sesenta años se acerca.
-Buenos días Gisèlle. Soy Arthur Parker. Dime, ¿cómo te sientes, cariño?-Pregunta. Me recuerda a mi abuelo, un hombre que tuvo la fortuna de no vivir la guerra que me quitó a mi familia, pues falleció un año antes.
-Creo que estoy bien-Digo, aunque sé que algo está mal.
-Gracias a ti y a tu hermana Jonas Nibson y Mary Garrison fueron apresados, por delitos de asesinato, prostitución y secuestro. Todos los chicos fueron rescatados y entregados de vuelta a sus hogares. De hecho, al ser ese par uno de los más buscados, ystedes recibirán una recompensa. Mil dólares, chicas-Dice el doctor.
Algo anda mal. Demasiado mal. Puedo sentirlo. Es mi bebé. Algo anda muy mal con mi hijo.
-¿Mi bebé? ¿Cómo está?-Pregunto. El doctor y Sarah callan.
-Gisèlle, lo siento, pero las condiciones en las que se dio tu embarazo no fueron las mejores, tu alimentación no fue adecuada, y sufriste un aborto-Me dice el doctor.
Rompo a llorar. Mi hijo, aunque no fue concebido con amor, ni con quien hubiera querido, significaba luz en mi vida, significaba todo para mí.
-Hay que dejarla sola un momento, necesita procesar lo que le acabo de decir-Le dice el doctor a Sarah, y se van.
Me quedo llorando horas y horas. Mi pequeño o pequeña. Ya nunca podré estar con él, o ella. ¿Por qué todo aquel a quien amo se ha de ir de mi vida?
Sarah vuelve un ratito después. Ha traído algo de comida, pero yo la rechazo.
-Tienes que comer, querida. Tienes que ponerte fuerte-Me dice ella, con su acostumbrado tono de "Todo estará bien". Nada lo estará. Mi hijito se murió, ya no tengo por qué ser fuerte.
-¿Para qué? Ya no voy a tener a mi bebé. Mi hermano, mis padres, Irène, Natalie, todos se han ido, y ya nunca van a regresar-Digo llorando.
-No todos se han ido. Yo sigo aquí, y voy a estar contigo siempre, como te prometí hace años, ¿sí?-Me dice, y me acaricia el brazo. Pareciera como si el hecho de haber estado en aquel maldito burdel no la hubiera hecho tan fría como yo.
A veces pensaba, cuando Sarah sonreía a todos, hasta a sus clientes, que ella era tan buena, que sería imposible cambiarla. En cambio, ahora que lo veo, yo, que estuve encerrada en una despensa, que estuve en el campo de concentración de Gurs, que huí, que tuve que vivir sin mis padres, o familia, vivir la muerte de mi cuidadora, que tuve que presenciar el asesinato de mi amiga, ser parte de un burdel y luego tener que cargar con la muerte de mi hijo o hija, yo, me he vuelto tan sólida como una roca.
-Sarah, ¿puedo estar sola por favor?-Le pido tomando su mano.
-Claro. Para lo que necesites, me gritas-Dice ella, se levanta, y la veo alejarse lentamente.
Me quedo horas pensando en la miseria de vida que me tocó. En determinado momento, miro la mesa junto a la camilla al lado mío. Hay un bisturí encima. Lo tomo, y decido cortarme los brazos. Comienzo a hacerme cortadas, hasta que he perdido bastante sangre.
Entonces veo a Sarah acercarse. Oh no. ¡Sarah! ¡No puedo abandonar a Sarah! Además, tengo que seguir buscando a mi hermano. Intento incorporarme, pero no puedo. Estoy muy débil.
-Oye Gisèlle, me dijeron los doctores que tienes que tomar...-Mira el reguero de sangre, y se asusta-¡Oh por Dios! ¡Gisèlle! ¿Qué has hecho? ¡Doctor! ¡Ayúdeme!
Sarah sale disparada en busca del doctor a quien le ha gritado. Llega un doctor mucho más joven que Arthur.
-Okey, Gisèlle, ¿no? Mira, quiero que te mantengas despierta. No vayas a dormirte, no cierres los ojos, ni nada. Quiero que te mantengas despierta-Me dice, y comienzan a llegar más médicos.
Intento hacer lo que el doctor me dice, y de repente las luces se vuelven insoportablemente brillantes, por lo que tengo que cubrirme los ojos con las manos. Todo comienza a volverse terriblemente borroso.
-¡Gisèlle! ¡No te vayas!-Me pide Sarah
-¿Gisèlle? ¡Gisèlle!-Me llama otra voz. Alcanzo a devolver el llamado antes de verme rodeada de oscuridad.
-Jacques...
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El Viaje de Gisèlle
Fiksi SejarahDurante el holocausto, Jean-Pierre y Gisèlle, dos hermanos judíos que viven en Francia, se esconden tras el arresto de sus padres, y un día Jean sale a buscar comida, mas nunca vuelve. Gisèlle, al saberse perdida, se deja arrestar, y es llevada al c...